Dr. Luis Carretto La queratoconjuntivitis infecciosa de los bovinos, que involucra los tejidos oculares causando severas pérdidas económicas a la producción, se conoce desde que se comenzaron a nuclear los bovinos con fines comerciales. La primera descripción detallada de las lesiones que ocasiona data de 1889. Aproximadamente el 10 % de los terneros cada año padece esta afección, desarrollando una variedad de trastornos y causando pérdidas por diferentes conceptos entre los cuales podemos citar los costos derivados del tratamiento de los animales afectados, costos extras de personal derivados de las alteraciones en la rutina de manejo de los animales, lo que implica trastornos del programa habitual de manejo de los establecimientos. Además, debemos incluir en las pérdidas de peso, la ganancia diaria de peso, y en el caso de los tambos la caída de producción láctea. Durante muchos años los investigadores no lograban ponerse de acuerdo en el complejo cuadro de la queratoconjuntivitis de los bovinos, ya que existía una muy escasa información del tema. En la década pasada se descubren una serie de factores que aclaran el panorama de esta afección. Estudios realizados en varios países permitieron aclarar el papel de los rayos solares, los vientos, la vegetación, las deficiencias nutricionales y los insectos. Las radiaciones ultravioletas en los meses estivales, (en nuestro país desde la segunda quincena de noviembre aproximadamente), causan lesiones en las córneas de los animales que permiten la colonización de gérmenes en las mismas. Los vientos llevan consigo polvo y otros elementos que impulsan con su fuerza los cuales causan lesiones traumáticas en los ojos de los animales. Las pasturas y los rastrojos, sobre todo causan lesiones de tipo traumático en los animales permitiendo la invasión ocular en las zonas afectadas. Se reconoce que la deficiencia en vitamina A causa lesiones en los epitelios. Específicamente en la queratoconjuntivitis esta deficiencia es, tal vez. una de las mayores causas predisponentes. El papel de los insectos es el principal en la diseminación del brote, ya que el agente causante de la entidad puede sobrevivir hasta cuatro días en el metabolismo de la mosca. No dejemos de tener presente que determinadas formas de manejo de los animales son causas predisponentes. En nuestro país es la administración de raciones a terneros a escasa edad, con el polvo que se genera en los comederos provoca lesiones corneales traumáticas en los animales. El agente causal en los bovinos es una bacteria denominada Moraxella bovis, una bacteria Gram negativa. Esta bacteria tiene un gran poder de adhesión a los tejidos del ojo, con lo cual puede comenzar a destruir las membranas corneales. La permanencia del agente en el medio ambiente es de pocas horas, sin embargo, recordemos que en la mosca puede llegar a sobrevivir hasta cuatro días. El cuadro clínico de la enfermedad es variable dependiendo de varios factores, entre ellos el estado inmunitario de los animales, la patogenicidad de la cepa causante y los factores ambientales que incidan en el momento. Dentro del contexto del cuadro clínico se pueden observar las siguientes manifestaciones en un brote: incomodidad ocular, parpadeo(blefaroespasmo), incomodidad con la luz solar(fotofobia), lagrimeo(epífora), descargas oculares desde leves hasta copiosas, y opacidad blanquecina del ojo (edema y úlceras en la córnea) entre otras. Este conjunto de síntomas observados no se da generalmente en un brote solo en forma completa, y debemos tener en cuenta también que la mayor frecuencia es unilateral. En los casos donde son bilaterales, las lesiones de esta enfermedad son de menor incidencia en y a veces debemos sospechar que estamos frente a otras afecciones. Una cosa a importante a tener en cuenta es el animal portador, peligroso para aquellos rodeos que nunca han estado en contacto con la enfermedad. Este animal no muestra lesiones oculares de ningún tipo, solo lagrimeo intermitente. Esta es la forma por la cual el agente subsiste de una estación a la otra y de esta manera persiste y se difunde entre los grupos de animales susceptibles. El cuadro clínico orienta al profesional con bastante certeza hacia la afección. Los cultivos y la identificación de la bacteria por el laboratorio documenta la presencia de la enfermedad en el establecimiento. Pero existen otras enfermedades escondidas bajo este complejo que complican el estado de los animales y hacen difícil la recuperación de los casos y, además, tienen el poder de perpetuar estos casos en los establecimientos. Todo esto nos exige tener presente la diferencia con otras patologías para no cometer errores que causen severas pérdidas a los productores. Estas patologías pueden ser la Rinotraqueítis Infecciosa Bovina, Catarro Maligno, fotosensibilización en algunos casos, cuadros de hipersensibilidad, etc. Pero además por detrás de estos cuadros visibles puede estar escondida otra enfermedad, la Diarrea Viral Bovina que causa inmunodepresión, esta virosis que transita desapercibida en nuestros rodeos es causa que muchos cuadros se exacerben, y no conocemos la razón de porque no hay respuesta terapéutica en muchos casos. Tratamientos Existen varias posibilidades de tratamiento
de la queratoconjuntivitis. Lo más práctico es el tratamiento con antibióticos de larga acción. A pesar de su costo, su efectividad y la reducción de trabajo del personal en el manejo de los animales permite que se haga rentable. Es necesario recordar que arrear pocas veces los animales a las instalaciones para tratamiento evita que sus ojos no sean lesionados por el polvo que se eleva en el movimiento de los animales. Pero por sí solas estas formas terapéuticas no son suficientes cuando nos enfrentamos a un brote, ya que debemos reparar las condiciones ambientales de los animales afectados y también pensar en la población susceptible que forma el rodeo. Nos referimos a los rayos ultravioletas que provocan las lesiones iniciales. Por lo tanto la disponibilidad de sombra para los animales afectados y los sanos es primordial para tener un éxito en la superación de un brote. Otro factor a considerar es el control efectivo de los vectores mecánicos que causan la diseminación del agente, las moscas (Musca autumnalis), principalmente. Para ello se hace imprescindible la aplicación de repelentes efectivos que controlen este insecto. Si deseamos un control efectivo de la enfermedad es necesario disponer de una población inmunizada, que la misma se mantenga en potreros durante los meses de mayor insolación en los que pueda disponer de sombra y, además, se mantenga libre de insectos que sean vectores del agente, aparte de las lógicas molestias que causan a los animales. La inmunidad materna en esta enfermedad no es significativa. Esto es desfavorable para los terneros pero nos permite encarar una estrategia de vacunación a corta edad. En nuestro país la parición es en una época que nos permite desarrollar la estrategia de vacunación antes de la temporada de los brotes. En terneros es posible vacunar a los veinte días de edad sin temor de los anticuerpos maternos lo cual permite que en los establecimientos que practican destete precoz, los terneros estén inmunizados al momento del destete. La vacunación debe ser realizada en animales que manifiesten un correcto estado de salud y estén en buenas condiciones de nutrición. La vacunación tiene un rol preventivo. No tiene mucho sentido invertir en vacuna cuando los animales ya están en pleno brote, y juntar para ese fin animales sanos con enfermos generalmente causa un rebrote serio en los rodeos. En la selección de fármacos debemos tener presente que están disponibles dos tipos de vacunas inactivadas; las que tienen adyuvante de hidróxido y las de adyuvante oleoso. En ambos casos se logra protección. En las vacunas que contiene el adyuvante de hidróxido es necesario dos dosis para ello y, en las oleosas es necesario vacunar tres a seis semanas antes de la aparición de los casos para esperar una inmunidad confiable. Deseo reiterar que la vacunación por sí sola no protege la totalidad de los animales. Para tener éxito en un plan de control debemos tener presente la disponibilidad de sombra y lograr un control de las moscas. De esta manera cumplimos con todas las condiciones necesarias para generar un ambiente inhóspito a un temible enemigo de nuestros rodeos.
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