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El pasado martes 28 de noviembre se presentaron los resultados de las Carpetas Verdes del ejercicio 2022/2023, en este marco compartimos la nota escrita realizada por el Coordinador del Programa de Monitoreo de Empresas Ganaderas, el Ing. Agr. Mag. Carlos Molina para la ocasión. También compartimos la entrevista audiovisual realizada al Ing. Molina que resume los resultados del monitoreo.


Introducción 
Esta información es generada en el Programa de Monitoreo de Empresas Ganaderas, a través del cual, el Plan Agropecuario releva información de un conjunto de empresas, que sus titulares voluntariamente comparten. Para este relevamiento que se realiza anualmente desde el año 2000, se utiliza como herramienta de registración, la tradicional “Carpeta Verde del Plan Agropecuario”. Este es el vigésimo segundo ejercicio analizado, posicionando al Programa de Monitoreo y al Plan Agropecuario como una fuente confiable en el ámbito ganadero que permite disponer de información comparable entre años.
Este programa no pretende, ni es su objetivo, ser representativo del universo total de empresas  ganaderas del país, ya que no es posible debido a su constitución, cantidad de empresas, sus características, motivos de participación, etc. Igualmente entendemos que nos ubica en una posición de privilegio desde dónde tenemos la posibilidad de observar a las empresas y conocer sus resultados con un foco muy preciso. En este ejercicio participan nuevamente del análisis, en el orden de 130 empresas ganaderas de todo el país.
Estamos convencidos que es relevante esta información para quienes producen y que participan en el Programa. El hecho de contar con información propia, objetiva y confiable, con la mirada puesta en lograr un mejor control de sus empresas y tomar decisiones con más y mejor información contribuye con el aumento de la sostenibilidad de las mismas. En el mismo sentido, es muy importante para el Plan Agropecuario contar con dicha información, para entender mejor cómo son, cómo funcionan y qué resultados obtienen estas empresas, insumo de suma importancia para una institución de extensión.


 
Los resultados de las empresas ganaderas
Como es costumbre, las empresas son agrupadas por sistema de producción. Se analizan separadamente empresas que realizan ciclo completo en vacunos y empresas que se dedican a la cría vacuna.
En el ejercicio 2014-2015 comenzamos a agrupar las empresas por zona agroecológica, debido a eventos climáticos diferenciales ocurridos en aquel ejercicio.
En este ejercicio, al igual que en todos los ejercicios pasados desde la fecha indicada, mantenemos esa forma de presentación.
El ejercicio se caracterizó, desde el punto de vista climático, por una gran sequía, afectando de manera muy severa al país en general y a las empresas ganaderas en particular.
Una sequía generalizada, segunda o tercera o incluso cuarta consecutiva para muchas zonas del país, que afectó fundamentalmente en dos estaciones clave para la producción de pasto, como son la primavera y el verano. Esta situación trajo de la mano un menor crecimiento del campo natural y de las pasturas implantadas, como también pérdidas de éstas. También trajo graves dificultades en lo relacionado al agua de bebida para los animales y también para las personas. Está claro que los eventos climáticos adversos son en estos tiempos más frecuentes; por tanto es imprescindible para enfrentar mejor esta realidad; contar con empresas con mayor capacidad de adaptación.
Esta situación climática adversa ocurrida, dejó nuevamente como resultado una amplia diversidad de situaciones en cuanto a los resultados logrados por los productores tanto en lo productivo como en lo económico y en lo financiero.


 
Empresas con ciclo completo del Norte, Litoral Norte y Centro Norte.
Para tener una aproximación al tamaño de las empresas, la superficie promedio de éstas es de 1.644 ha, con un índice CONEAT promedio de 80. La estabilidad en los últimos años en la superficie explotada y en el índice CONEAT es una característica en estas empresas monitoreadas. La tierra propia se ubica en el orden del 60% del total de la superficie explotada.
El área con mejoramientos forrajeros en este ejercicio presenta un descenso de 10% respecto al ejercicio pasado, ubicándose en el orden del 7%. La dotación animal medida en UG/ha, presenta también un descenso respecto al ejercicio pasado. Luego de varios ejercicios de crecimiento desciende 9% y se ubica en 0,60 UG/ha vacunas. Mientras que la dotación ovina se mantiene sin cambios, ubicándose en 0,09 UG/ha. La dotación total se reduce y se ubica en 0,71 UG/ha.  La sequía muestra sus consecuencias inmediatas.
La tasa de marcación vacuna se mantiene sin grandes variaciones, en el orden de 82%, valores por cierto muy destacados. Por su parte las vacas entoradas por hectárea se reducen 4% y llegan a valores de 0,24 por hectárea. La productividad vacuna, medida en kilos de carne producida por hectárea, se ve afectada por la sequía y registra una caída de 13%; ubicándose en los 84 kg/ha. La producción medida a través de la carne equivalente también se reduce, 10%, alcanzando los 101 kilos por hectárea.
Los precios logrados por los productores por la venta de sus vacunos muestran un descenso, luego de un año de precios históricamente altos como fue el 21-22. En este ejercicio descienden 11% respecto al 21-22, ubicándose en 1,97 dólares por kilo de peso vivo.
También los precios recibidos por los productores por los lanares caen, lo hacen 20% respecto al ejercicio pasado. Por su parte la lana, además de notorias dificultades de comercialización, el precio de las más gruesas desciende 11%, ubicándose en 1,02. Mientras que las más finas crece el precio 5%, y se ubica en 5,30 dólares por kilo de vellón.
El precio de las haciendas se redujo al final del ejercicio respecto al inicio del mismo, resultando en una desvalorización del stock del orden de 30%. También el estado de las haciendas (kilos de peso vivo en el campo) fue inferior al final del ejercicio que al inicio, a causa de la sequía; esta situación también afecta negativamente el Producto Bruto y por tanto el resultado económico de las empresas.
El comportamiento del Producto Bruto en estas empresas con ciclo completo viene dado, en parte por la caída de la producción vacuna y del precio de venta; el mantenimiento de la producción ovina y el descenso del precio de venta. Por el lado de lana, se mantiene incambiada la producción y una caída o incremento del precio de venta, dependiendo de la finura. El Producto Bruto cae 24% respecto al ejercicio anterior, ubicándose en 190 US$/ha.
El costo de producción muestra nuevamente un importante crecimiento respecto al ejercicio pasado, del orden del 14%. En dos ejercicios los costos de producción crecen 40%. Sin dudas la sequía, los precios de los insumos y servicios y la relación dólar/inflación impactan negativamente en los costos de producción.
El costo de producción se ubica en los 131 US$/ha (sin incluir pagos por arrendamientos e intereses de deuda).
El Ingreso de Capital (Producto Bruto – costos económicos de producción), cae 56%, ubicándose en 59 US$/ha. Es el descenso más importante respecto al ejercicio anterior que se registra desde que el Programa de Monitoreo está operativo.
En tanto el Ingreso Neto (Ingreso de Capital-pago por arrendamientos-pago por intereses), que difiere del Ingreso de Capital en que se consideran dentro de los costos los pagos por arrendamientos y por intereses de deuda (lógicamente en caso de que existan realmente), también cae, 71%, llegando a valores de 29 US$/ha.


 
Empresas con ciclo completo del Este-Noreste y Centro-Este
La superficie promedio de estas empresas es de 1.077 ha, con un índice CONEAT promedio de 88. Estas dos variables estructurales presentan cambios muy marginales respecto a los ejercicios anteriores. La tierra propia se ubica en el orden del 64% del total de la superficie explotada.
El área con mejoramientos forrajeros en este ejercicio presenta un decrecimiento del orden del 16%; llegando a valores de 16% de la superficie total. La sequía también en estas empresas deja sus secuelas.
Por el lado de la dotación, la misma se reduce 5%. La dotación total alcanza valores de 0,75 UG/ha. Mientras que los vacunos caen 4%, se ubican en valores de 0,69; los lanares en muy baja dotación se reducen levemente, alcanzando 0,04 UG/ha.
Por su parte la producción vacuna, medida en kilos de carne producida por hectárea, desciende de manera importante. El descenso es del orden del 10%, ubicándose en 88 kg/ha. Por su parte la producción de carne ovina, que se ubica en niveles relativos bajos, crece levemente en el orden de 2%; se ubica en 4,8 kg/ha. La lana también en bajos niveles, se mantiene en el orden de los 1,6 kg/ha. La producción medida a través de la carne equivalente alcanza los 97 kg/ha, valor 9% inferior al ejercicio pasado.
Al igual que para los productores del norte-litoral norte y centro-norte, los precios recibidos por los vacunos se reducen. Los precios registran un descenso del orden del 9% respecto al precio promedio recibido en el 2021-2022, se ubican en 2,0 US$/kilo. El precio de venta de los ovinos también cae, en el orden del 16%; mientras que la lana con dificultades de comercialización se reduce su valor de venta 10 % (lanas tipo Corriedale).
El Producto Bruto de estas empresas presenta también una caída respecto al ejercicio anterior, explicado cómo se describió líneas arriba, en parte por el impacto de la caída de la producción y de la también caída de la valorización de esta. El producto bruto cae 21%, ubicándose en 199 US$/ha.
Los costos de producción crecen respecto al ejercicio pasado. El crecimiento es de 17%; alcanzando los 138 US$/ha. Prácticamente la totalidad de los componentes del costo de producción se incrementaron.
El resultado final medido a través del Ingreso de Capital cae 54% respecto a 2021-2022, alcanzando los 61 US$/ha; en el ejercicio pasado el resultado de estas empresas fue de 133 US$/ha. Mientras que, para los arrendatarios, medido el resultado a través del Ingreso Neto, logran 31 US$/ha, frente a los 103 US$/ha logrados en el ejercicio pasado.


 
Empresas criadoras del Norte, Litoral Norte y Centro Norte.
Las empresas criadoras del Norte, Litoral Norte y Centro Norte participantes del Monitoreo explotan una superficie de 667 ha con un índice CONEAT promedio de 72.  La tierra propia se ubica en el orden del 60% del total de la superficie explotada. Estas variables no presentan cambios importantes en este ejercicio respecto al ejercicio pasado.
El nivel de mejoramientos forrajeros presenta un descenso de 10%; llegando a 6% de la superficie total. La seca deja aquí también su marca.
La dotación vacuna en estas empresas se reduce 8%. Se ubica en 0,47 UG/ha, valor de los más bajos de los 22 años que disponemos de información. Por su parte la dotación lanar se mantiene relativamente estable y se ubica en 0,22 UG/ha. Es en estas empresas dónde los lanares tienen una muy destacada presencia. La dotación total es de 0,70 UG/ha. En estas empresas la dotación tuvo un ajuste a la baja de las más importantes, sin dudas la seca las afectó severamente.
La marcación en vacunos se reduce 10%, alcanzando valores de 70%. Por su parte las vacas entoradas por hectárea también sufren una reducción del orden del 6%, ubicándose en 0,33 vaca entorada/ha.
La producción total de estas empresas, medida en kilos producidos se reduce 6%, ubicándose en 90 kilos de carne equivalente por hectárea. La productividad en vacunos disminuye de manera importante, 16%, se ubica en 56 kilos por hectárea. Por su parte la productividad en carne del rubro ovino en estas empresas crece 20%, alcanzando los 22 kg de carne/ha. La producción de lana también crece en el orden de 10%; llega a 5Kg/ha.
Al igual que para las empresas ciclo completo, los precios de venta de los vacunos logrados por los productores caen. La caída del precio de los vacunos vendidos fue de 14% respecto al ejercicio pasado. El precio promedio por kilo de carne vacuna (peso en pie) llegó a valores de 1,95 US$/kg. En el caso de los ovinos, el precio de la carne cae 23% respecto al ejercicio anterior, llegando a valores de 1,52 US$/kg. Mientras que el precio de las lanas más gruesas se reduce 11%, ubicándose en US$ 1,51 por kilo de vellón; las más finas se ubican en US$ 5,35 por kilo vellón, precio 6% superior al ejercicio pasado.
Frente a una caída importante de la producción vacuna y al descenso de sus precios, el crecimiento de la producción ovina en carne y en lana; la reducción del precio de la carne ovina y el comportamiento diferente según finura del precio de las lanas, el Producto Bruto para este ejercicio alcanza valores de 169 US$/ha. Este valor representa un descenso de 22% respecto al ejercicio pasado.
También en estas empresas los costos crecen, lo hacen en el orden del 13%. Los costos de producción llegan a valores de 109 US$/ha.
El resultado final de estas empresas, medido a través del Ingreso de Capital cae respecto al ejercicio pasado, ubicándose en 60 US$/ha. El descenso es del orden del 50%. Mientras que el Ingreso Neto (arrendatarios) también se reduce, logrando valores de 30 US$/ha; 66% inferior que en el ejercicio pasado.



Empresas criadoras del Este-Noreste y Centro-Este.
Por su parte las empresas criadoras del Este-Noreste y Centro-Este del país participantes del Monitoreo explotan una superficie de 653 ha con un índice CONEAT promedio de 73. La tierra propia se ubica en el orden del 69% del total de la superficie explotada. El área mejorada ocupa el 16% de la superficie total, tras sufrir un descenso del orden del 16%.
La dotación vacuna se reduce por cuarto año consecutivo en estas empresas. En este ejercicio la reducción es de 7%, alcanzando valores de 0,57 UG/ha. Es esta dotación de las menores registradas en los 22 años del Programa de Monitoreo. Mientras tanto la dotación ovina se mantiene en niveles bajos y sin cambios, llegando a 0,05 UG/ha. La dotación total es de 0,64 UG/ha, 6% inferior que en el ejercicio pasado. Las decisiones de los productores para hacer frente a las sucesivas sequías impactaron negativamente en la dotación de hacienda de las empresas.
En estas empresas la tasa de marcación en vacunos se mantiene y se ubica en el orden de 80%. A pesar de los sucesivos eventos climáticos adversos, estas empresas se continúan caracterizando por valores elevados de marcación en vacunos. Respecto a las vacas entoradas, continúan registrando también altos valores y se ubican en 0,40 vaca entorada por ha.
La producción en vacunos se reduce 10% en este ejercicio. El efecto sequía pasa su factura global, la producción se ubica en los 83 kilos por hectárea. Por su parte la producción ovina, en bajos niveles relativos, se mantiene prácticamente sin cambios. La producción total, cae 8%, ubicándose en los 93 kilos de carne equivalente por hectárea.
En este ejercicio, para estos productores los precios por las haciendas vacunas también caen. Los precios se reducen 14%, alcanzando un valor promedio de 2,08 US$ por kilo de vacuno en pie. Respecto a los precios de los lanares, también en este ejercicio se reducen, lo hacen 10%; ubicándose en 1,90 US$ por kilo.  Teniendo en cuenta las lanas más gruesas caen 12%, ubicándose en 1,51 US$ por kilo (no se produce lana fina en este grupo de productores).
El descenso de la producción vacuna (10%), el descenso de los precios vacunos (14%), el mantenimiento de la producción lanar y la caída de los precios ovinos (carne y lana - escasísimo peso relativo en la composición del producto bruto), resulta en un descenso en el Producto Bruto de estas empresas. El Producto se ubica en los 190 US$/ha, valor 20% inferior al registrado en el ejercicio pasado.
Por su parte los costos de producción en estas empresas también muestran un incremento respecto al ejercicio pasado, del orden de 15% ubicándose en 124 US$/ha.
El Ingreso de Capital desciende, pasando de 129 a 66 dólares por ha; mientras que el Ingreso Neto también cae y se ubica en 43 dólares por ha. 


 
Síntesis final
La disponibilidad de información objetiva con la que se cuenta en este Programa, nos permite realizar un análisis consistente y profundo de las situaciones a nivel de empresa ganadera.
Los resultados obtenidos por este núcleo de empresas ganaderas en el presente ejercicio y su comportamiento respecto al ejercicio anterior muestran nuevamente una alta diversidad de situaciones.
Desarrollando actividades en el “mismo ambiente” en general, el ingreso de capital se mueve entre -57 y 178 dólares por ha; sin dudas esto muestra la magnitud de la diversidad.
Si bien en estas empresas no se identifican niveles de endeudamiento elevado generalizado, se observan casos puntuales en los que el endeudamiento ha crecido. También se identifican, más casos en que los ahorros generados en ejercicios anteriores se han reducido de manera importante. La situación financiera en estos casos es una restricción adicional en la toma de decisiones.
Por su parte, los productores arrendatarios, total o parcialmente de la superficie que explotan, con precios de renta que se mantienen con escasa variación, comportándose prácticamente como un costo fijo, continúan en una situación de desventaja frente a propietarios.
La caída del Ingreso de Capital y del Ingreso Neto para el ejercicio 2022-2023, es resultado por un lado de un ambiente desde lo climático extremada y reiteradamente adverso, con una sequía brutal en este ejercicio; luego de 2-3 primaveras anteriores consecutivas secas. Por otro lado la caída de los precios de las haciendas; dificultades en la comercialización de lana además de la caída de precios de las lanas más gruesas; sumado al comportamiento descendente de la cotización del dólar frente al peso uruguayo, combinado con una inflación interna, moderada pero positiva. El ambiente “climático” menos favorable, determinó una caída generalizada de los niveles de producción, incluyendo una caída en los kilos stockeados en los animales en el campo.
Además, por si esto fuera poco, los costos de producción por hectárea crecen generalizadamente, en parte por la sequía, pero en parte también por lo antes dicho referido al comportamiento del dólar y de la inflación.
No solo crecen los costos de producción por hectárea, sino que lo más preocupante es el crecimiento de los costos de producción por kilo de carne vacuna producida. El costo unitario de producción del kilo de carne en dólares crece en el orden del 20%. Un ejercicio en el que se combinaron negativamente la totalidad de las variables que determinan el resultado de las empresas ganaderas. Analizando desde una perspectiva de largo plazo, desde el resultado medido a través del IK, es un año en el orden del 10% superior al promedio de 22 ejercicios (en moneda corriente). Desde el lado de los costos, es un ejercicio de costos elevados también si se lo analiza en el largo plazo. El costo de producción es 36% superior al costo promedio de 22 ejercicios y el incremento en solamente 2 años es superior al 30%.
Nuevamente en este ejercicio, identificamos que la forma de responder de las empresas ganaderas frente a un ambiente externo “similar” es muy diversa y particular de cada uno. La capacidad de adaptación y la flexibilidad de las empresas son determinantes en las respuestas que las mismas puedan generar frente a un ambiente dinámico, en ocasiones más favorables o menos desfavorables y con elevado nivel de incertidumbre. Estamos convencidos, y los números lo respaldan, que capacidad de adaptación y flexibilidad son imprescindibles con el objetivo de estar mejor posicionado para enfrentar aspectos negativos del entorno, pero también para aprovechar lo favorable del mismo.
Es claro que no existe una única forma de construir adaptabilidad-flexibilidad-resilencia, no existe una receta. No obstante, sí existen “ingredientes” clave a considerar, en primer lugar, ubicamos la capacidad de gestión del productor y las capacidades de los colaboradores para llevar adelante procesos complejos en el marco de una empresa ganadera. La gestión de los procesos en general como la gestión del pasto en particular es también otro ingrediente imprescindible. El hecho de trabajar con más pasto posiciona mejor a las empresas, las expone menos al riesgo climático, permite desarrollar una producción ganadera más amigable con el ambiente y lo que es muy importante, en ocasiones permite desacoplar la falta de lluvias con la falta de pasto. Esta condición de “aislar” al menos en ciertos niveles a la empresa de la situación climática es realmente una de las bases para generar empresas con adaptación y resilencia. El trabajar con más pasto hace en definitiva a una empresa ganadera más sostenible.
La toma de decisiones con información objetiva, desde la más sencilla y rutinaria hasta la más compleja es también otro ingrediente que debemos tener en cuenta. Las decisiones que están “detrás” de estas empresas, son una secuencia de decisiones, no responden a una “única” decisión. Este elemento “secuencia de decisiones” es clave en la creación y mantenimiento de este tipo de sistemas de producción. Cada productor le impone a su empresa su impronta e incorpora sus valiosos conocimientos, otro ingrediente imprescindible para la construcción de una empresa ganadera con capacidad de adaptación.
Las empresas que logran implementar sistemas de producción con estos ingredientes clave, son empresas que presentan una mayor resistencia a eventos adversos, una mayor velocidad de recuperación luego de recibir impactos negativos y un mayor aprovechamiento de condiciones externas favorables; son empresas sostenibles.
Desde el Plan Agropecuario aportamos permanentemente desde nuestras acciones, información, conocimiento y capacitación con el objetivo de contribuir a la implementación de este tipo de sistemas ganaderos.
Aprovechamos nuevamente esta oportunidad para agradecer públicamente a quienes generosamente nos “prestan” la información de sus empresas; sin ellos este Programa de Monitoreo del Plan Agropecuario no existiría. Invitamos a otros productores a que se arrimen, a través de la figura de “Productor Asociado”; al Plan Agropecuario y a sus diferentes acciones, el vincularnos más traerá sin dudas, más beneficios para todos.


 

Auspiciantes anuales