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na, sólo el 27% de la población rural ocupada está afliada a la seguridad social, con menor coberturas aún para los agricultores por cuenta pro-pia y los quintiles de ingresos más pobres (Cecchini y Martínez, 2011). Hay dos grandes tipos de siste-mas de pensión: los sistemas redis-tributivos y los seguros. En el primer caso, el tesoro público paga una pensión, con o sin contribuciones previas de la persona, diferenciada o no por los ingresos anteriores del individuo, o por el lugar de residen-cia. En el segundo caso, la persona recibe lo que contribuyó, aumenta-do por los intereses ganados menos el costo de administración. También hay fórmulas intermedias y posibili-dades de retirar fondos ante emer-gencias o requerimientos especiales (vivienda propia, estudios de los hi-jos). Varios países tienen sistemas especialmente diseñados para las condiciones de los autoempleados (ingresos fuctuantes, difícil sepa-ración entre ingresos necesarios para la continuidad del negocio e in-gresos para el consumo del hogar), algunos con un sistema separado para los agricultores –obligatorios, voluntarios, o como derecho 1 y con disposiciones especiales para los de bajos ingresos 2 , tomando en cuenta su mirada cortoplacista, su descon-fanza de los sistemas de ahorro, su tradición de contar con el apoyo de redes sociales y en particular de sus hijos, los bajos montos que pueden aportar y los altos costos de tran-
sacción por su dispersión geográ-fca 3 . Por lo general, requieren de un subsidio para ser viables (Banco Mundial, 2009, Choi, 2009 y Bir-mingham, s.f.) 4 y se observa una di-namización en los poblados y ciuda-des dónde los pensionados acuden para recibir su pensión. La cobertura de las mujeres suele costar más (en Brasil rural, cerca de un tercio más) por su mayor esperanza de vida y ser pensionable a edad más temprana. En varios países existe la opción de contribuir a un fondo de pensión pri-vado 5 total o parcialmente deducible de los impuestos. 6
En Uruguay, la Cooperativa Na-cional de Productores de Leche (Conaprole) abre una cuenta de ahorro obligatoria para sus afliados donde se deposita el 1,5% del valor de la leche vendida a la Cooperativa. 7 Con un esquema parecido, la Fede-ración de Cooperativas de Produc-tores de Leche del Estado de Bihar, India, inició un sistema de micro-pensiones. El fn es acostumbrarlos a ahorrar mensualmente y no depen-der en su vejez de la buena voluntad de sus hijos.
En opinión de la autora, en Brasil se perdió la oportunidad de atar el dere-cho a pensión de los agricultores por cuenta propia a alguna fórmula de traspaso de la explotación agrícola a la próxima generación. Aunque esta opinión no es compartida por mu-chos especialistas brasileños, aho-ra que algunos países de la región están por introducir una pensión
no contributiva para la población de cierta edad (a nivel nacional o para grupos focalizados), parece ser un buen momento para refexionar so-bre las posibilidades y consecuen-cias de atar este derecho a algunas obligaciones (entre las cuales el tras-paso en vida de activos).
Entre los temas relacionados es-tán: lograr un buen pasar después del traspaso de la explotación y op-ciones de vivienda (desde quedarse en la casa de siempre, cambiarse a otra vivienda en la explotación o fuera de ella, hasta ir a un hogar de ancianos).
Conclusiones
En reacción a la disminución del in-terés de los jóvenes para seguir en la agricultura familiar, hay iniciativas –bastante recientes la mayoría- en todo el mundo por tratar de retener-los o fomentar su regreso. También existen, hace tiempos, organizacio-nes de jóvenes agricultores que, además de ser un canal para reco-ger y difundir sus puntos de vista y entregar información y capacitación, enfatizan la parte lúdica.
En base a la conclusiones de es-tudios y experiencias a nivel inter-nacional, está claro que para una agricultura familiar más rápidamente adaptable a los requerimientos cam-biantes y exigencias cada vez mayo-res de un sector agrícola inserto en un mundo globalizado, por un lado, y para mantener el tejido social rural, se requieren una serie de políticas y
1. En Brasil, por ejemplo, los que han trabajado en la agricultura reciben una pensión por derecho constitucional desde 1991.
2. En Vietnam en algunas Provincias las contribuciones al sistema de pensiones y el pago de las pensiones se hacen en kg de arroz. No obstante, ha habido problemas de administración (falta de personal califcado) y los agricultores tienen poca confanza en un sistema manejado a nivel local/regional, incluyendo a la cooperativa local. Además opinan que sería más fácil administrar dinero que arroz.
3. En China, el Plan Quinquenal de 2006 instruye idear sistemas para pensiones rurales adaptados a las condiciones locales (Banco Mundial, 2009).
4. En varios países, el Gobierno interviene con un (alto) porcentaje por encima de las contribuciones de los agricultores (94% en Polonia, 75% en Alemania, etc.). Además, en varios países las pensiones no cubren el mínimo establecido y los agricultores reciben una contribución adicional de la asistencia social (Birmingham, s.f.). 5. En 2001, el Banco Grameen de Bangladesh lanzó un sistema de microahorro con fnes de pensión.
6. El SIPP (Self Invested Personal Plan) del Reino Unido permite invertir en tierras agrícolas y edifcaciones como silos, una opción de gran atractivo para los agricultores; para efectos de impuestos a la herencia estas inversiones no son consideradas parte del patrimonio. 7.Información proporcionada por Danilo Bartaburu (Uruguay) Congreso de FEPALE, Asunción, 2012.
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