R. Ungerfeld1 y E. Rubianes2
1Laboratorio
de Fisiología de la Reproducción, Departamento
de Fisiología, Facultad de Veterinaria
2Departamento de Producción Animal, Facultad de Agronomía
La búsqueda de alternativas productivas para el ovino orientó
a nuestro grupo de investigación a desarrollar y/o adaptar técnicas
que permitan aprovechar la potencialidad reproductiva de la oveja
Los cambios productivos, vinculados a la caída del precio de la lana durante los últimos años, exigen producir en forma más eficiente carne de cordero para mantener la rentabilidad en los sistemas ovinos. Ello requiere modificaciones en el manejo reproductivo tradicional. Cualquier incremento en la producción de corderos que no demande costos importantes redundará en un incremento directo de las ganancias del productor. La potencialidad reproductiva de la oveja es una de sus principales ventajas, por lo que su adecuada explotación cobra mayor importancia en la actual coyuntura agropecuaria. En forma esquemática podemos hablar de dos estrategias reproductivas que permitan incrementar la producción de corderos: aumentar la cantidad de corderos nacidos por parto o aumentar la cantidad de partos por período de tiempo por oveja. Una tercera alternativa, complementaria a cualquiera de las anteriores, es producir corderos de mayor valor, tanto por calidad de carne como por período del año en que se lo oferta. Sobre la primer alternativa existen numerosos ensayos en nuestro país, desarrollados fundamentalmente por técnicos del SUL.
Es importante aclarar que no existe un manejo ideal para ser utilizado por todos los productores. Existen numerosas técnicas de manejo reproductivo desarrolladas por institutos de investigación. Cada manejo tiene sus ventajas, y el mayor aprovechamiento de una u otra se dará de acuerdo a otras características del predio (otros sistemas productivos desarrollados en el mismo, disponibilidad de personal, disponibilidad de alimentación, etc) y por sobre todo, de los objetivos comerciales que se fije de antemano el productor.
Estacionalidad reproductiva: posibles ventajas de manejarla
Las ovejas presentan reproducción estacional, lo que determina que exista un prolongado período del año durante el cuál la oveja no cicla, no manifiesta el celo ni ovula, y por tanto no puede quedar preñada. En nuestro país, las ovejas de raza Corriedale comienzan a ciclar en febrero y si no quedan preñadas continúan haciéndolo hasta junio-julio. Como excepción existen algunas majadas en las que, al encarnerarse sistemáticamente más temprano, se han seleccionado ovejas que comienzan a ciclar antes, en enero o incluso diciembre, pero que no pueden tomarse como referente del patrón de la raza. Como regla general, las ovejas de razas carniceras comienzan su época reproductiva más tarde y las de lana más fina ciclan más tempranamente. De todas formas es importante aclarar que dado que la Corriedale es la raza predominante en nuestro país las experiencias realizadas por nuestro equipo, en las que se basa la información aquí presentada, fueron mayoritariamente realizadas con dicha raza.
La estacionalidad reproductiva sumada al hecho de que la gestación dura 5 meses determina que no sea posible obtener partos entre noviembre y junio. La utilización de técnicas que permitan inducir celos fuera de la estación normal permite varias ventajas productivas. Permite al productor que, planificadamente, pueda plantearse modelos de manejo reproductivo intensivos, como por ejemplo encarnerar las ovejas 3 veces en 2 años, con el consiguiente incremento en la cantidad de corderos producidos. A su vez, en estos modelos, al aumentar el número de partos se pueden separar las encarneradas que son dedicadas a la producción de corderos para el abasto de las que son para reposición, realizando cruzamientos terminales con razas carniceras cuando los corderos son para la venta, pudiendo reponer ovejas de cría sin perder la posibilidad de vender corderos. También se pueden desarrollar modelos de parición escalonada a lo largo del año, ofertando entonces corderos del tamaño requerido en el momento que se desee. Más aún, si un modelo de este tipo es aplicado acompañado de la búsqueda de mercados específicos, como el del cordero lechal, permite incrementar la cantidad de corderos producidos, al mismo tiempo que obtener un alto valor por éstos y generar oferta cuando la misma decae.
Algunos manejos más sencillos serían simplemente comercializar los corderos más tempranamente, lo que puede lograrse si se obtiene una parición temprana y se la acompaña de la alimentación adecuada. Durante los últimos años los valores de la carne de cordero alcanzaron los valores máximos entre junio y setiembre, llegando a ser entre 25 y 50% más altos que durante la zafra tradicional. También se puede encarnerar las borregas por primera vez cuando tienen un año (nacidas en primavera y encarneradas en la primavera siguiente), ganándole al menos 6 meses de vida reproductiva de la oveja. Al mismo tiempo se disminuye el consumo no productivo por parte de estos animales. Otra importante ventaja es la determinación de la fecha de parto de acuerdo a las fechas límites de las exposiciones, adelantándola de forma de llegar con animales de mayor tamaño.
Por último, pero no de menor importancia, el poder producir corderos cuando se lo desee potencia las posibilidades exportadoras del país. La posibilidad de ofertar corderos a lo largo del año facilita el acceso a diferentes mercados que exigen un suministro continuo, independientemente de la estacionalidad reproductiva de la oveja.
Por todo ello el desarrollo de técnicas de inducción y sincronización de celos a contraestación ha sido objeto de trabajo por parte de nuestro equipo de investigación con el fin de aportar a técnicos y productores herramientas con impacto productivo de acuerdo a las características prediales.
Técnicas para inducir celos a contraestación
Existen muchas técnicas que permiten el adelantamiento de la temporada reproductiva, aunque en forma simplificada las podemos agrupar en las farmacológicas (tratamientos hormonales) y de manejo ("efecto carnero" o "efecto macho").
1. Tratamientos hormonales
Las técnicas que han sido más utilizadas son las basadas en manejos farmacológicos que buscan replicar los cambios hormonales de un ciclo estral normal. La administración de progestinas (sustancias similares a la progesterona, hormona secretada por el cuerpo amarillo o lúteo) se realiza comúnmente por dispositivos intravaginales (esponjas u otros), lo que permite mantener los niveles de la hormona en sangre altos durante el tiempo mínimo necesario para que sea efectivo. Al retirar los implantes es necesario administrar otra hormona (gonadotrofina coriónica equina =eCG ó PMSG) que determinará la ovulación.
En nuestro país existen diferentes tipos de dispositivos intravaginales que suministran diferentes hormonas sintéticas, pero con efecto similar. Tradicionalmente se recomendaba colocar los implantes durante 12-14 días, replicando el esquema hormonal de un ciclo estral normal. Sin embargo, en varios trabajos desarrollados durante los últimos años demostramos que, cuando los dispositivos son utilizados en animales que no están ciclando (primavera), es posible obtener una fertilidad al menos igual colocándolos durante un lapso más corto, de 6 a 7 días. Esto, obviamente, permite una mayor flexibilidad para la aplicación de estos tratamientos en condiciones de campo.
Los resultados de utilizar cualquiera de los diferentes dispositivos disponibles c9mercialmente es similar, por lo que la opción de cual utilizar debe basarse en parámetros no técnicos, como precio, disponibilidad en el mercado, facilidad de utilización, etc. A su vez, en el caso de las esponjas que utilizan una de las hormonas (medroxiprogesterona), demostramos en varios ensayos que es posible disminuir la cantidad de hormona en la esponja sin afectar los resultados. Sin embargo no existen comercialmente esponjas con menor cantidad de hormona, por lo que una alternativa desarrollada por algunos investigadores sudafricanos consistió en cortar las esponjas a la mitad poniéndoles nuevos hilos. Esta estrategia -que permitiría disminuir los costos- no fue evaluada por nuestro equipo con los dispositivos comerciales existentes en nuestro país.
2. El "efecto macho"
La otra alternativa, el "efecto macho" (EM), que es de muy bajo costo, requiere un manejo que es relativamente sencillo, pero que puede fracasar rotundamente si no se controla con extrema rigurosidad cada una de las etapas. Las ovejas a utilizar deberán estar aisladas de todo contacto con carneros o retarjos durante al menos un mes. Estar aisladas significa que no puede haber contacto físico, pero que tampoco puedan olerse, verse o escucharse. La recomendación es que la distancia que separe los potreros en que están las ovejas y los carneros no sea menor a los 1000 metros (potrero por medio y no alambrado por medio). Por supuesto, los alambrados que limitan cada potrero deben estar en condiciones, ya que en ningún momento durante este período los animales deben acceder a distancias menores. También, si el potrero donde están las ovejas es lindero con otro establecimiento, deberá verificarse que no se manejen carneros durante ese período en los potreros adyacentes. Si esto sucediera el modelo sería totalmente inefectivo.
Previo al aislamiento, igual que en todas las encarneradas, deberán revisarse las ovejas y los carneros. Esto debe realizarse con anterioridad por dos motivos. En muchos establecimientos es común que exista solo un tubo para ovejas. Si los carneros pasan por este con anterioridad a las ovejas dejarán su olor y el estímulo será menos efectivo. A su vez, puede suceder que el tubo esté a una distancia menor de los 1000 metros de las ovejas, por lo que el pasaje de los carneros por éste afectaría los resultados. La segunda razón es que la revisación de los carneros debe realizarse al menos 40 días antes de la encarnerada.
El estado de las ovejas, al igual que en cualquier encarnerada, condiciona la respuesta. La condición corporal de las mismas no debería ser inferior a 3 (en una escala de 1 a 5), lo que no parece difícil de lograr en primavera por la mayor disponibilidad de alimento.
Algunos trabajos realizados en la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), conducidos por el Dr Rodríguez Iglesias, determinaron que se puede potenciar la respuesta a la introducción de los carneros en ovejas Corriedale si junto a los mismos se introduce un pequeño grupo de ovejas con celo inducido. Para ello pueden utilizarse ovejas refugo a las que se trata apropiadamente. Existen varias alternativas hormonales de como inducir los celos; un profesional veterinario puede asesorar este aspecto.
Respuesta de las ovejas al EM
La mayor parte de las ovejas que responden entrarán en celo entre 17 y 25 días después de introducir los carneros. Este aspecto debe tenerse en cuenta para determinar la fecha de introducción de los carneros de acuerdo a las fechas en que interese que se produzcan los partos. Con una encarnerada de 45 días se cubrirán dos períodos de celo. Si se desea adelantar esta respuesta, pueden colocarse dispositivos con progestinas como los descritos anteriormente, con lo que el 60-70% de las ovejas que responden manifestaran los celos entre 2 y 5 días luego de reintroducir los carneros. También con este fin es indistinto el resultado de utilizar cualquiera de los tres dispositivos, siendo igualmente efectivos los tratamientos cortos (6 días).
Durante los últimos años nuestro laboratorio realizó varios ensayos sobre el EM, fundamentalmente en los Departamentos de Artigas y Colonia. Como síntesis de los resultados obtenidos podemos decir que:
Se recomienda especialmente:
Conclusiones
Es importante reiterar que la incorporación de una técnica debe determinarse de acuerdo a la realidad de cada predio y al objetivo de producción deseado. Si el objetivo fuera producir corderos fuera de estación para el abasto, probablemente las técnicas más adecuadas sean aquellas más económicas, que incluyen factores de manejo, como el "efecto macho" y sus variantes. Si el objetivo es el cordero individual, es decir, animales de mayor valor individual, quizás la opción más adecuada sean las técnicas hormonales, con un costo algo mayor, aunque de manejo más sencillo y más controlado, es decir, técnicas hormonales. El mayor valor individual del producto compensará el mayor costo invertido. En cualquiera de las opciones, es recomendable que se cuente previamente con el asesoramiento de un profesional que pueda indicar cuál es la técnica más indicada en cada caso, y que planifique y supervise su aplicación.
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