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BIENESTAR Y SALUD ANIMAL
le llamamos suplementación dirigida
y en próximos artículos profundizare-
mos en su fundamentación concep-
tual y su aplicación práctica.
Estamos llevando a cabo un estu-
dio sobre nutrición mineral, basado
en análisis de sangre y heces de
vacas, además de las pasturas y el
agua que consumen. Este trabajo se
desarrolla en 16 establecimientos
vinculados al proyecto UFFIP de to-
das las regiones agroecológicas del
país, gracias a una alianza entre el
Plan Agropecuario, Facultad de Vete-
rinaria, DILAVE/MGAP, INIA y Nutral
SA., cuyos resultados también serán
compartidos por esta vía.
A continuación discutimos algunas
aseveraciones muy difundidas, que
consideramos equivocadas:
•La esencialidad metabólica de un
mineral implica la necesidad de
usar mezclas minerales completas.
Como hemos dicho existen elemen-
tos esenciales cuya carencia es al-
tamente improbable (sin embargo
muchas mezclas minerales los con-
tienen) y su presencia puede dificul-
tar la absorción de otros que si son
necesarios.
•La suplementación mineral debe
ser permanente en todos los pre-
dios.
Como ya vimos el fosforo es
deficitario en una enorme cantidad
de situaciones, pero por ejemplo si
estamos suplementando con 1Kg
de afrechillo/vaca, el aporte de fos-
foro extra es innecesario. Por otro
lado si el consumo de energía o pro-
teína es insuficiente, situación muy
común en los inviernos y muchas
veces en veranos secos, el aporte
de minerales tiene muy bajo retorno
económico.
•Cuanto mayor número de minerales
contiene una mezcla es mejor.
Como
ya dijimos la inclusión de elementos
innecesarios como el Sulfato de
Hierro, puede afectar la absorción
de Cobre y Fósforo. Por su parte la
inclusión de Níquel, Cromo o Vana-
dio solo agregaría costos sin ningún
retorno conocido.
•Cuanto mayor es el nivel de minera-
les en la mezcla mejor sería su ca-
lidad.
Si necesitamos suplementar
5 g/día de Fósforo, no tiene sentido
hacerlo con 10 g/día, ya que el Fos-
foro excedente se elimina por heces
y orina, de manera que pagamos por
algo que se desperdicia.
•La mezcla que más consume el ga-
nado es la mejor.
El principal regu-
lador del consumo es el cloruro de
sodio de la mezcla, un bovino luego
de acostumbrarse, puede consumir
hasta 50 g/dia de Sodio, que equiva-
le a 125 g/día de cloruro de sodio. Si
disminuimos la cantidad de Sodio en
la mezcla aumentamos el consumo,
lo cual puede ser perjudicial, por el
desperdicio que implica (como se
mencionó antes) y porque el cloru-
ro de sodio será sustituido por otros
elementos, que no son necesarios o
no tienen valor nutricional (como si-
licatos, carbonatos). Además el con-
sumo de alimentos y en especial de
mezclas minerales, está influido por
una gran cantidad de factores aun
poco entendidos.
•El suplemento bueno es el que no se
endurece en el comedero.
Muchos
de los minerales y en especial el
cloruro de sodio, son higroscópicos
(atraen a la humedad), por eso se
endurece la mezcla. Con frecuencia
se recurre al agregado de calcáreo
para evitar este efecto. El calcáreo
es mucho más barato que los demás
componentes y su aporte de Calcio
suele se innecesario, ya que la for-
ma más usual de incluir el Fósforo en
las mezclas es en forma de fostato
bicálcico, que contiene 18,5 % de
Fósforo y 23 % de Calcio.
Foto: Plan Agropecuario