REVISTA DEL PLAN AGROPECUARIO
Cabildo Abierto
Guido Manini Ríos
1.
Desafíos
Cantidad suficiente de animales para faena
que permita cumplir con la demanda de abas-
to interno y exportación de carne. De la misma
forma satisfacer la demanda (en su máximo
posible) de la capacidad industrial instalada y
la mano de obra disponible.
Cantidad suficiente de animales que permi-
ta cumplir con la demanda de exportación de
ganado en pie.
PRESIDENCIABLES
A partir de las innovaciones validadas por
el INIA, la UdelaR y otras acciones de inves-
tigación y proyectos de validación se debe
implementar un sistema de coordinación en
acciones y presupuestos a nivel de la insti-
tucionalidad para llegar al conjunto de los
productores agropecuarios.
Hay que definir como se capacita desde un
trabajador que ingresa a una empresa, hasta
el responsable de una unidad productiva; ya
sea en gestión de procesos, gestión econó-
mica y financiera, de cuidado ambiental, de
inocuidad de productos, hasta de gestión
humana. En segundo término, es necesario
establecer un sistema público privado de
financiamiento de la asistencia técnica para
apoyar los procesos de transformación pro-
ductiva predial.
Avanzar en la inclusión a las cadenas pro-
ductivas y para ello profundizar las acciones
con programas que, además de validar tec-
nologías, logren la adopción de las mismas
a nivel de los productores menos desarrolla-
dos. Para esto, el rol de la interacción asis-
tencia técnica y toma de decisiones a nivel
predial es tan o más importante aún que la
inversión y ser realmente efectiva para que
se traduzca en una mejora de la gestión glo-
bal del sistema de producción, de los resul-
tados logrados y de la calidad de vida de los
productores y trabajadores. La integración de
acciones entre los diferentes institutos públi-
cos y privados con el MGAP debe realizarse
en un marco de acuerdos funcionales, estra-
tégicos y dirigidos a impactos medibles.
La transferencia es una actividad que debe
abarcar a todos los productores. Hay eviden-
cia en el mundo y en el Uruguay de cómo
los procesos de transferencia a los diversos
tipos de productores generan sinergias de
adopción. Pero para aquellos productores
de menor tamaño o familiares la extensión
supone una combinación de instrumentos
más focalizados (asistencia técnica, apoyo a
la organización, capacitación, generación de
capacidades, incremento de los niveles de
adaptación, etc.).
3.
El diseño institucional para encarar la
tarea de extensión rural pública, es una
pregunta que debemos resolver dialogando
entre todos los actores. En nuestra visión, un
Sistema implica un acuerdo interinstitucional
con un plan de trabajo donde se delimitan
las responsabilidades, se acuerdan los pre-
supuestos y se gestiona a través de un sis-
tema de gobernanza coordinado y a la vez
descentralizado, que integra además de los
organismos públicos a la propia instituciona-
lidad de los productores y sus organizacio-
nes, tanto nacionales como locales.
Este nuevo esquema implica acordar pri-
mero la necesidad del sistema global y el rol
de cada una de las partes, investigación, vali-
dación, transferencia, extensión-capacitación
y otros apoyos para lograr mayores niveles
de adopción y adaptación a nivel predial.
4.
El Plan Agropecuario tiene un rol clave
como una organización que cada vez más se
debe especializar en la temática de la trans-
ferencia y extensión con este sentido más
amplio. Está llamado a ser una institución
que genere instrumentos de trabajo para el
sistema, que aporte a la comprensión de la
economía y capacidades de gestión de los
productores ganaderos, que la flexibilidad
institucional que requieren procesos de este
tipo sea una de sus características.
Debe ser parte activa clave tanto en la
transferencia como en la generación de ca-
pacidades en productores y colaboradores;
así como en el monitoreo de las estrategias
diseñadas. Esto implica un análisis de la es-
tructura actual y en función de una estrate-
gia de desarrollo un replanteamiento de sus
cometidos y fortalecimiento de sus capaci-
dades.
Así como el INIA es responsable de la inves-
tigación, el Plan Agropecuario debe ser quién
lidere las acciones de extensión, con un en-
foque sistémico; que promueva la mejora en
los sistemas de producción, apostando a la
adopción real de tecnologías, partiendo de la
base que los productores adaptan a su rea-
lidad, a sus finalidades y objetivos el conoci-
miento que la investigación genera. Para ello
debe continuar con la realización de acciones
de extensión y con el diseño de herramien-
tas; que contribuyan a que el productor y su
familia identifiquen caminos de desarrollo
sustentable, a partir de la generación e incre-
mento de capacidades en los mismos y en
los trabajadores rurales; que en definitiva re-
dunden en una mejora en su calidad de vida.
En cuanto a la financiación, la complemen-
tación público-privada, al igual que en otras
instituciones, surge como la mejor alternati-
va. Vamos a reanalizar lo que el sector priva-
do ya aporta y se destina para financiar otras
actividades diferentes a la extensión pública
y procurar una posible redistribución, sin que
esto implique necesariamente más aportes
de los privados, sino una redistribución de
lo aportado. Atado al tema presupuestal, se
debe dar un paso importante con acciones
dirigidas a generar efectos en el corto plazo
e impactos productivos y sociales directos;
fortaleciendo aún más el monitoreo de ac-
ciones, el reporte y su evaluación.
Profundizar el Sistema de Trazabilidad
hasta llegar a la trazabilidad individual de
cada corte vacuno y ovino.
Mantener y mejorar el estatus sanitario,
inocuidad y bienestar animal exigidos por
los mercados internacionales.
Cumplir con las exigencias actuales de
conservación y mejora del medio ambiente,
en particular de la dinámica de los gases
contaminantes (Carbono, óxido nitroso y
metano).
Contener el daño del perro depredador (del
ganado ovino principalmente).
Combate al abigeato y la faena clandestina.
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