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puede lograrse con una máquina eléc-trica de 10 tijeras.

Transcurridos 20 años y casi sin pro-ponérselo, ha logrado conquistar un mercado que en otro momento podría haber sido difícil imaginarlo.

Para hacer frente a una empresa de tales características además de la experiencia recogida, se aplican cono-cimientos. Algunos fueron adquiridos gracias a la capacitación realizada re-ferida al fortalecimiento de grupos hu-manos y otros leídos del libro de ayu-da “El Monge que vendió su Ferrari” sobre conceptos de vida y liderazgo. Pero, al decir de Nelson “por sobre todas las cosas, nada se puede lograr si no se es buena persona además de contar con mejores personas aún.”

El siguiente objetivo

Al capital formado por el camión Be-dford, la máquina Cooper de cuatro tijeras y un banco de clientes incon-dicionales, se suma la compra de los primeros siete terneros, proyecto de sistema ganadero. Los negocios por esas épocas se hacían al “bulto”. Utilizando lo que llama vocación “bo-lichera” y el afán por crecer, fue gene-

rando “volumen” en cabezas. Ya con-tando con 150 animales manejados sobre campos arrendados y a pasto-reo, despierta la idea de “la necesidad de una guarida” (un campito propio). En el año 2004, sumando ganado, cré-dito y coraje asociado con un amigo, por fn logra comprar 92 ha fnanciado por tres años. Durante esos años las oportunidades de negocio parecían ser mayores. La época posterior se vuelve puramente más competitiva. Una vez dado el primer paso y ancla-do en “la guarida”, planifca el siguien-te. Si bien fue trabajoso no fue tan sacrifcado haber logrado los resulta-dos. Entre fondos propios y créditos tomados, imprescindibles para el cre-cimiento, transcurre el desarrollo del emprendimiento.

Durante la seca del 2008 y escu-chando planteos realizados por los técnicos del Plan Agropecuario en las jornadas de campo, se apoya en las sugerencias para fortalecer las deci-siones, planifcar el crecimiento, pero por sobre todo en el manejo del cam-po natural.

Según la idiosincrasia de los gana-deros conocidos, le decían que cada

campo debería ser dotado con deter-minado número fjo de animales, pero al conocer el tema del pastoreo más racional, rotando los animales en los diferentes potreros y después de mu-cho análisis para entender la flosofía del manejo del pasto, concluyó: “an-tes que el animal hay que manejar el pasto”.

Las intenciones de agrandar el cam-po propio continuaron. Pero los tiem-pos cambiaron al igual que las rela-ciones de precios, haciendo que las expectativas del crecimiento parecie-ran esfumarse. Aunque quedaba otra posibilidad para lograr escala producti-va. Arrendar!

El gran desafío era, y sigue siendo, aprender a producir con los valores de renta del mercado. La estrategia fue realizar una minuciosa planifcación, teniendo en cuenta con claridad los costos productivos y midiendo la pro-ducción.

La registración no es ajena para un empresario de esquila, donde la diver-sidad de empresas que contratan los servicios, así como el personal nece-sario para las diferentes tareas, deter-minan que la registración sea una he-

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