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su principal debilidad durante los ve-
ranos secos. En invierno si bien hay
que apoyarlo con bloques proteicos y
algún fardo producido de avena, des-
de agosto empieza a brotar”. El 30%
restante del campo son bajos de las
costas del Queguay que se utiliza
estratégicamente una vez que los ro-
deos terminan de parir, durante el en-
tore, hasta el siguiente otoño-invierno
en que se “suben a parir nuevamente
a los campos más duros”.
El gusto personal por la oveja, las
ventajas comparativas del precio de
las lanas finas, las características del
campo y el alto relacionamiento con
el SUL, determinan la alta inclinación
hacia el rubro. Manejado con criterios
técnicos modernos (esquila preparto,
encarnerada de abril, test copropara-
sitarios, etc), es de las pocas explota-
ciones que maneja más de dos lana-
res por ha y una relación lanar vacuno
de 5 a 1.
El rodeo de vacas al entore es de
240, manejado con encierres noctur-
nos durante unas dos o tres veces por
semana en mangas que cada potrero
tiene. Al parto la clave es la vigilancia
de las pariciones recorriendo de ma-
ñana y durante la tarde.
El destete es realizado en marzo-
abril con terneros que pesan 200 kg.
Los machos se venden. Un rodeo es-
tabilizado en cabezas permite vender
un 25%-30%, excedente de terneras
o vaquillonas. Durante los inviernos,
clasifica las recrías por peso para ser
manejadas en potreros con mejores
pasturas disponibles y además suple-
menta con sales con proteína y fardos
de sorgo o avena cosechados en el
establecimiento (15-20 ha). Ese ma-
nejo permite que las vaquillonas sean
entoradas a los dos años en noviem-
bre, con un peso inicial de 350 kg.
El manejo descripto, arroja resulta-
dos que son consistentes año tras
año, traducido en la preñez del rodeo
vacuno y también en la señalada lanar
que es de un 80% de la majada encar-
nerada. Ver Cuadro 1.
Conclusión
Las conclusiones se sacan luego
de analizar argumentos. Los argu-
mentos se avalan con hechos y estos
con resultados. Este no es un ejem-
plo más de resultados logrados, sino
que muestra la forma inteligente en
que puede ser manejado un sistema.
Para ello la clave es el conocimiento
profundo de los recursos existentes,
el reconocimiento de las limitantes
productivas y por sobre todo de las
personales.
Todo barco depende de su capitán
para navegar. En este caso Mariane-
la y quizá su formación personal, le
dan esa capacidad de conducir una
empresa sin que le signifique “de-
masiado esfuerzo”, aplicando algo
sencillo de decirlo: el gusto por com-
partir experiencias y el placer por re-
cibir conocimientos. Por eso su am-
plio vínculo con tantas instituciones
(SUL, Plan Agropecuario, Facultad
de Agronomía-Veterinaria, Liga de
Guichón, Grupo Alianza del Pastizal,
Fomento de la Colonia). El gusto y la
humildad por aprender la hacen asi-
dua concurrente a jornadas técnicas
junto a su tripulación el personal de
campo, concientizados en que deben
estar informados y capacitados. Esa
enseñanza es compartida y aplicada
en el sistema. Forman un equipo de
trabajo, donde cada uno sabe muy
bien el rol que les toca, juegan de
memoria en las tareas de campo de
cada día, en cada momento. Según
sus dichos: “si se brinda información
y además es gratuita, como no apro-
vecharla. El intercambio es la clave”.
Su establecimiento es visitado con
frecuencia por técnicos, productores
y estudiantes en jornadas demostra-
tivas. Según sus dichos, “comparte
y aplica con los demás lo que sería
bueno para uno mismo”.
Categoría
Total
Preñadas % Preñada Falladas
% Fallada
Vaq 2
67
66
99%
1
1%
Vacas 1er cría
40
35
88%
5
13%
Vacas Adultas
130
117
90%
13
10%
237
218
92%
19
8%
Cuadro N° 1.
Resultado diagnóstico gestación 2016
El Ancla- Marianela Merello
Foto: Plan Agropecuario