Sanidad reproductiva en el rodeo lechero
El manejo
sanitario reproductivo y nutricional de los rodeos lecheros tiene por
objetivo alcanzar la máxima producción de litros de leche
por hectárea y por año.
El productor
junto con su asesor veterinario deben establecer metas reproductivas
razonables para su establecimiento (ver Cuadro 1) Es de primordial
importancia que sean llevados registros reproductivos individuales completos,
porque es inicialmente en base a su estudio que el médico veterinario
puede detectar un problema y orientar un diagnóstico.
Para lograr
los objetivos reproductivos se debe tener en cuenta que a lo largo de
un ciclo productivo completo (de un parto al siguiente) existen distintas
etapas y que en cualquiera de ellas se pueden producir alteraciones
que impidan el normal cumplimiento del ciclo completo. Estas son:
Antes de los servicios, en caso de usar toros, hay que asegurarse de que están sanos y que no son transmisores de enfermedades venéreas. Para ello el Médico Veterinario realiza un examen general y genital de los animales, tomando muestras de raspado prepucial (Trichomona y Vibrio), así como muestras de sangre para serología de IBR, BVD o lo que se considere importante según el caso. Si se realiza inseminación artificial al elegir el semen hay que exigir que sea libre de enfermedades de la reproducción.
Si hay
aumento de la repetición de celos, lo cual puede ser con duración
de ciclos normales (infertilidad) o con alargamiento de los ciclos (muerte
y reabsorción embrionaria), hay que tener en cuenta en el momento
de estudiar el problema que estos síntomas pueden ser provocados
por distintos agentes como ser Vibrio, Trichomona, IBR, BVD, Leptospira.
Este problema no es de fácil diagnóstico y recalcamos
nuevamente la importancia de llevar ajustadamente los registros para
llegar a un diagnóstico presuntivo del agente. Durante la gestación pueden presentarse patologías como reabsorciones embrionarias y abortos que pueden ser tempranos, medios o tardíos. Según el momento en que se presenten pueden orientarnos sobre qué tipo de agente está afectando en cada caso.
a. Rinotraqueítis
Infecciosa Bovina (IBR) La prevalencia
general en Uruguay es de 45% (Saizar, Buiatría 1995), en establecimientos
lecheros es de 92% (Saizar, Buiatría 1995), y en otro estudio
se encontró en el 100% de los establecimientos lecheros y en
un 29% de los animales (Mederos e Hirigoyen, Buiatría 1998).
Otros datos arrojan como resultado de 1335 sueros testeados 72% positivo
(Cobo, 1998). En Río Negro los datos existentes, a pesar de no alcanzar valor estadístico nos muestran que la situación de los rodeos lecheros del departamento se corresponde con lo hallado en los trabajos nombrados. Las muestras derivadas por el laboratorio local durante los años l998-1999 fueron 134 sueros correspondientes a 13 establecimientos con sospecha de enfermedad reproductiva, siendo el 60% de los sueros, y el 92% de los establecimientos positivos a IBR (datos aportados por Dras. Alonso y Minoli). b. Diarrea
Viral Bovina (BVD, DVB) Hay dos formas clínicas:
Los terneros
persistentemente infectados son aquellos que habiendo sido infectados
tempranamente en el útero nacen viables, sin síntomas,
pudiendo ser diseminadores de la enfermedad excretando virus por diferentes
vías. Estos animales son inmunotolerantes al virus por lo que
serológicamente son negativos. Se estima que en un rodeo con
30% de hembras positivas nacerán un 2% de terneros persistentemente
infectados. La prevalencia
en el Uruguay es del 72% en animales y un 97% de los establecimientos
son positivos a BVD (Mederos, Buiatría 1998). Otro estudio mostró
de 960 sueros analizados por BVD un 41% de positivos (Cobo, 1998). Los datos
locales son escasos: durante 1998 y 1999 se testearon 55 sueros por
BVD pertenecientes a 8 establecimientos de Río Negro con problemas
reproductivos, resultando positivos el 38% de los animales y el 62%
de los establecimientos (Alonso y Minoli). c. Leptospirosis Pueden
ocurrir infecciones sin desarrollo de síntomas. Cuando la infección
provoca la forma aguda de la enfermedad, esta es compleja con variadas
manifestaciones clínicas: fiebre, ictericia, hemoglobinuria,
hemorragias, mastitis, abrupta caída en la producción
láctea, abortos tardíos y muerte. La morbilidad y mortalidad
es mayor en las categorías jóvenes: puede llegar a 50%
de morbilidad y 5-10% de mortalidad. La forma crónica de la leptospirosis
se manifiesta con muertes embrionarias, abortos, retenciones placentarias,
aumento de los intervalos interparto. Las Leptospiras
tienden a localizarse en los riñones desde donde son eliminadas
en grandes cantidades durante muchos meses. Los roedores y los cerdos
juegan un papel importante en el contagio pues a menudo están
infectados sin síntomas, eliminando la bacteria por la orina. La transmisión
generalmente es por vía oral por ingestión de alimento
o agua contaminada; otras vías son el contacto con animales enfermos,
a través de la placenta, o percutánea ya que atraviesa
la piel sana. Datos nacionales:
55% de sueros positivos (Dilave, 1982). Otro trabajo:
de 38 casos, 338 sueros, 280 positivos (Cobo, 1988). Los registros
de la zona son los siguientes: entre 1990 a 1999 de un total de 295
sueros remitidos pertenecientes a 28 establecimientos, 40% de sueros
positivos, (algunos con sospecha de leptospirosis clínica, otros
con problemas reproductivos), y 70% de establecimientos positivos (Alonso
y Minoli).
Cuando
hay enfermedad en el rodeo se detectan muertes embrionarias tempranas,
repeticiones de celo con ciclos normales o alargados, corrimiento vaginal
límpido. Según
trabajos publicados la Campylobacteriosis ha disminuido en el Uruguay
de 64% a 14% de positivos dentro de los toros estudiados en el período
1987-1997 (Cobo, 1998). Esto se debería a los controles que se
vienen realizando en toros de cabaña para venta o inseminación. e. Neosporosis Se ha detectado
que el perro puede desarrollar el ciclo completo de este parásito,
siendo también transmisor al eliminar ooquistes con sus materias
fecales. La vía
de infección puede ser oral o transplacentaria. En los bovinos
la enfermedad se presenta con abortos y nacimiento de terneros con problemas
neurológicos, poco viables. Esta enfermedad no afecta la fertilidad
de la vaca, que puede abortar en gestaciones sucesivas o no sin dejarle
secuelas, puede trasmitir el parásito o no a sus terneros nacidos
vivos. En Uruguay
se detectaron anticuerpos antineospora en sueros bovinos durante el
año 1998 estudiando un caso de enfermedad reproductiva (Cobo,
A.). Neospora: datos locales: 14 sueros bovinos remitidos entre enero-agosto de 2000 resultaron 12 negativos y 2 positivos; 3 sueros caninos remitidos en el año 1999 resultando 1 negativo y 2 positivos. Histopatología: un feto abortado resultando negativo (Alonso y Minoli).
Una medida
que solamente rendirá beneficios para el productor y su rodeo
sin generar un aumento en los costos es ingresar al establecimiento
reproductores probadamente sanos y seguros. Para ello el productor debe
exigir con cada compra certificación de estado óptimo
de salud así como de aptitud reproductiva. Dicha certificación
deberá incluir datos de laboratorio a determinación e
interpretación del veterinario del establecimiento: serología
de IBR, BVD, Brucelosis, Leucosis, Leptospirosis, Neosporosis y en caso
de machos además libres de Trichomona y Campylobacter .
Para elaborar
un programa sanitario el Médico Veterinario estudia inicialmente
los registros reproductivos de las vacas, adquiriendo así conocimiento
de cual es el problema que afecta a ese rodeo: si hay repetición
de celos, y/o abortos, en qué época de la gestación,
etc. El profesional decidirá qué tipo y qué número de muestras deben recogerse a los efectos de ser enviadas al laboratorio de diagnóstico. Es de gran utilidad la ayuda que brindan las distintas técnicas de laboratorio para poder dilucidar la causa del problema que nos afecta, saber frente a cual o cuales agentes nos encontramos, para poder así encarar la forma de controlar la enfermedad y llegado el momento erradicarla de nuestro rodeo. Generalmente se remiten muestras de sangre, si hay toros conviene analizar material de raspado prepucial, si hay abortos es fundamental enviar el feto abortado refrigerado para su estudio serológico y/o anatomopatológico.
Con todos
estos datos (aspectos clínicos, registros, resultados de laboratorio)
el veterinario conjuntamente con el productor elaborarán un plan
sanitario tendiente a mejorar ese rodeo. El plan debe ser individual
para cada caso, porque no existe una receta única. Una herramienta
fundamental para luchar contra estas enfermedades es el uso de vacunas.
Debido al costo de éstas, veterinario y productor deben determinar
costos y beneficios para ese establecimiento en particular, ya que estos
problemas no se solucionan con una vacunación puntual, sino que
hay que tener en cuenta los años venideros (vacunación
de terneras o del rodeo total) para controlar la enfermedad y aumentar
así los índices reproductivos, obteniendo así los
beneficios deseados. Existen
varias vacunas en plaza: algunas protegen contra una enfermedad y otras
son combinadas contra dos o más enfermedades. Hay establecimientos
que han incorporado en sus rodeos lecheros la vacunación sistemática
permanente, en unos casos por haber tenido diagnóstico de enfermedad. Otros establecimientos
implantan este plan de vacunación sin problemas clínicos,
pero sí con un estudio de situación serológica,
con indicios de presencia de uno o varios agentes en el rodeo. Generalmente
se usan las vacunas polivalentes que incluyen Campylobacter, Leptospira,
IBR y BVD. Como plan general se vacunan terneras al desleche, revacunando
al mes, luego anualmente antes del servicio. En caso
de riesgo de leptospirosis se revacuna cada seis meses, asimismo si
hay síntomas clínicos de BVD. Es de hacer notar que al
iniciar vacunación contra leptospirosis a temprana edad, revacunando
al mes y repitiendo al año y dos años, se crea una sólida
base inmunitaria que permite suspender las vacunaciones. Si se quiere
inmunizar contra BVD es importante la vacunación pre servicio
para prevenir muertes embrionarias ocasionadas por este virus, también
es importante la vacunación de la madre gestante a los efectos
de que pase una buena cantidad de anticuerpos en el calostro. Si en
el rodeo se presentaron casos clínicos de BVD se revacuna todo
el ganado cada seis meses. La vacunación
contra IBR antes del primer servicio aumenta los índices de preñez. Resaltamos
la importancia del diagnóstico de situación del establecimiento
y a partir de ahí el veterinario hará las recomendaciones
para el productor, poniendo muy en claro los costos y los beneficios
para esa situación, proyectando para los años siguientes.
Puerperio:
periodo que va desde la finalización del parto hasta que el útero
vuelve a su tamaño previo a la gestación. y Verónica Tauber, del Centro Médico Veterinario de Río Negro. Agradecemos al Dr. Gonzalo Leániz por su colaboración. |