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dar una determinada cantidad de ani-males factibles de ser refugados y no volverse a servir en el próximo entore: los primeros por viejos y los segundos por parición tardía. En la medida que la cantidad de vaquillonas que se está monitoreando y están dentro de los parámetros que nos fjamos sea suf-ciente para cubrir la cantidad de ani-males factibles de ser refugados, pro-cedemos a considerar esos vientres factibles de ser refugados a vacas de última cría y no le damos la prioridad para que se vuelvan a preñar al próxi-mo entore, porque no las vamos a in-cluir en el rodeo. En la medida que no sean sufcientes hay que analizar las alternativas que sean más rentables y adecuadas para cada caso. Pero son medidas que se están tomando con sufciente anticipación para no tener sorpresas en el momento en que los hechos ya estén consumados.

En resumen

Una mala recría trae aparejado pro-blemas que se van a trasladar a la cría vacuna y posteriormente, esa proble-mática se va a ir retroalimentando. El servicio de las vaquillonas a los

dos años de edad, permite mantener menos animales en el predio y mejora los ingresos económicos.

El primer invierno es de suma im-portancia para esta categoría porque estamos frente a los animales más efcientes del rodeo y con pocas can-tidades de alimento diferencial se lo-gran importantes efectos.

Fijarse parámetros o referencias nos

va a ayudar a poder analizar donde es-tamos parados y hacer las asignacio-nes de recursos necesarias para cada caso, maximizando la efciencia en el uso de los mismos.

En la medida que tengamos informa-ción de cómo está ocurriendo el pro-ceso de recría, vamos a poder tomar decisiones a nivel de la cría que nos ayuden a mejorar el proceso.

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