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bre los activos de que se compone la unidad productiva.
Teniendo en cuenta los elementos antes mencionados, Perrachon (2011) defne el relevo generacional como “… un proceso gradual, evolutivo y muchas veces imperceptible, com-puesto de varias etapas, existiendo dos procesos muy claros e impres-cindibles para concretar este cambio, que son: la entrega de la herencia, integrada por el capital, y el traspaso de la sucesión, que corresponde al control del capital”.
La problemática del relevo gene-racional
Cada una de estas etapas que com-prende el relevo generacional, involu-cra procesos individuales y familiares que son a menudo complejos y, en muchos casos agravados por circuns-tancias externas a la familia y el esta-blecimiento.
La tierra es el principal medio de producción de los productores a-gropecuarios. En el caso de la agri-cultura familiar existe presión social
sobre la tierra, ya que en general, no es capaz de sustentar a todos los po-sibles herederos, lo cual se torna en una limitante a mediano y largo plazo para la reproducción social. Según el autor, cómo se procesa la herencia constituye un punto crucial para com-prender las estrategias que buscan los agricultores familiares para per-manecer en la tierra. Las reglas lo-cales de herencia dependen en gran medida de factores sociales, cultu-rales, económicos y ambientales( 7 ). La baja transmisibilidad (*) del patri-monio tierra, es un indicador crítico de la sustentabilidad de las familias de acuerdo a estudios en lechería y ganadería (5,9) , que encuentran que en general la pretensión de continuidad en la explotación de los sucesores es elevada.
Desde el punto de vista del relevo generacional, la agricultura familiar tiene la característica de que la suce-sión implica la gestión del patrimonio por parte de las nuevas generacio-nes. Este patrimonio fue desarrollado a partir del trabajo de toda la familia y
por lo tanto tiene una doble signifca-ción: por un lado es la base material del sustento de la familia y por el otro es la base de la organización de la vida familiar (1) .
Dirven (2002) afrma que el aumen-to en la esperanza de vida, las leyes y las costumbres en cuanto a la heren-cia en la región, provocan que tanto el traspaso del control de los medios de producción como la propiedad efectiva de los mismos se realicen después de la muerte del titular. Es decir que, a pesar de la diversidad de costumbres que existen en torno a la herencia, la que prima en América Latina es la división de tierras una vez que el padre fallece. Esto genera dos problemas principales, por un lado el fraccionamiento excesivo de la tierra y que los herederos ya se encuentran bien avanzados en la etapa adulta con edades que rondan los 40 o 50 años en la en la mayoría de los casos. La autora sostiene que “El momento de la herencia los encuentra, la mayoría de las veces, desenvolviéndose fue-ra del predio, en otra localidad y otro
* Transmisibilidad: la capacidad de un sistema familiar de dejar a la siguiente generación un capital mínimo que permita a ésta continuar con el sistema. Esto implica considerar las/los herederas/os y el capital disponible para ellas/os (Tommasino et al, 2011).
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