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evidencia que las tierras dedicadas a la
ganadería son una amplia mayoría pues
totalizan 13,4 millones de hectáreas en
el censo 2011 y acumula 81.9% del área
agropecuaria, habiendo presentado la
máxima proporción (92%) en el año
1990 (cuadro 1). Sin embargo, ha ocu-
rrido una importante reducción ya que
entre 2011 y 2000 dicha área disminuyó
en 1.3 millones de hectáreas (-9%).
Para los diferentes momentos la su-
perficie de agricultura le sigue en im-
portancia al rubro ganadero, que en tér-
minos absolutos llega al máximo de 1,6
millones de hectáreas (10% del suelo
con uso agropecuario 2011), en particu-
lar derivado del destacado aumento en
la última década de 138% (cuadro 1).
El incremento del área dedicada a fo-
restación es responsable - junto con la
agricultura de secano - de los cambios
más importantes del agro uruguayo,
superando el millón de hectáreas en el
2011; consecuencia de aumentos del
62% en los últimos 10 años y de 2,5 ve-
ces entre 1990 y 2011(cuadro 1).
El agrupamiento de “otros usos” –in-
cluyendo tierras para sembrar e impro-
ductivas- acumula una baja y estable
proporción de área del 2% (cuadro 1).
Dedicado a la ganadería
La inclusión de los principales rubros
identificables con la ganadería (carne,
lana y leche) asume que tienen como
principal fuente de alimento a las dife-
rentes pasturas (cuadro 2).
El campo natural es el componente
más importante dentro de lo dedicado
a ganadería, con el máximo registro
como porcentaje en 1990 y algo meno-
res en 2000 y 2011 (86%, 79% y 78%
respectivamente). Es así que en área
muestra una sostenida disminución a lo
largo de las dos décadas, con un máxi-
mo descenso de 1.1 millones hectáreas
en el último período, en alto grado deri-
vado del incremento de la agricultura de
secano y la forestación (cuadro 1).
Sumando todas las formas de cam-
pos mejorados (fertilizados y en cober-
tura, praderas plurianuales y cultivos
forrajeros anuales), surge un desta-
cado incremento del 75% durante la
primera década analizada (de 1,3 a 2,3
millones de hectáreas), pasando pos-
teriormente a estabilizarse en torno a
las 2,2 millones de hectáreas, equiva-
lente a un 13,4% del territorio.
Dentro de los campos mejorados los
cultivos forrajeros anuales muestran
una tendencia a aumentar y casi du-
plicarse al pasar de 328 a 592 mil hec-
táreas. De todas formas su máximo
valor apenas significa una cobertura
del 4.4% dentro de lo ganadero (13,4
millones de hectáreas). Las praderas
plurianuales que mostraron un franco
ascenso en la primer década (81%),
cayeron 22% en la segunda.
Cabe destacar la ocurrencia de otros
cambios a la interna de las pasturas:
sobre un total de 1 millón de hectá-
reas de praderas plurianuales destaca
la elevada proporción con menos de 3
años de instalada (92%) y correspon-
diendo 41% a instaladas en el propio
año censal
3
Por otra parte el aumento
de forrajeras anuales (174 mil hectá-
reas) tiene internamente otros cam-
bios: aparecen 14% de cultivos es-
pecíficamente destinados a reservas,
determinando una mayor proporción
de alimento para consumo diferido.
Una parte de estas mejoras se desa-
rrolla en explotaciones con ganadería
vacuna de carne, indicando cambios
progresivos dentro del sistema tradi-
cional.
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Cuadro 2.
Uso del suelo dedicado a ganadería en 2011 (miles hectáreas y porcentaje) y variación
entre años
Uso del suelo
2011
Variación (en %)
Mil ha
% 2000/1990 2011/2000
DEDICADO A LA GANADERIA
13.396
82
1
-9
Campo natural
1
10.518
64
-8
-10
Campo natural fertilizado y/o
sembrado en coberturas
683
4
110,1
0,8
Praderas artificiales plurianuales
934
6
81,3
-21,9
Cultivos forrajeros anuales
592
4
27,5
41,6
Tierras de rastrojo y bosques naturales
669
4
21,8
-12,7
1/ Incluye superficie de bosques naturales. Fuente: MGAP-DIEA, Censos Agropecuarios 1990, 2000 y 2011.
Dedicado a la agricultura.
Este incremento en superficie pro-
viene de forma notoria del área de
chacra, que alcanzó las 1.6 millones
de hectáreas durante la última década
(cuadro 3). Se produjo un aumento de
931 mil hectáreas respecto al 2000,
siendo el registro de mayor variación
(138%), resultando interesante ver
las modificaciones a su interior. Esta
situación no había ocurrido entre los
dos primeros censos cuando en el tra-
bajo que aparece como antecedente
se señalaba
5
: “... el área dedicada a
la agricultura de cultivos cerealeros e
industriales (incluyendo arroz) se man-
tiene prácticamente constante, pues
pasa de 608 a 598 mil hectáreas en
el período; pero esto esconde dos fe-
nómenos con sentido contrario: la dis-
minución de la superficie dedicada a
cultivos de secano y el aumento en la
superficie de arroz, que prácticamen-
te se compensan entre sí”.
En el último censo la modificación
más significativa se registra a nivel
de cultivos cerealeros e industriales
de secano cuya área tiene un aumen-
to de 942 mil hectáreas, duplicando
la registrada en el Censo del 2000, y
se explica principalmente a través del
cultivo de la soja, cuya área pasó de
17 mil hectáreas a 930 mil hectáreas.
6
El área total del resto de cultivos que
se ubican en el grupo de agricultura
intensiva presenta una disminución
entre los últimos censos desde 75
3. Censo General Agropecuario 2011, Resultados definitivos, MGAP-DIEA, cuadro Nº 110.
4. Censo General Agropecuario 2011, Resultados definitivos, MGAP-DIEA, cuadros Nº 102 y 124.
5. Regiones de especialización productiva, MGAP-DIEA, Agosto 2004
6. Censo General Agropecuario 2011, Resultados definitivos, MGAP-DIEA, cuadro Nº 107.