Ing.Agr.
Andrés De Grossi
Instituto Plan Agropecuario
A orillas del arroyo Los Molles en la 3ª sección policial del departamento de Durazno se encuentra el establecimiento "Los Indios", propiedad del Sr. Washington Aizpún y familia. "Chito" Aizpún como se le conoce en la zona, además de ser un productor que quiere profundamente lo que hace en su predio, tiene otra gran pasión que es la historia, y más precisamente todo lo relacionado con la vida y costumbres de los Charrúas.
Si bien las páginas de esta revista refieren normalmente a temas técnicos y a inquietudes productivas creemos muy interesante poder compartir algo sobre la vida de nuestros antepasados indígenas, con un productor que ha pasado buena parte de su vida alternando las tareas de campo con su investigación.
P) ¿
Cómo empezó este interés tuyo por la historia de nuestros
indios?
R) "Nunca olvidaré ni dejaré de agradecer a mi primera
maestra de escuela, quien en definitiva fue la que me inculcó el estudio
por la historia. Poco a poco me fui interesando por la vida de los indios, comencé
a coleccionar piezas dejadas por ellos como boleadoras o flechas, y hoy estoy
muy contento de haber descubierto y cultivado esta vocación".
P) Por los
datos que tenemos, tu colección es una de las más importantes
a nivel nacional y regional.
R) "Efectivamente, esta colección está formada exactamente
de 2.184 piezas, recolectadas durante toda mi vida, fundamentalmente en la zona
centro del país. Son muchos años en que he dedicado mis ratos
libres a la búsqueda de materiales indígenas. Empecé a
los 16 años y hoy tengo 68, casi toda una vida".
P) Notamos
que cada pieza de la colección tiene un número con esmalte, ¿qué
significa esa numeración?
R) "Cada elemento que encuentro lo numero, y asiento en un libro
toda la información posible: tipo de material, lugar del hallazgo, fecha,
etc, ya que son muchas las piezas y después uno se olvida de los detalles.
Creo que estos datos complementarios no están demás, y pueden
ser útiles para posibles estudios de técnicos en la materia".
P) Cuando
hablamos de Charrúas, ¿a quiénes nos referimos concretamente?
R)"Esta cultura vivió principalmente en el centro medio del
Río Negro (Río Hum para ellos), y sobre sus afluentes principales
como el Río Tacuarembó y Río Yí.
Según estudios realizados, se instaló hace unos 3.000 años,
desplazando a otra cultura más antigua, que según hallazgos arqueológicos,
habitaba estos suelos.
Para los historiadores, los charrúas, así como los minuanes, bohanes,
tehuelches, araucanos, querandíes , patagoneses, tenían un origen
común y por lo tanto hábitos, costumbres e idiomas similares.
Eran nómades por naturaleza, y generalmente vivían en las costas
de los ríos que citamos anteriormente, con predilección por los
grandes médanos y las dunas de arena que abundan en los mismos. Allí
hacían sus tolderías, en grupos de no más de 2 o 3 familias
por paradero para aprovechar mejor la comida que podían cosechar en esa
zona. Debemos recordar que el sustento provenía fundamentalmente de la
caza de animales salvajes y en esa época no existían grandes animales
que dieran de comer a un gran número de personas. Por ello se distribuían
en grupos pequeños, diseminados por la región".
P) ¿Porqué
hacían sus casas principalmente sobre la arena?
R) "Esta decisión era totalmente justificada, ya que los
médanos tenían muchas ventajas para poder vivir en nuestro clima.
Primero, porque a pesar de estar en las márgenes de los ríos,
se trata generalmente de lugares muy altos, donde difícilmente llegan
las crecientes.
Segundo, porque al haber grandes dunas, estaban protegidos de los vientos fríos
del sur. Tenemos que tener en cuenta además que en invierno con los primeros
rayos solares se genera un microclima muy especial al calentarse sus arenas,
creando un ambiente de bienestar. Por eso, los que buscamos restos arqueológicos,
sabemos que encontraremos más material de los charrúas al este
de dichos médanos. En el verano por el contrario se cobijaban en los
montes cercanos contra el río.
En tercer lugar, al ser terrenos muy livianos, podían clavar fácilmente
las estacas con las cuales armaban sus chozas. Además como dormían
en el suelo aprovechaban la arena como cama blanda.
Un cuarto motivo, era porque en estos médanos existe abundancia de vertientes
de agua cristalina, muy pura y limpia. La aprovechaban constantemente porque
cuando llovía mucho, los ríos, arroyos y cañadas quedaban
con el agua demasiado turbia para su uso.
Por último, no olvidemos que en la época anterior a la conquista
no existían en esta tierra grandes rumiantes , y por lo tanto en nuestros
campos habían verdaderos pastizales. Cuando estos se secaban era muy
peligroso hacer fuego en ese entorno, ya que se podían originar serios
incendios. En las dunas no corrían ningún peligro, ya que allí
no crece el pasto. Además alejados de los pastizales estaban más
libres de animales salvajes e insectos".
P) ¿Cómo
eran sus costumbres en relación a la alimentación y vestimenta?
R) "Estas tierras eran muy ricas en fauna salvaje, abundaban los
carpinchos, ñandúes, venados, mulitas, tatúes, nutrias,
que constituían parte importante de su alimentación. También
aprovechaban la carne de otros animales como los patos, martinetas, pavas de
monte, perdices, y los huevos de estas aves, constituyendo en definitiva una
dieta muy rica en proteínas y muy apetecida por nuestros indios.
En cuanto a su vestimenta, los historiadores relatan que los charrúas
usaban muy poco abrigo. El mismo consistía simplemente en un taparrabo,
y un tipo de sacón llamado "quillapí" hecho con pieles
sobadas de animales, que en invierno usaban con el pelo hacia adentro, y en
verano lo daban vuelta".
P) ¿Cómo
era su aspecto físico?
R) "Los historiadores los describen como individuos muy fuertes,
bastante altos (1,70 metros), delgados, de tez oscura, pelo renegrido y lacio,
pómulos salientes, ojos oscuros, caras anchas y chatas, sin barba; no
se observaban indios obesos. Esta descripción se diferencia netamente
de los indios de origen guaraní, quienes tenían la pigmentación
de la piel más clara, eran de menor estatura, y en general algo excedidos
de peso.
Lo interesante a destacar es que los charrúas eran una comunidad, físicamente
hablando, muy fuerte. Allí no había lugar para débiles,
ya que los niños que nacían con algún problema de salud
morían prematuramente, y solo sobrevivían los mejor adaptados,
generando una intensa selección natural".
P) ¿Cómo
eran sus armas y utensilios?
R) "Existía una variada gama de ellos; cuando llegaron los
españoles, esta cultura estaba en la edad de piedra. Todas sus armas
y utensilios eran en material lítico, y eran verdaderos artistas para
tallar y pulir dicho elemento.
Por ejemplo, usaban las boleadoras para cazar ñandúes y venados,
y más tarde cuando conocieron el caballo para capturarlo. Aunque la mayoría
las conocen, se trata de un arma compuesta por 2 o 3 piedras redondas, unidas
por tientos, que se revoleaba y se tiraba hacia la presa, envolviendo sus manos
o patas, para dejarla inmóvil. Las piedras pueden ser con una ranura
en toda su circunferencia, por donde se sujetaban firmemente, o sin ranura,
en este caso las piedras eran cubiertas por cuero y atadas por fuera a modo
de bolsa.
Las puntas de flecha para cazar animales menores, como aves, nutrias, peces,
eran confeccionadas en material del tipo de las sílices o cuarcita, las
cuales atadas por su péndulo con cuero fresco a una vara recta, y tirados
por grandes arcos hechos con madera verde, tenían un gran alcance. Como
desde niños vivían entrenándose en su uso, tenían
gran puntería.
Los arcos eran confeccionados normalmente con madera de sarandí o guayabo
colorado.
Las piedras de honda (honda de revolear), eran piezas de la forma de un disco
tallado, y cuentan los historiadores que convivieron con ellos, que a 60 o 70
metros no erraban nunca a su objetivo. Por esa causa era que los españoles
le tenían terror a esta arma.
El rompecabezas, era una pieza con muchas puntas que atada a un mazo se usaba
para rematar un animal de mayor porte como carpinchos o pumas. En tiempos de
guerra era un arma muy temida, porque en las diestras manos de los charrúas
resultaba mortal.
La lanza, pieza tallada de 8 a 12 centímetros atada a una vara con cuero
fresco era el arma preferida de los guerreros, sobre todo cuando conocieron
el caballo, ya que eran muy hábiles jinetes y diestros para manejarla.
En los paraderos también se encuentran materiales de uso doméstico,
como cuchillos para cortar la carne (su principal alimento), morteros en piedra
para machacarla, consiguiendo un tipo de puré para darle a sus niños
después de la lactancia. Alli también trituraban macachines con
el mismo fin.
Hachas para cortar estacas y paja para sus toldos, y varas para sus lanzas y
flechas.
Otras piezas que he encontrado son sobadores. Son piedras planas que se usaban
para sobar los cueros que se destinaban a la vestimenta.
También he hallado pedazos de vasijas de barro. Lamentablemente como
el cocido era muy malo, ya que lo hacían al rescoldo de sus fogones,
éstas se partían fácilmente, y hoy es muy difícil
encontrar una entera".
P) ¿Cómo
era la organización de la comunidad?
R) "Eran mandados por un cacique que por lo general era el que tenía
más sabiduría, fuerza y experiencia dentro de la tribu. Bajo su
mando, casi todas las noches los hombres se reunían para proyectar lo
que iban a hacer el día siguiente, tanto para salir a cazar en grupo,
o en estado de guerra para planificar el ataque o la defensa de su familia.
Era común que cuando había enemigos cerca, escondieran sus mujeres,
niños y ancianos, en lo más intrincado de los montes que bordeaban
ríos y arroyos.
Los hombres en sus ratos de ocio, eran muy aficionados al juego, y se dedicaban
a competir, tanto a enredar sus boleadoras en una estaca clavada en el suelo
a cierta distancia, como jugar con discos o tejos de piedra pulida arrimándola
a otro objeto.
Eran grandes nadadores, con una fortaleza física realmente envidiable.
Las mujeres indígenas se dedicaban a criar sus hijos, a sobar cuero para
sus vestimentas, a fabricar armas para sus maridos, a cocinar, al armado y desarmado
de las chozas, y a mantener el fuego prendido. Este último, para ellos
era muy difícil de conseguir, ya que lo hacían por frotamiento
de una madera seca en una canaleta de piedra, y cuando lo conseguían
lo mantenían permanentemente prendido. Esto era sencillo ya que en los
vecinos montes la leña seca era muy abundante. Cuentan los narradores
de la época, que cuando veían aproximarse una tormenta, para no
perder el fuego, hacían galerías en las barrancas que miraban
hacia el norte y colocaban trafogueros encendidos para conservarlo.
A las niñas indias al llegar a la edad de la pubertad, su madre les colocaba
rayas de color azul que bajaban de la frente a la nariz, para que los varones
supieran que estaba pronta para formar un nuevo hogar y poder unirse a quien
primero la pidiera a sus padres, no importando si ella estaba de acuerdo o no.
Para realizarse la unión el nuevo consorte debía ofrecer al padre
de la novia un regalo, algo similar a una dote. Cuenta Félix de Azara
que en el siglo XVIII, el padre pedía por lo general un caballo manso,
ya que los equinos eran la debilidad de nuestros indios. Un caballo por su hija
era lo más preciado que podían conseguir.
En su organización era permitido que un hombre tuviera más de
una mujer, pero jamás que una mujer tuviera dos hombres.
Cuentan los historiadores y gente que convivió con ellos, que a pesar
de su aparente fiereza, se preocupaban mucho por sus familias. Por ejemplo,
se relata de la atención que dispensaba el marido a su mujer en el momento
del parto, tomándola por debajo de los brazos, para que a ella en cuclillas
le resultara más fácil el nacimiento del niño. Enseguida
del alumbramiento, era el hombre quien primariamente atendía la criatura.
Los charrúas, al conocer el caballo, se hicieron grandes jinetes, y los
domaban con gran facilidad. Al hacerse tan diestros con estos animales, se transformaron
en terribles lanceros, muy temidos por sus enemigos. Su supremacía no
solo estaba dada por su destreza con la lanza sino también por la rapidez
con que atacaban o se retiraban, ya que mientras los aborígenes montaban
en pelo, simplemente con un bocado de cuero en la boca del animal, los españoles
o portugueses ensillaban con pesados recados y pertrechos quitándoles
agilidad y poder de maniobra a su cabalgadura".
P) Entonces,
¿cómo fue posible que tan pocos españoles hayan podido
con tanta cantidad de indígenas en un período de tiempo tan corto?
R) "La disminución paulatina de nuestros indios hasta su
exterminio, no fue debida al poderío militar extranjero solamente, sino
que la principal causa de muerte fueron las enfermedades que los colonizadores
trajeron consigo, y que eran desconocidas en este continente. Nuestros aborígenes
no tenían anticuerpos contra la viruela, el sarampión o el tifus,
y una simple gripe causaba grandes estragos en su población. Otro mal
que trajeron los conquistadores fueron las caries de sus dientes. Está
comprobado que los fósiles antiguos que se han encontrado, y que no tuvieron
contacto con los invasores de nuestro suelo, mantenían la dentadura intacta".
P) Se dice
que en nuestra población actual hay un porcentaje importante de sangre
indígena.
R) "En efecto, aunque muy mezclada existe bastante sangre indígena
en la población rural de esta zona, y al norte del río Negro.
Es notable la cantidad de niños que nacen en los sanatorios y hospitales
de la región con la mancha "mongólica" o lunar violáceo
en el cóccix o rabadilla, señal inequívoca de poseer sangre
indígena.
Creo que no hay que olvidarse, y aunque a muchos no les guste, de la importancia
que tuvieron los indios en la formación de nuestra sociedad, y en las
diferentes luchas por la independencia de este país. La historia fue
escrita por los vencedores, y por cierto la mayoría de las veces lamentablemente
no fue objetiva, salvo honrosas excepciones. Siempre se tomaron muy a la ligera
conceptos como que los únicos seres civilizados eran los conquistadores,
y los pobladores aborígenes de estas tierras eran salvajes, bárbaros,
crueles, sin sentimientos, y en definitiva seres despreciables que había
que eliminar lo antes posible. O se sometían o se destruían, así
de fácil. El contacto con los europeos, la aparición del caballo,
los vacunos, el hierro, produjo una importante pérdida de sus costumbres
y de su propia cultura.
De esa manera, en pocos años esta raza fue desapareciendo, exterminada
por las enfermedades, su adicción al alcohol, y porque cuando en la guerra
de independencia los precisaban, eran destinados a los lugares de combate donde
más bajas se constataban como eran las fuerzas de choque de lanceros."
P) Chito,
solo nos queda el agradecimiento por disponer de tu tiempo y habernos recibido.
Muchas gracias.
R) "Para mi siempre es una satisfacción hablar de estos temas.
En lo personal reitero la satisfacción de haber invertido tanto tiempo
de mi vida en la formación de esta colección, y en el estudio
de la vida y costumbres de esta noble raza que el único pecado que cometió
fue defender lo que les pertenecía, y enfrentarse al progreso de los
"civilizados".
Para los amigos lectores que necesiten alguna información sobre el tema,
tengan interés de ver la colección o simplemente charlar, estoy
a la orden en Paso de los Toros."
Nos retiramos de "Los Indios" con el deseo de que este artículo sirva como un aporte más al conocimiento de nuestro pasado. Con la satisfacción de ver como Washington Aizpún además de trabajar con gran dedicación a desarrollar su establecimiento rural se ha podido dar tiempo para cultivar un sentimiento muy profundo de cariño y respeto a lo que son nuestras propias raíces, estudiando a fondo sus costumbres y logrando una colección realmente impresionante de piezas indígenas. A propósito ¿saben como se llaman sus hijos? ....Tacuabé, Naybí, Yandinoca y Yasú.