Page 8 - revista 145

This is a SEO version of revista 145. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

6 DE CASA

yú de Arapey, todos esos lugares que-daban lejos, los viajes para visitarlos eran largos y en caminos intransita-bles, por eso siempre andaba con dos ruedas auxiliares y todo el equipo para emparchar. Además se daban casos complicados, había mucha confusión porque los vendedores de maquinaria, anotaban productores para acogerse a los planes de desarrollo (en algunos pla-nes se incluía créditos para la compra de maquinaria) y muchas veces iba a la casa de los productores y no sabían de qué se trataba, ni siquiera sabían que estaban anotados. Se les decía ¡aquí está su frma! pero llegaba al campo y tenía que comenzar de cero. Se debía tener mucha paciencia, de pronto allí salía un plan, pero había que explicar, recorrer el campo, ser minucioso, lleva-ba mucho tiempo. Para llegar a algunos lugares había que abrir 20 porteras y si llovía en esa zona era difícil salir, crecía la cañada, el arroyo, después el río y no se salía, quedaba aislado por tiempo in-determinado. Pero no había problemas porque en general estaba acostumbra-do a quedarme en la casa de los produc-tores, era rara la vez que me quedaba en un hotel.

Algunos productores eran desconfa-dos y directamente preguntaban cuál

era el porcentaje que llevábamos noso-tros con las inversiones, pensando que llevaba comisión; esto pasaba sobre todo en la frontera.

Para actualizarnos, todos los técnicos íbamos a Montevideouna vez al mes, y cada uno llevaba un tema para tratar, aparte de haber enviado sus programas de trabajo. El objetivo era discutirtemas específcos de la actualidad.Fue una época donde había mucho compañe-rismo entre los técnicos e hicimos un grupo muy lindo.

En el año 67 se organizaron lo que se llamaron las operaciones; un grupo

de técnicos iban a un lugar y todos ha-cían planes de desarrollo;la primera fue operación Rocha. El Ministerio tenía aviones y los ponía a la orden del Plan para hacer las fertilizaciones, se hacían los planes, los aprobaba el banco, se buscaban pistas para que operaran los aviones y se comenzaba la operación. Después de Rocha se pasó a Treinta y Tres y luego a otros departamentos. La forma de trabajo era muy intensa, no teníamos ni sábados ni domingos y la que sufría era la familia. Muchas veces cuando salíamos era por 2 o 3 semanas, nunca había un itinerario fjo.

Por no decir gracias cuando dicen buen provecho.

En el 62 fuimos a hacer un curso de maquinaria en Bella Unión organizado por el Club de Leones y patrocinado por el Centro Comercial e Industrial de Artigas, donde el pre-sidente era Casabonet. Andábamos con Herman Augsbur-ger, quien impartía el curso que duraba tres días. Hicimos una reunión de campo y en la jornada llovió. Era invierno y el día estaba frío, al haber quedado mojados fuimos al ho-tel a cambiarnos sin preocuparnos por la documentación ya que estábamos en Bella Unión.Luego de cambiarnos fuimos a cenar ya que Casabonet nos había invitado a un lugar donde se comían perdices, un restorán que quedaba frente a la plaza. En ese entonces Bella Unión era muy chiquito, estaba el club, un hotel, del otro lado de la plaza la Iglesia, al lado el restorán y la comisaria a media cuadra. German tenía un documento del Ministerio de Relacio-nes Exteriores que le permitía andar sin problemas, era fr-mado por el Ministro y además decía que “era un experto extranjero de FAO”, pero lo había dejado en el hotel. Fuimos a cenar y un policía ingresa y dice “buen prove-cho”. Lo cierto que no nos dimos cuenta, no escuchamos.

Cuando terminamos la cena, salimos y el policía nos espe-raba afuera y nos detuvo, solo yo tenía documentos pero me detuvo igual.

Caminamos media cuadra y hasta ahí pensamos que era una broma, pero luego nos registraron, nos hicieron sacar el cinto y nos pusieron presos. Casabonet que era primo del comisario, era tartamudo y de los nervios no pudo ha-blar con el Cabo. Después de tanto insistir pudo explicarle al Cabo quien era, e hicieron ir al comisario, quien nos per-mitió la salida.

Al otro día hicimos el comentario en el Club de Leones donde se daba la parte teórica del curso. En ese momen-to habían periodistas y alguno escuchó y en el diario La Mañana de Montevideo se tituló “Experto de FAO preso en Bella Unión”. Fue así que se armó un gran escándalo, lo cierto es que hubo serias sanciones al comisario y al policía debido el tono público que había tomado el asunto, incluso se corrió el rumor que se estaba contrabandeando en la camioneta del Plan y Casabonet tuvo que recurrir a abogados. Al fnal todo se aclaró.

Page 8 - revista 145

This is a SEO version of revista 145. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »