Revista del Plan Agropecuario N° 167 - page 44

Ganadería
pie tiene que ser 4 para que tengan elevadas
probabilidades de volver a preñarse (foto 2).
Nuevamente, haciendo un análisis de la
condición corporal del rodeo de las vacas
multíparas tendremos una idea de “dónde
estamos parados”. En la medida que este-
mos lejos de una condición corporal 4, va-
mos a tener que tomar medidas extremas.
Si están muy mal (condición corporal 3 o
menor) vamos a tener que hacer un des-
tete precoz masivo para poder preñarlas o
realizar un flushing tal como lo explicamos
antes. Si la condición corporal es superior
y nos genera ciertas dudas sobre su estado
reproductivo, vamos a tener que optar por
el diagnóstico de actividad ovárica, como
herramienta que nos proporcione informa-
ción más certera. Así sabremos si los vien-
tres están ciclando, en anestro superficial y
en anestro profundo. Las decisiones a tomar
van a ser lo mismo que mencionamos para
las vacas de primera cría con el mismo re-
sultado del diagnóstico de actividad ovárica.
O sea, a las vacas que estén ciclando y las
que estén en anestro superficial se les rea-
lizará destete temporario y las que están en
anestro profundo, destete precoz o flushing.
Las vaquillonas que ingresan al
rodeo de cría
Las vaquillonas comienzan su vida repro-
ductiva y es fundamental que este momen-
to ocurra lo más temprano posible. Está
demostrado que una preñez tardía en esta
categoría es muy difícil de revertir con el
tiempo, solo sacrificando una preñez, ha-
ciéndolas fallar un año. De lo contrario to-
das las medidas que se tomen permitirán
correcciones mínimas de esta situación.
Por lo expuesto y al momento que los lec-
tores estén leyendo este artículo, el “partido
ya está jugado”. Quiere decir que ya tendrían
que tener las vaquillonas preñadas o muy
cerca de estarlo. En caso contrario, se debe
analizar cómo fue su primer invierno. Si tu-
vieron ganancias de peso o por lo menos
no perdieron kilos durante ese período, es
esperable que se puedan obtener respues-
tas a manejos. De lo contrario, insistir con
medidas de manejo posteriores no permiti-
rá obtener buenos resultados. O sea, es muy
probable que se preñen (no lo harán solo
si tienen muy poco desarrollo), pero no lo
van a hacer temprano, que es una meta que
nos debemos poner. Teniendo en cuenta
los posibles manejos para hacer si vienen
bien criadas desde el primer invierno, están
orientados a un shock alimenticio (flushing),
que se puede realizar con pasturas o con su-
plementos. También el efecto macho favore-
ce la ocurrencia del celo, ya sea ingresando
al mismo potrero toros o con novillos con
hormonas.
A tener en cuenta
En situaciones adversas, las vacas van
a redireccionar los nutrientes y no van a
destinar recursos para la función repro-
ductiva. Tiene otras “asuntos” que atender
y eso pasa por el ternero que tiene al pie y
ella misma. Por lo tanto tenemos que ac-
tuar para poder “acomodar los zapallos en
el carro” y lograr dar señales a los vientres
que las condiciones son buenas y por lo
tanto vuelvan a la actividad reproductiva.
En momentos que las condiciones cli-
máticas no son adecuadas y tengamos
pasturas de baja calidad, la condición
corporal deja de ser una herramienta que
nos proporcione datos exactos del com-
portamiento reproductivo de los vientres.
El diagnóstico de actividad ovárica nos va a
dar elementos más certeros y podremos en-
contrar vientres que estén en buena condi-
ción corporal, pero su situación reproductiva
no se corresponda con su estado.
Nunca sabemos las condiciones que se
van a dar durante el entore del próximo
año. Por lo tanto, tenemos que preñar los
vientres lo más temprano posible dentro
de la estación de servicio que hayamos
elegido en el predio, para poder obtener
terneros pesados, destetando tempra-
no los vientres en el otoño para poder
mejorar la condición corporal antes del
invierno, lo que además nos va a permitir
“perder” días en la medida que las con-
diciones climáticas no sean adecuadas
en entores futuros. Recordemos que la
preñez de los vacunos dura aproximada-
mente 280 días y nos quedan 85 días para
volver a preñar los vientres, si queremos
mantener el momento de parición de los
vientres. En la medida que tengamos pre-
ñeces tardías, los días que perdamos por
condiciones adversas durante el entore,
van a implicar más retraso en las preñe-
ces futuras y en algunos casos habrá que
prolongar los entores más de lo deseado.
Como siempre sucede con las condi-
ciones climáticas cambiantes de nuestro
país, la “claridad” que pareció haber al
principio de la primavera tiene algunos
signos de interrogación, que amenazan la
performance de los vientres y en algunas
zonas estas amenazas son mayores. Exis-
ten herramientas para manejarse en estas
condiciones de incertidumbre. Para esto
es necesario monitorear y relevar infor-
mación sobre el estado de las diferentes
categorías de vientres, lo que nos va a
permitir tener elementos objetivos para
tomar decisiones y orientar los recursos
dependiendo de las necesidades reales y
lograr así, los mayores efectos y mejores
resultados.
Asesórese y busque información para
que la Naturaleza no decida por Ud.
Foto: Plan Agropecuario
Foto 2. Grado de condición corpo-
ral 4, necesario para preñar una
vaca que parió más de una vez.
Grado 4: Moderada Liviana
Área alrededor de la inserción de la
cola levemente hundida.
Columna, costillas, cadera y pelvis
con poca cobertura de grasa.
Con masa muscular normal y evi-
dente deposición de grasa sub-
cutánea. Espinazo y costillas lige-
ramente evidentes. Huesos de la
cadera redondeados. Anca ligera-
mente marcada, área de inserción
de la cola ligeramente hundida. La
separación de los músculos geme-
los de la pierna es evidente.
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