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RECURSOS NATURALES
Este artículo pretende reflexionar
sobre lo ocurrido en algunos cam-
pos de este país con el denomina-
do “boom agrícola”, más allá de
los números, y extraer alguna con-
clusión como aprendizaje para el
futuro, sin buscar víctimas ni victi-
marios.
Y después del boom agrícola ¿Qué?
Ing. Agr. Alejandro Terra Natero
Plan Agropecuario
Al terminar la seca de otoño, en
el mes de agosto, en Paso de los
Toros, escuchamos una charla del
Ing. Agr. Danilo Bartaburu hablando
sobre:”¿qué aprendimos los ganade-
ros de las sequias?” Esta presenta-
ción nos incentivó a reflexionar en la
misma línea de pensamiento respecto
a la agricultura y fue el disparador de
este artículo.
Con esto pretendemos reflexionar
sobre lo ocurrido en algunos cam-
pos de este país con el denominado
“boom agrícola”, más allá de los nú-
meros, y extraer alguna conclusión
que nos sirva para el futuro, sin buscar
víctimas ni victimarios.
Principales cambios ocurridos con
la expansión de la frontera agrícola.
Como es sabido, a impulso del au-
mento de los precios de los granos
(principalmente soja) desde el año
2004 se produjo un incremento en
el área de siembra que alcanzó a un
pico de 1,5 millones de hectáreas en
el año 2013. Esta expansión agrícola
vino acompañada del ingreso de nue-
vos actores en el sector como, pro-
ductores extranjeros (mucho de ellos
argentinos) empresas exportadoras de
granos, consorcios de capitales nacio-
nales. Este proceso incorporó nuevas
áreas de suelos marginales para la agri-
cultura, generando un cambio no solo
productivo sino también social.
Muchos productores incentivados
con el precio de las rentas (600 a 700
kg de soja por hectárea por año) y
necesitados de solucionar problemas
económicos que venía arrastrando de
una crisis de más de 15 años, entre-
garon en arrendamiento sus campos
y en múltiples casos abandonaron la
producción ganadera.
Este “encandilamiento” fue lógico ya
que el valor de rentas ofrecido equipa-
raba el valor de venta de sus tierras
de algunos años atrás. Se percibía por
arrendamiento en el entorno de 300
dólares por hectárea algo impensado
a principio de siglo o antes.
Se observaba con frecuencia que los
contratos de arrendamiento no con-
templaban el cuidado y conservación
de los suelos lo que con el tiempo
trajo aparejado grandes problemas
de erosión. El agricultor con rentas
Foto: Plan Agropecuario