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Foto: Plan Agropecuario
AYER ESTUVIMOS
sombra y agua en el predio, con el IPA
y SUL intercambiar conceptos con los
técnicos y participar en capacitacio-
nes y giras a otros predios, de las que
surgen todas las ideas para mejorar el
manejo de Campo Natural y potenciar
algún potrero con fertilización. Con el
INIA tuve la posibilidad de participar en
un proyecto de monitoreo y manejo de
Campo Natural, el cual se desarrolló
entre el 2013 y 2015. Esta participación
me permitió corroborar y mejorar el
manejo del campo que venía realizan-
do, regulando la carga a la capacidad
del potrero mediante la asignación de
forraje.
Hoy en día ya no podría trabajar con
los campos pelados, con 2 a 3 centí-
metros de altura; siempre tengo que
tener potreros con 6 a 10 centímetros,
lo que permite estar seguro de que los
animales van a comer bien por lo me-
nos por un periodo para adelante y me
permite tomar algunas decisiones sin
tanto apuro y correr menos riesgos.
¿Quiénes trabajan?
La mano de obra que se utiliza es
la propia y en algunos momentos, se
contrata alguna persona. Se tratan de
organizar las tareas más grandes para
cuando pueda estar toda la familia.
Respecto a la familia ¿Cómo fue la
crianza de tus hijos tan lejos de la
ciudad?
Durante todos estos años el acompa-
ñamiento de la familia fue un gran pilar.
Para continuar con la producción, nues-
tros tres hijos fueron a la escuela de
Carumbé, que queda sobre la ruta 31
hacia el lado de Salto, a unos 20 kiló-
metros del predio; por las condiciones
del camino y la distancia siempre los
llevábamos los lunes y los traíamos
los viernes. La cosa cambió mucho en
el año 2010, cuando uno de ellos ter-
minó la escuela y para que continua-
ra los estudios secundarios debimos
optar por invertir en una casa en la
ciudad de Tacuarembó y la madre se
trasladó con los tres chicos para allá.
Desde entonces, yo me quedo en el
predio durante la semana y el fin de
semana me voy para la ciudad o ellos
vienen para acá.
Reflexionando
En pocos años Alejandro implemen-
tó medidas referentes a la orientación
productiva en vacunos y lanares, al
manejo del pasto, a la relación entre
lanares y vacunos, la incorporación de
tecnologías de proceso; pero también
a nivel social, siendo parte de un gru-
po, construyendo vínculos con pro-
ductores y técnicos de distintas insti-
tuciones. Estas acciones son propias
de un espíritu inquieto que se plantea
objetivos para seguir mejorando, que
lejos de los centros urbanos, sobre
campos superficiales, algunas veces
solo, con la familia y otras en grupo,
explora y pone en práctica distintas
opciones para lograr buenos resulta-
dos, los que hoy son más que positi-
vos. Ante todo, Alejandro y Karina han
construido una familia en el campo,
criando tres hijos que luego de termi-
nar sus estudios, seguramente con-
tinúen vinculados al campo y en esa
construcción radica su gran logro.