REVISTA DEL PLAN AGROPECUARIO
adicional; políticas específicas de acceso
a la tierra, al crédito, a la asistencia téc-
nica y a proyectos productivos para las
mujeres.
Se plantean además, una serie de temas
que tienen que ver con la mejora de la
calidad de vida de la población del me-
dio rural y, en especial, de las familias de
la agricultura familiar, como por ejemplo,
facilitar infraestructura para el cuidado
de los niños en horarios que las familias
deben desarrollar sus tareas, mejorar el
acceso a la salud, la caminería de acce-
so a los predios familiares y las rutas, el
acceso a internet para ampliar la conecti-
vidad, contar con mayor formación para
el desarrollo de la actividad productiva y
la gestión.
Así también, las mujeres han colocado
de forma reiterada su preocupación por la
juventud rural y la escasa participación de
ésta en la agricultura familiar, resaltando
la importancia de valorizar el espacio de
los jóvenes en dicho ámbito.
Otro tema bien importante es la violen-
cia basada en género y, en tal sentido,
preocupa la falta de recursos en el medio
rural y el aislamiento en que se encuentra
la mujer ante una situación de violencia.
Se destaca la necesidad de generar
actividades de encuentro, intercambio y
formación entre mujeres, que sirvan para
fortalecer su rol en sus comunidades, sus
organizaciones locales y su organización
nacional.
Es así como este proceso de trabajo a
nivel nacional ha sido el factor movili-
zador para que las mujeres comiencen a
generar actividades a nivel local y a invo-
lucrarse en sus organizaciones de base y
formar parte de los órganos dirigenciales.
Se visualiza un alto número de organiza-
ciones donde las mujeres han llegado a
los más altos cargos.
Múltiples factores que han ocurrido en
Uruguay han contribuido al desarrollo de
este proceso, pero la CNFR dio un gran
paso cuando generó su primer Encuentro
Nacional de Mujeres del Sistema de Fo-
mento Rural, a partir del cual, dicho pro-
ceso de visualización de las mujeres del
medio rural, se ha profundizado.
En esta fase, el proceso ha estado diri-
gido hacia las mujeres, pero ha permitido
que el tema género ingrese en la agenda
gremial y sea, cada vez con más énfasis,
colocado en otros espacios de trabajo de
CNFR, tales como talleres, consejos direc-
tivos, acciones con jóvenes, etc. En tanto,
se entiende fundamental seguir profun-
dizando la línea de trabajo de género en
las diferentes instancias, al momento de
continuar fortaleciendo a las mujeres de
la agricultura familiar.
El relato de una de nuestras mujeres re-
ferentes, la experiencia de Laura Montaña.
Laura Montaña es productora familiar, tie-
ne 38 años de edad vive con una hija de 11
años, su hijo de 6 y su esposo, en Colonia
Las Delicias ubicada al oeste del río Uruguay,
en el departamento de Paysandú, a 60 km
de la capital departamental. Tienen un pre-
dio de 5 hectáreas de su propiedad donde
realizan producción ovina y bovina. Hasta
hace unos pocos meses llevaban animales
a pastoreo en diferentes campos de la zona,
pero en mayo de este año, luego de presen-
tarse a varios llamados del INC, quedaron
seleccionados para una fracción en Colonia
Las Delicias.
Trabaja como auxiliar de servicio en la Es-
cuela Rural N° 44 de Colonia Las Delicias, se
encarga de las tareas domésticas en su casa
y trabaja con los animales junto a su esposo
y, en algunas oportunidades, con sus hijos.
¿Cómo se genera tú vínculo con el medio
rural?
Es de toda la vida. Nací en esta Colonia,
cuando comencé secundaria me fui a Que-
bracho, que era el centro poblado más cerca-
no en el cual podía seguir estudiando; pero
siempre quedaron las raíces acá en la Colo-
nia, mis abuelos ya vivieron acá.
Yo siempre me incliné más por el campo,
porque me gustaba y después que hice el
liceo, las vueltas de la vida hicieron que re-
gresara, y tenemos este pequeño predio en
propiedad.
¿Qué significó para ustedes recibir un
campo del Instituto Nacional de Coloniza-
ción?
Mucha felicidad, porque luego de andar
años para arriba y para abajo con los anima-
les de pastoreo en pastoreo, ahora esto nos
cambió la vida, tenemos los animales todos
juntos y trabajamos más cómodos. Le pode-
mos dedicar más tiempo a lo que nos gusta,
en familia, con los niños. Es una felicidad to-
tal tener un pedazo de tierra, es maravilloso.
En tu caso ¿qué es lo que más incidió
para quedarte en el campo?
Las raíces con el lugar, el sentimiento de
uno con ese lugar, el amor por la naturaleza,
lo afectivo, lo que significa ese pedacito de
tierra, esa casa; y la zona también, que es
muy hermosa, los vecinos, nuestra comuni-
dad es muy buena. Además, desde que se
reactivó la Sociedad de Fomento Rural (SFR)
se han generado otros vínculos.
¿Cómo se genera tu vínculo con la SFR?
Me vinculo hace 15 años, a través de uno
de los socios que trabajó en la reactivación.
En ese momento no vivíamos acá, pero es-
tábamos vinculados y comenzamos a parti-
cipar, porque era nuestra zona. Luego que
nos mudamos para acá, el compromiso y la
participación fueron mayores, permanentes.
¿Qué significa para ti y tu familia ser
parte de la SFR?
Es muy importante para nosotros, nues-
tros hijos ya están involucrados en la
organización. Es muy importante la So-
ciedad de Fomento Rural para la zona,
porque al ser tan poca población, trata-
mos junto a las zonas vecinas para que
todo funcione, podemos agruparnos y
trabajar juntos, aprendiendo también a
trabajar en grupo.
Foto: Laura Montaña
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