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Por el Ing. Agr. Juan Andrés Moreira da Costa


Jorge Bianchi trasformó un predio con suelos esquilmados por décadas de agricultura continua, en una eficiente invernada de vacunos. El establecimiento que perteneció a su padre, Don Jorge Bianchi Pérez, tiene una superficie de 232 ha y se encuentra en la zona de Colonia Jefferies, en el departamento de Treinta y Tres.


Luego de años de monocultivo de boniatos y cultivos graníferos sin fertilizaciones, poco puede quedar de la matriz original de un suelo. A pesar de esto,  después de tantos ciclos agrícolas, todavía se mantiene latente “la memoria de las especies forrajeras nativas”. Lo interesante a destacar, es cómo a través de una intervención inteligente y aplicando prácticas de manejo adecuadas, el medio ambiente reacciona, aun estando bajo un sistema de producción animal.


Se partió de un ambiente ecológicamente degradado, sobre un suelo de basalto profundo, prácticamente sin cobertura vegetal o tapiz ralo y en algunas zonas sin cobertura. Las  especies presentes eran de bajo valor productivo. Algunas laderas se apreciaban erosionadas con cárcavas, otras zonas con blanqueales y una extensa área dominada por una gran presencia de tacuruses. En el caso de los bajos húmedos estaban cubiertos con pajonales.  Los análisis de suelos mostraban acidez relativa, baja proporción de materia orgánica, deficiencias de fósforo y potasio.


 


El  plan de desarrollo


Cinco años atrás este sistema productivo fue diseñado basado en un plan estratégico, siguiendo las pautas de la metodología marco lógico. En base a esta herramienta analítica, se definieron los objetivos del proyecto conjuntamente con las correspondientes actividades a desarrollar para el logro de los mismos. Durante el transcurso de la ejecución, exigió el monitoreo de la evolución de resultados mediante  indicadores determinantes del cumplimiento de las metas. El proyecto tiene por fin, el logro de  ingresos adecuados a partir de un sistema pastoril sustentable.


 


Pautas para el desarrollo


El objetivo productivo se basó en el desarrollo de la base forrajera mediante un manejo racional, privilegiando la respuesta de las especies nativas (gramíneas y leguminosas) corrigiendo los déficits minerales mediante fertilizaciones fosfatadas (fosforita) y agregado de potasio cuando fuera necesario. Paralelamente se introdujeron leguminosas (Lotus Rincón, Lotus Tenuis, Lotus Maku, Trébol Blanco), además de algunas gramíneas (Raigrás, Holcus, Bromus), sembradas en cobertura sobre el campo (antes que nada, debo mencionar que Bianchi se autodefine como productor de pasto por encima de cualquier actividad). A su vez ese pasto solo será consumido durante el período agosto a mayo, “cerrando” durante los meses de junio y julio. En este período “cerrado”, se promueve la recuperación de las plantas, favoreciendo la concentración de nutrientes en las hojas. Es como si adelantara la primavera un mes, al elevarse los niveles de proteína y energía.  En función de ello la reposición  recién se realiza desde el mes de agosto.


Otra de las pautas definidas es el manejo tendiente a  la recuperación del perfil orgánico del suelo, para ello utiliza la rotativa mecánica dos veces al año (otoño y primavera), al mismo tiempo como método de control de malezas.  Paralelamente sin ser menos fundamental, se diseñó la red de distribución de aguas de calidad (tajamares, bebederos), sombras y demás infraestructura necesaria para el manejo del pasto y del ganado (subdivisiones y mangas) siendo  factores determinantes del bienestar animal.


 


Respuestas logradas


La totalidad de las 232 ha están mejoradas. De los resultados obtenidos mediante el  monitoreo realizado al campo por análisis de suelos, surgió la necesidad de corregir la fertilidad mediante la fertilización con fosforita. Dependiendo de las zonas, se llevan distribuidos de 200 kg a 1.000 kg/ha acumulados durante los cinco años. En algunas situaciones se utilizaron fórmulas con potasio y algo de nitrógeno. Como resultado se constata una evolución positiva del perfil orgánico de los suelos,  favoreciendo notablemente la cama para la germinación de semillas. Hoy ese campo muestra una compleja trama de distintas especies en competencia positiva por el espacio productivo. El pico de producción de pasto ocurre en primavera-verano, pudiendo extenderse de acuerdo con el  régimen de lluvias hasta ya ingresado el  otoño.


 


Manejo animal


Los animales son comprados durante el mes de agosto, vendiéndose la totalidad del stock antes de junio. Los lotes son manejados en rotación, permaneciendo cinco días en cada fracción. En esta etapa la dotación primaveral manejada es de 190 a 200 novillos con pesos que varían entre 400 y 500 kg con 2-3 años.  La ganancia de peso individual en animales que están en la etapa final de engrasamiento, desde el invierno hasta mitad de primavera supera el 1.300 kg/cabeza/día. Para el ejercicio pasado la productividad medida del sistema fue de 170 kg/ha de carne. Para este ejercicio y en consideración de la producción de las pasturas así como de la performance de los lotes de ganado manejado, se estima que rondará los 200 kg/ha.


 


Pensando el negocio


Para Bianchi, el negocio de invernada puede tener tres escenarios posibles y en cada situación hay que enfocarse con una mentalidad diferente.


Un primer escenario, se daría cuando los valores del ganado sufren devaluación  permanente en dólares. En esa situación, por el solo hecho de  tener los animales se estaría ganando. Otra situación, cada vez menos probable, se daría cuando en el mercado la relación flaco/gordo es favorable al invernador. En la cual se gana por los kilos comprados baratos y los kilos agregados. Otra es la realidad actual, en la que el valor del kilo flaco supera al gordo en un 28%.  Bajo esta situación, es donde la habilidad comercial del productor se agudiza. De acuerdo con el enfoque productivo ideado para este sistema en que “el pasto espera el ganado”, los novillos son  considerados una unidad de conversión del  pasto en carne. Lo que se busca reponer es ese novillo con gran margen para cargar muchos kilos en su carcasa y en el menor tiempo posible. Por eso para este productor es importante la estrategia de la compra invernal y elegir la mejor calidad genética posible a pesar del relativo alto valor  por kg flaco.


 


Resumiendo


Con gran habilidad técnica y comercial, aplicando un plan inteligente de inversión en tecnología de procesos, Bianchi transformó este ambiente en una invernada de la que todavía no conoce los límites productivos. Hoy se aprecia un gran sistema ganadero que muestra grandes fortalezas desde el punto de vista de la sustentabilidad productiva, económica y ambiental. Lo pautado en el proyecto, está siendo logrado. Es importante destacar la habilidad comercial del productor definiendo cada tipo de negocio, acorde a las distintas situaciones del mercado, logrando que el proyecto auto financie su crecimiento y desarrollo.


 


 

Auspiciantes anuales