Revista del Plan Agropecuario N° 173 - page 66

REVISTA DEL PLAN AGROPECUARIO
En las zonas agrícolas es fre-
cuente que las chacras tengan
un porcentaje de la superficie
ocupado por desagües y/o blan-
queales donde normalmente se
pierden los cultivos o no llegan
a expresar su potencial, siendo
estas áreas mal aprovechadas,
causando pérdidas económi-
cas. Estos blanqueales se han
originado por el lavado de los
suelos, por lo tanto, siendo re-
sultado del mal manejo del pro-
ductor. Este artículo intenta dar
una respuesta de qué hacer en
estos casos.
Las pérdidas normalmente ocurren du-
rante la implantación de los cultivos o en
las cosechas, siendo afectados por las
lluvias torrenciales, las que pueden ser
frecuentes en cualquier época del año,
causando comúnmente encostramientos
y arrastres.
También ocurren problemas con los
desagües cuando se empastan, ya que
sin un manejo adecuado como podría
ser el pastoreo o pasar rotativa, se vuel-
ven un problema al detener el cauce, lo
que provoca que el agua no corra por
el desagüe, rompiendo y formando otra
zanja paralela.
¿Cuál es el manejo adecuado de estas
situaciones?
Si bien algunos productores de avan-
zada, hacen terrazas intentando corregir
estos problemas con una diferenciación
en las técnicas de cultivo, manejando el
concepto de agricultura por ambientes
(fertilización básicamente), en la mayoría
de los casos no es posible mejorar, ya que
los blanqueales, se caracterizan por tener
problemas de nutrientes y pH, y además
falta de estructura.
Una experiencia con resultados positivos
es la que se lleva a cabo en el Estableci-
miento Los Ombúes de Arnoldo Rochón,
quien ha incorporado la Festuca como una
opción productiva y conservacionista para
ser utilizada en estas áreas.
Estas pasturas cumplen varias funciones
como:
• contener la erosión y evitar el zanjeado
frecuente de los desagües;
• detener la velocidad del agua, ya que
se realizan incluyendo una parte de la
ladera, para que el agua corra con más
facilidad;
• mejorar el uso de las chacras elimi-
nando área de baja productividad
agrícola;
• producir carne mediante el pastoreo.
• producir semillas.
En estas áreas se siembra Festuca
como único cultivo (en pocos casos) o
asociada con Avena, bajando la densi-
dad de siembra de la Avena a 30 kilos
por hectárea para evitar la competencia
y favorecer el control de la erosión en el
primer invierno de producción.
La Festuca se siembra cruzada para
mejorar su implantación, evitar la com-
petencia en la fila y además para darle
una menor profundidad que exige la se-
milla más pequeña de la especie.
Se siembran alrededor de 12 kilos por
hectárea, con semilla curada con fungui-
cida e insecticida, para evitar problemas
de dumping off y/o ataques de insectos.
La Avena se utiliza ese primer año para
ser pastoreada o para hacer fardos, pu-
diendo utilizarla de forma temprana, evi-
tando así una mayor competencia.
Los fardos se hacen en el estado de
grano lechoso y se envuelven como silo
pack, ya que en esa época es muy difícil
la henificación tradicional.
Un aspecto a destacar de esta utiliza-
ción de los bajos con Festuca es la alta
producción de materia seca, debido a
que son zonas húmedas donde incluso
en el verano difícilmente les falta agua.
En estas áreas, los cultivos de Festu-
ca tienen una altísima duración, se ha
constatado pasturas de más de 11 años
con altos niveles de producción, los que
se han quemado para poder sembrar se-
millas básicas. Estos últimos cultivos se
cierran temprano para cosechar semilla,
por lo cual se están sembrando todas es-
Manejo conservacionista de bajos agrícolas
¿Desperdicios o praderas productivas?
Ing. Agr. Mario Pauletti Dubosc
Plan Agropecuario
Recursos naturales
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