REVISTA DEL PLAN AGROPECUARIO
mente en las cerdas, son los abortos y el
nacimiento de lechones débiles o morti-
natos (que nacen muertos). En machos, es
la orquitis (inflamación en uno o ambos
testículos), a lo que sigue muchas veces
la esterilidad, aunque hay casos en que
a través del semen pueden excretar Bru-
cella
suis
sin mostrar síntomas aparentes.
También los animales pueden tener in-
flamación de las articulaciones (artritis),
acompañada de cojeras y dificultad para
desplazarse, incluso en algunos casos,
llegándose al extremo de la parálisis pos-
terior.
Tratamiento
No existe un tratamiento eficaz y viable
para los animales enfermos, por lo que su
identificación mediante pruebas serológi-
cas (análisis de laboratorio tras la extrac-
ción de sangre) y la posterior eliminación
de estos animales, es la forma más acon-
sejable de erradicar la enfermedad del
predio afectado.
En el ser humano
La brucelosis en una zoonosis de extre-
ma importancia. Provoca generalmente
una enfermedad debilitante, con tenden-
cia a ser crónica y recurrente, pudiendo
llegar a afectar varios órganos e incluso,
llegando a tener consecuencias graves.
En la mayoría de los casos es una en-
fermedad ocupacional, afectando en con-
secuencia, a personas que se encuentran
expuestas gran parte del tiempo a los
materiales infectados, como es el caso
de personal de plantas de faena, médicos
veterinarios, productores y trabajadores
rurales en general.
Las personas suelen contagiarse por
el ingreso de la bacteria a través de las
mucosas (conjuntiva ocular por ejemplo),
inhalación de aerosoles (partículas con-
taminadas suspendidas en el aire) o di-
rectamente a través de alguna lesión en
la piel. Debemos tener en cuenta también
que las bacterias de Brucella
suis
pueden
colonizar la ubre de la vaca, por lo que
el consumo de leche y derivados sin pas-
teurizar podría llegar a ser una potencial
fuente de infección indirecta para las per-
sonas.
Síntomas en humanos
Si bien algunas personas infectadas
por Brucella pueden no presentar sínto-
mas, en los casos donde la enfermedad
se presenta, los síntomas son bastantes
variables.
Puede manifestarse como un estado
febril al comienzo, con síntomas inespe-
cíficos similares a los de un estado gripal,
con sudoraciones abundantes especial-
mente en las noches. Posteriormente,
algunas personas que enferman se recu-
peran de forma espontánea, pero otras
manifiestan síntomas que se vuelven per-
sistentes en el tiempo.
En ocasiones se llegan a comprobar
complicaciones dependiendo de la loca-
lización de esta enfermedad, las que van
desde problemas osteoarticulares, hasta
fatiga crónica o problemas genitales.
Tratamiento
El tratamiento en humanos se realiza
mediante la administración de antibió-
ticos, pudiendo en algún caso existir re-
caídas debido a las características de la
enfermedad.
Al igual que para el caso de otras enfer-
medades zoonóticas (que se trasmiten de
los animales al hombre), es importante al
acudir al médico con síntomas aparentes,
informar al profesional sobre las activida-
des que realizamos y de qué manera es-
tamos en contacto con los animales para
que pueden ser descartadas algunas de
estas enfermedades.
Prevención y control
La prevención y control de la enferme-
dad en humanos, se relaciona con su
identificación y eliminación de esta en los
animales domésticos.
El conocimiento de la enfermedad en
la población y sobre todo de los produc-
tores y trabajadores rurales, personal de
mataderos y manipuladores de carne, se
considera fundamental. De igual manera,
la conciencia sobre los riesgos de consu-
mir leche cruda sin hervir o pasteurizar y
el consumo de derivados lácteos sin este
proceso.
Se debe tener cuidado y prevenir el
contacto con materiales que pueden es-
tar contaminados. Las ayudas al parto por
ejemplo, la manipulación de placentas y
abortos sin la debida protección, como
por ejemplo uso de guantes y ropa lo más
impermeable posible, son formas de re-
ducir el contagio. Es importante también
desinfectar esas áreas y ventilarlas. Lo
mismo es recomendable hacer cuando se
manipular reses o sangre en el caso de
las faenas realizadas en los propios esta-
blecimientos para consumo interno.
Es fundamental que ante cualquier sos-
pecha de la presencia de la enfermedad
en el establecimiento, se comunique con
su Médico Veterinario de confianza quien
lo podrá asesorar al respecto. Es impor-
tante recordar que los abortos que ocu-
rren en nuestro establecimiento se deben
notificar obligatoriamente ante las auto-
ridades sanitarias del Ministerio de Ga-
nadería, Agricultura y Pesca, permitiendo
de esa forma identificar el problema de
manera precoz, evitando así mayores pér-
didas productivas y riesgos a la salud de
las personas.
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