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lo que ocurre con la “carnicera”. No sé si fue por el manejo o por otra cosa, pero la realidad en la zona es que no se hacen muchas praderas porque no duran y es muy elevado el costo. A su vez el sistema se hace cada vez más dependiente del clima; si hay una seca o el invierno no viene bien para los ver-deos se complica bastante.

Otro elemento que está complicado es el tema de la mano de obra, ya que se pone difícil tener personal compro-metido y que te pueda acompañar en las tareas. Hay empleados que prefe-ren que el patrón no esté en el estable-cimiento y por eso es una contra que esté permanentemente o por lo me-nos durante toda la semana. En esta zona es difícil encontrar personal pre-parado y el costo de tener un personal permanente se hace pesado para un predio chico.

En resumen, veo que el sistema vie-ne funcionando relativamente bien, pero veo que hay cosas diferentes que se pueden aplicar que pueden mejo-rar los benefcios. Hay potreros muy grandes, que se tienen que dividir y a los que hay que ver cómo solucionar el tema del agua. Como dije, hoy el

negocio es muy diferente a como era en la época de mi padre y mi abuelo y hay que intensifcar para poder sacar lo necesario para vivir.

La visión desde la Regional Litoral Norte

Esta realidad que se menciona en este caso es un proceso común que se está viviendo en muchos predios de ganadería extensiva de la zona de Basalto. Predios familiares que se han dividido en un proceso natural de suce-sión y escasa inversión hacia la interna de los predios en subdivisiones, ma-quinaria, etc, por priorizar en el pasado el agrandar la escala, aumentando la superfcie. Hoy los sistemas ven limi-tada o nula la posibilidad de agrandar la escala, por los altos costos de los arrendamientos, y por lo tanto se ven necesitados de mirar hacia la interna de los predios y mejorar la producti-vidad, para lo cual es necesario hacer las inversiones que no se hicieron en otras épocas. Por lo tanto los sistemas se ven presionados por las incremen-tadas necesidades familiares y por las necesidades de invertir. El desafío es analizar con cuidado las inversiones

que se van a realizar y el camino a se-guir para poder lograr el objetivo fnal, o sea mejorar los ingresos de los pro-ductores.

En este sentido esos desafíos impli-can analizar con cuidado los números, los impactos que producen las inversio-nes, ver diferentes puntos de vista y co-menzar a transitar un camino de intensi-fcación que busque ese objetivo y que además sea sustentable, no solamente desde el punto de vista económico sino también ambientalmente, con una ro-tación de pasturas y un uso del campo natural que maximicen la producción y que no implique una degradación de los recursos. A su vez el sistema de producción debe estar bien pensado, valorizando al máximo lo producido en función de las señales del mercado. Nos fuimos del predio con un profun-do agradecimiento a Gonzalo Panissa, su señora esposa y sus dos hijos (Faus-tina y Valentín), por habernos recibido con tanta hospitalidad y apertura. A la vez, la alegría de ver como hay familias que siguen pensando quedarse en el campo, al igual que sus próximas gene-raciones, para lo cual existen desafíos futuros a encarar.