Maquinaria:
Cinco preguntas sobre pulverización.
Ing. Agr. Ramiro
Noya
1) ¿ Qué es
una pulverizadora ?
Es una máquina diseñada
para fraccionar el agua contenida en su tanque, la fracciona en pequeñas
partículas y las distribuye sobre el terreno o cultivos en cantidad
controlada. Esto es así, si todos los factores que influyen en la
operación también están controlados.
Nos referimos a pulverizadoras de
chorro proyectado que son las usadas en agricultura forrajera o cerealera
y huertas.
Las pulverizadoras de chorro transportado
son las que se utilizan principalmente en montes frutales y forestales.
Las pulverizadoras son máquinas
que transforman la energía mecánica en energía hidráulica,
ésta se utiliza para dar presión con la cual -en las pastillas-
se fraccionan las gotas de agua en miles y miles de partículas.
Si el agua contiene un producto químico es posible hacer llegar
el mismo dosificado a los lugares deseados.
2) ¿Cómo se calibra
una pulverizadora?
Calibrarla es conocer su gasto de
agua por há. y adecuarlo a nuestras necesidades.
Luego de acomodar el gasto (litros/há)
se agrega al tanque el producto químico siguiendo las recomendaciones
del técnico o el fabricante (litros o kg./há), en concordancia
con el consumo de agua.
Hay un elemento que es imprescindible
para la calibración: la jarra graduada.
Las etiquetas del fabricante sirven
cuando las pastillas son nuevas y la velocidad de avance es bien conocida.
Si usamos la jarra especial para
pulverizadoras, deben seguirse las indicaciones de su envase. Esta jarra
se adquiere en representantes especializados por ejemplo: Jacto.
La jarra común, es una jarra
transparente de cocina graduada (en c.c. o mililitros) y se puede adquirir
en cualquier bazar. Se trabaja con la escala correspondiente a agua.
El siguiente es un método
práctico, rápido y simple para la calibración
Con la pulverizadora correctamente
enganchada al tractor y el mantenimiento previo realizado, se coloca el
equipo bien próximo a la fuente de agua y se llena el tanque hasta
la boca. Se tapa, se deja derramar lo que sobra de agua, luego se destapa
nuevamente y se marca el nivel final en el borde interno.
Siendo la boca un lugar más
estrecho que el diámetro del propio tanque es de mayor precisión
medir allí la reposición del agua gastada.
Se marca también el lugar
donde se apoyan los centros de los neumáticos traseros del tractor
para luego poder volver a la misma posición.
A continuación se lleva el
equipo al terreno donde se realizará la aplicación (o a un
lugar lo más similar posible) y se recorre una distancia que cubra
por ejemplo el 10% de una há.
Para una pulverizadora con ancho
de botalón de 12 metros ese recorrido sería de 83,33 metros,
para una de 10 metros de ancho el recorrido sería de l00 metros,
en tanto para una de 8 metros de ancho la distancia a recorrer es de l25
metros.
Marcada la distancia que corresponda
y con el tractor a la aceleración que permita obtener 540 rpm en
la toma de fuerza se recorre en determinado cambio o marcha el terreno
pasando por las marcas. Se pulveriza el agua a la presión recomendada
( por ejemplo 3 kilos) abriendo la llave general al pasar por la primera
marca y cerrándola al pasar por la segunda. Todo se hace con el
equipo en movimiento. De esa manera se gasta agua solamente entre las marcas,
y no se varía la aceleración o el cambio.
A continuación se vuelve al
sitio de llenado y en la misma posición que anteriormente ocupó
el tractor se rellena el tanque hasta la marca inicial mediante la jarra
graduada.
De esta forma se conoce exactamente
la cantidad de agua que se ha gastado en la décima parte de una
há. (por ejemplo 8 litros). La calibración indica en este
caso que la máquina gasta 80 litros por há.
Es conveniente repetir la operación
a modo de verificación.
A continuación, si éste
es el gasto recomendado, se calcula cuantas hás se cubren con la
capacidad del tanque y en función de esto se agrega el producto.
Aquí nuevamente se utiliza la jarra graduada para realizar fracciones
del mismo.
Como se inició la calibración
con el tanque lleno, se drena agua para permitir agregar la formulación,
completándose finalmente con agua previo su correspondiente agitación.
3) ¿Qué hacer si
se necesita aumentar el gasto por há.?
Lo primero sería aumentar
la presión por ejemplo a 3,5 ó 4 kilos y repetir la prueba.
Si aumentar la presión no
es suficiente se puede intentar bajar un cambio, aunque esto implica perder
rendimiento horario.
Si finalmente no se logra calibrar
sólo resta proceder a un cambio en la numeración de las pastillas,
optando por otras de mayor consumo.
En forma inversa se procede para
disminuir el gasto.
4) ¿Qué es el mantenimiento
previo?
Es todo lo que se recomienda en
el Manual en relación a lubricación de cardan y bomba, limpieza
de cañerías, grifos, filtros y pastillas.
Es muy importante hacer periódicamente
el control de pastillas. Como es sabido las pastillas se desgastan por
la presión, los productos y las muchas hás trabajadas. Usando
la jarra graduada se pueden controlar las pastillas.
Esto se hace configurando una planilla
donde se anota el gasto por minuto de cada una de las pastillas del botalón,
trabajando a presión constante con agua limpia en el tanque.
De entrada se descartan las que presentan
a simple vista chorros desviados, goteos, etc. Luego de conocer el gasto
de cada una se suma para hallar el gasto total y se divide por el número
de pastillas para obtener el gasto promedio. A ese promedio se le calcula
un 10% por encima y por debajo como rango de tolerancia para pastillas
tipo abanico plano y un 5% en el caso de ser de tipo cono. Las pastillas
que no estén dentro de la tolerancia deben sustituirse por otras
que sí lo cumplan. Si hay que cambiar más de 5 ó 6
pastillas se recomienda instalar un juego nuevo.
5) ¿Quién tiene
la última palabra en pulverización?
Las tarjetas sensibles. Las mismas
se adquieren en los comercios especializados.
Con ellas se puede saber cómo
está llegando el producto al lugar que interesa que llegue: suelo,
primeras hojas, espigas, etc. Las tarjetas son amarillentas y viran al
violáceo donde son tocadas por las partículas de agua. Esto
da una pauta del tamaño de partículas, cantidad de impactos
por cm2 de tarjeta, etc. En general para diversos tipos de productos es
aceptable obtener de 30 a 40 impactos por cm2.
Las tarjetas sensibles además
de ser baratas y fáciles de usar resultan un excelente medio para
llegar al control de calidad de la operación de pulverización.
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