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grupo familiar (unidad familia-explota-
ción) le agregan una dosis importante
de variabilidad acerca de la vivencia
de una sequía.
Los campos más superficiales son
los más vulnerables
Parece una obviedad. Los campos
superficiales acumulan menos agua en
su perfil de suelo (a veces tan solo el
equivalente a 20 mm de agua) por lo
que frente a un déficit hídrico, se se-
caran antes. Ello es visible en cualquier
campo de basalto en pleno verano,
donde 20 días con ausencia de lluvias
pintan de amarillo o verde el paisaje.
Por otro lado, los campos superficiales
producen menos pasto en cualquier cir-
cunstancia por lo cual recibirán menos
carga animal. Finalmente entonces, son
más vulnerables a las sequías que los
profundos. Naturalmente, no estamos
planteando la necesidad de cambiar
de campo sino tan solo ser consiente
del recurso que se dispone, para deci-
dir qué sistema de producción se pone
arriba del mismo, como también la cele-
ridad de tomar decisiones frente a una
sequía.
Los campos bajos nos defienden
Múltiples experiencias tenemos acer-
ca de la importancia de disponer de un
área de campos bajos en el predio. De-
moran más tiempo en secarse, están
verdes siempre, producen mucho forra-
je y si tienen un monte galería también
son fuente de forraje en situaciones ex-
tremas, en donde se han logrado salvar
cantidades importantes de ganados. En
caso de disponerlo, su separación del
resto del campo-subdivisión mediante-
permitirá manejarlo como una reserva
de forraje para periodos de sequía.
Tener aguadas seguras y campos
divididos ayuda mucho
El agua es el principal nutriente de los
animales. Ellos pueden sobrevivir mu-
cho tiempo con poco de comer pero no
sin agua para beber. Por eso, el disponer
de “agua segura” parece una consigna
básica para mejor enfrentar las sequías.
Las subdivisiones de campo nos permi-
tirán su mejor manejo, dividir categorías
para asignar preferencias de pastoreo
y/o suplementación, y evitar de abrir to-
das las porteras y juntar todo el ganado
en un solo lote. Dada su importancia, el
MGAP ha dispuesto en los últimos años
varios proyectos alentando a resolver
esta temática.
El sistema de producción que pone-
mos arriba del campo tiene que ver
Este punto es de singular importancia
dado que es resultado enteramente de
decisiones propias. ¿Qué sistema de
producción practico? Sabemos que los
sistemas criadores que por tanto tienen
vacas preñadas en su stock son los más
sensibles y que los recriadores de ma-
chos son los de mayor flexibilidad.
El tormento de bocas arriba del
campo es mala cosa
La carga animal es una de las varia-
bles más relevantes, porque influye en
cuanto pasto tendrá asignado cada ani-
mal que dispongo en el campo y que
reserva de forraje tendré disponible a
ser utilizada en situaciones de sequía.
En nuestra experiencia, los productores
que trabajan con carga animal ajusta-
da a la producción del campo siempre
tienen resto para enfrentar las sequías
(reserva de pasto) y sus ganados se
enteran de la falta de pasto muy pos-
teriormente, con lo cual los indicadores
productivos se ven menos afectados.
Las ovejas aguantan mejor que los
vacunos
No es novedad la característica sobre-
saliente de los lanares para enfrentar
periodos de sequía. Su hábito de con-
sumo y las características propias de la
especie la hacen menos vulnerable a
las sequías. Ello explica porque los pro-
ductores que explotan campos duros,
tienen alta predominancia de lanares en
su carga animal. Por otro lado, hemos
visto como algunos productores en si-
tuaciones de sequías, reducen la carga
animal de vacunos e incrementan la de
los lanares, como forma de adaptarse
mejor a la situación y no reducir dramá-
ticamente los niveles de producción e
ingresos.
La suplementación es clave
En esta región, las sequías han sido
las mayores promotoras de la intro-
ducción de la suplementación en los
predios ganaderos. Han sido la puerta
de entrada para esta tecnología. Pero
la mayor enseñanza es que los anima-
les tienen que saber comer y para ello
aprender desde chicos para que cuando
se presenta la necesidad de suplemen-
tar para salvar animales, ello sea posible
de implementar. Así, actualmente, hay
muchos productores que al momento
del destete ya enseñan a comer a los
terneros previendo el uso de la suple-
mentación en el futuro.
Estar arriba de la jugada
El monitoreo y seguimiento perma-
nente del sistema de producción, el
pasto, los ganados, las aguadas, etc.,
contribuye a tomar decisiones en tiem-
po y forma. Las sequías no se desenca-
denan de un día para el otro, por lo que
un adecuado seguimiento de la situa-
ción nos permitirá hacernos de informa-
ción para decidir en forma anticipada a
que se agudicen los problemas. Un dé-
ficit hídrico en el suelo, afectará la pro-
ducción de pasto en forma retrasada;
ello nos da ventajas, pero no abusemos
de ellas. Por otro lado, el punto principal
de monitoreo y seguimiento debe ser
el crecimiento y disponibilidad de pas-
to antes que la condición corporal del
ganado. Cuando tomamos decisiones
solo mirando la condición corporal del
ganado, ya será tarde.
Mantener la cabeza fría, tomar de-
cisiones y no dejarse atrapar por la
sequía
No solo es importante hacerse de la
información para decidir mejor, sino
también tomar las decisiones a tiem-
po, en el momento adecuado. ¿Quién
no conoce las consecuencias de tomar
decisiones tardíamente? El caso más
común, el ajuste de carga a través de
la venta de ganados flacos y a precios
de sequía. ¿Quién no recuerda cambiar
una vaca flaca por un rollo de fardo en el
88/89, o venderla a U$ 80 en la sequía
del 2008/2009? . Como anécdotas, un
par de ellas. Hace años, un productor
me comento que se fue de vacaciones
(muy merecidas por cierto) y cuando
volvió la situación impuesta por la se-