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Hacerse cargo de una explotación agropecuaria: interesar y apoyar a los jóvenes

Francia ha sido el país pionero en materia de instalación de agriculto-res jóvenes, ejemplo seguido por la Unión Europea con instalaciones vía adquisición, usufructo, arrendamien-to u otras formas de tenencia, o mediante fórmulas de colaboración con el titular de la explotación, con gradual aumento de la responsabili-dad del joven en la gestión 1 . Las dos grandes corrientes de políticas de instalación son: la “neo-profesional”, apoyada por la agricultura empresa-rial, buscando seleccionar a los jóve-nes más califcados y la “neo-rural”, apoyada por las organizaciones de agricultura familiar y campesina, buscando instalar como agricultores o pluriactivos el mayor número posi-ble de jóvenes, con el fn de frenar el despoblamiento rural y mantener el tejido social. Para su éxito, se requie-re enmarcarlas en una política de de-sarrollo rural más amplia, incluyendo la fexibilización de los mecanismos jurídicos reguladores de la sucesión familiar (Moyano y Fernández, 1990). También hay iniciativas para trabajar con los jóvenes una vez establecidos como jefes de explotación 2 , algunas de larga data 3 . En América Latina, Uruguay se destaca en este sentido. Hay iniciativas creativas para des-pertar el “amor al campo”. En Austra-lia, las cooperativas prestan terneros a escuelas rurales y urbanas para que los niños y jóvenes aprendan a ocu-parse de ellos y se articulan clases de matemáticas, ciencias naturales, etc., en torno a ellos. 4 A lo largo de América Latina hay escuelas –sobre todo rurales- con una huerta anexa a la escuela, no sólo para complemen-tar la dieta de alumnos y profesores, sino también para enseñar varias materias y valores (responsabilidad, colaboración). En Colombia, la coo-

perativa COLEGA incentiva a sus asociados a dar una vaquilla a sus hijos cuando cumplen 15 años, dos vaquillas a los 16 años, y así segui-do. Esto les forma un hato propio, esperando que se encariñen con los animales y el trabajo. 5

Por otra parte, un alto número de jóvenes carecen por completo de remuneración por su trabajo en la explotación familiar. Estos “salarios impagos” a menudo fnancian los estudios de hermanos que no traba-jaban en la explotación. En Francia existen desde 1938 reglas que per-miten compensar en la herencia el trabajo no remunerado en la explota-ción (González, 1990).

La sucesión: problemas e incenti-vos

La agricultura familiar representa tanto una empresa económica como un modo de vida que exige la conti-nuidad de la gestión y del trabajo fami-liar; sus dimensiones por lo general no permiten –sin un vuelco decisivo en la organización, tecnología o rubro– que de ella dependa más de una familia sin pauperizarla.

El relevo generacional presupone dos actores: el que trata, acepta gus-toso o se siente en la obligación de re-levar y el que ofrece ser relevado, es relevado, resulta desplazado o lucha por no serlo. El concepto incluye todos

Foto: Plan Agropecuario

1. A pesar de estos esfuerzos, hoy sólo 7% de los agricultores de la Unión Europea tiene menos de 35 años. 2. Ver ejemplos de iniciativas nacionales e internacionales (FIDA, OIT) en IFAD (2011, p. 16). 3. Ver: www.nfyfc.org.uk; www.youngfarmers.co.nz; www.nswfarmers.org.au; www.cyff.ca; www.ceja.eu.

4. Mencionado por Chris Griffn, Presidente de Australian Dairy Farmers, en el Congreso de la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE), Asunción, 2012. 5. Mencionado por Danilo Bartaburu, Uruguay, Congreso FEPALE, Asunción, 2012.

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