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AYER ESTUVIMOS
rizonte. en noviembre traje un albañil,
cambié algunas aberturas, hice algu-
nos pisos, arreglé la cocina y traje a
mi familia.
Seguimos subiendo la producción,
en 1992 compré un grupo electrógeno
y un tanque de frío de 1500 litros y en
1996 gracias a un proyecto de DIPRO-
DE pudimos hacer carretera y poner la
corriente eléctrica (UTE).
Llegamos a ordeñar un máximo de
140 vacas, logrando una producción
promedio de 3500 litros de leche por
día, gracias a la permanente mejora
genética de los animales, el manejo
de pasturas en base a praderas y el
uso eficiente de la reserva forrajera.
Durante 7 años (1987 a 1994), tuve
150 ovejas, compradas con un crédito
de Colonización; estaban en el peor
campo, con más piedra, cuando ter-
minaba el ordeñe y había corderos,
carneaba 1 o 2 por día para ayudar a
los gastos de la familia.
¿Qué rol cumplió el grupo de pro-
ductores?
En 1978, formamos el CREA Tarari-
ras, con apoyo del Ing. Agr. Amilcar
Rivoir (técnico de CONAPROLE). Los
técnicos que trabajaron en diferentes
etapas como extensionistas fueron
los Ings. Agrs. Ever Chape, Mario Fos-
satti y Silvia Bertón.
El grupo CREA me ayudó muchísi-
mo, fue mi tabla de salvación, es una
metodología para aprender y crecer,
aprovechando la mejor tecnología.
Hay un aprendizaje mutuo tanto de los
productores, como también del equi-
po técnico. Porque hay que entender
que cada establecimiento es distinto,
donde tienen que adaptarse los ani-
males y las pasturas a cada familia.
¿Qué aporte realizo la Siembra Di-
recta a la producción del estableci-
miento?
La Siembra Directa nos cambió la
vida; estos campos eran muy pobres,
con zanjas, nunca habían puesto un
gramo de fertilizante. A partir de una
experiencia muy buena que tuve
personalmente con la aplicación de
glifosato alrededor de unos árboles
de limones, cuando vino la Siembra
Directa a la zona, dije que no muevo
más nada. Los integrantes del grupo
me decían “mira que es una técnica
nueva, empieza de a poco…”
Hasta ese momento, cada vez que
movíamos el suelo, sacábamos mu-
chas piedras para la superficie, que
implicaba un trabajo muy grande para
sacarlas del campo, porque no podía-
mos pasar rotativa o enfardar.
Con la Siembra Directa, comenza-
mos a trabajar los campos sucios, y
pudimos sembrar hasta casi “arriba”
de las piedras. También los campos se
mejoraron enormemente, cambió mu-
cho
;
cuando comencé a trabajar estos
campos tenía 1 o 2 ppm de P2O5 y
ahora los potreros no tienen menos
de 20 ppm y alguno llega a 40 ppm
de P2O5.
Para lograr buenos resultados en
Siembra Directa, fue necesario hacer
bien los barbechos, tratar que al mo-
mento de la siembra exista material
muerto en superficie, para no dejar el
suelo descubierto. Donde el agua co-
rre y es muy quebrado, es necesario
dejar franjas empastadas, para que
no haya erosión. Cuando se formaban
zanjas poníamos la poda de tala y es-
tiércol de los animales, lo que favore-
cía la instalación de gramíneas, evitan-
do que corra el agua.
Fuimos los primeros en comenzar
a trabajar con Siembra Directa en la
zona (1994). En la Sociedad Fomento
Rural Tarariras se formó un grupo de
Siembra Directa, con el apoyo de los
técnicos Villanueva y Fernandez, y los
primeros lunes de cada mes salíamos
a recorrer lo que estaban probando
otros productores, y al final hacíamos
una discusión sobre los temas vistos.
También empezamos a participar en
las reuniones de AUSID.
¿Por qué y cuando decidió cam-
biar de rubro?
En abril del 2013 decidimos cerrar
el tambo, un poco por la edad y otro
poco por problemas de personal, últi-
mamente tenía dos matrimonios que
se alternaban con el trabajo, pero tuve
algunos problemas que me costaron
muchos pesos con juicios, a pesar de
tener todo en regla.
Pensé que la invernada sería más
tranquila, como estar de vacaciones
Foto: Plan Agropecuario