Ayer estuvimos…en Dayqué un emprendimiento asociativo
Ing. Agr. Marcelo Pereira, Instituto Plan Agropecuario
Antecedentes
Dayqué es un emprendimiento asociativo que tuvo sus orígenes en el año 1993, cuando 7 empresas ganaderas pequeñas del basalto, impulsadas por el Plan Agropecuario, deciden comenzar a funcionar como un grupo de productores. Así fue que luego de transitar durante 4 años trabajando de esa manera y habiendo adquirido confianza, comenzó a rondar la idea de realizar una explotación de un predio en forma conjunta. El objetivo fundamental era solucionar un problema de escala, ya que tenían gran parte de sus rodeos de cría a pastoreo, en forma permanente.
Sucedió entonces una experiencia muy valiosa, que fue la determinante para la conformación de Dayqué. La realidad de ese momento era la escasez de pasto y enterado el grupo por parte de los técnicos zonales del Instituto de Colonización, de la existencia de 2.000 hectáreas, a las cuales se podía acceder bajo el régimen de pastoreo, se comenzó a estudiar dicha posibilidad. El panorama no era muy alentador, el grupo sólo tenía 500 vacunos para llevar a pastoreo y para poder cubrir los gastos se precisaban por lo menos 1.000 vacunos. Comenzó entonces una ronda de negocios, con los productores grandes de la zona llegando finalmente a un acuerdo. Llegaron a haber 1200 vacunos de 9 dueños diferentes. La experiencia duró un año y medio hasta que el campo se vendió. El aprendizaje fue enorme, dotando al grupo del coraje y la confianza suficiente para realizar una explotación común dentro del grupo.
La idea
El desafío era elaborar una idea que pudiera ajustarse al funcionamiento de predios ganaderos pequeños (superficie promedio: 320 hectáreas). Los tradicionales campos de recría parecían no ajustarse a la zafralidad de las entradas ganaderas (lana y terneros). Fue por ese motivo que se pensó en crear una empresa independiente, con marca y señal única, donde cada socio tuviera un porcentaje del capital de la empresa (acciones).
Dayqué
Luego de algunas idas y venidas el Instituto de Colonización vio con buenos ojos el proyecto presentado para acceder a un campo de basalto superficial de 974 hás., y concedió la explotación del mismo a la cooperativa agraria Dayqué.
Cada una de las familias apostó a la idea donando al emprendimiento un promedio de 200 ovejas y 20 vacunos, conformándose así el capital para dar comienzo a un sueño que parecía mentira pero comenzaba a hacerse realidad.
El funcionamiento del proyecto se basa en una gerencia comprometida y en la confianza y ayuda de los socios en la toma de decisiones.
Ficha técnica
Forma: emprendimiento asociativo de 8 familias ganaderas de basalto.
Forma jurídica: cooperativa agraria de responsabilidad limitada.
Nombre: DAYQUE (entre los ríos Daymán y Queguay).
Objetivo: solucionar un problema de escala pensando en las generaciones venideras.
Funcionamiento: empresa independiente de las empresas socias, donde cada socio tiene un porcentaje del aporte realizado. Hay pérdida de identidad del capital aportado, teniendo el emprendimiento una marca y señal única.
Toma de decisiones: el grupo toma las grandes decisiones, mientras que las diarias o cotidianas son tomadas por la gerencia que actualmente es rentada.
Rubros: ganadería extensiva, cría en vacunos y ovinos. Dentro de éste último, la producción de lana fina es muy importante.
Resultados productivos: 75 % de señalada y 63 % de marcación en vacunos.
Producto bruto: U$S 35 /há.
Insumos: U$S 24 /há.
Ingreso neto: U$S 11./há.
Rentabilidad económica: 3.7 %.
Rentabilidad patrimonial: 22.5 %.
Endeudamiento: U$S 4 /há.
Novedades: captación de capital a través de socios inversores.
Desafíos: crecer para satisfacer las expectativas de las familias socias.
Planteo productivo
El planteo productivo es de cría en ambos rubros. En el caso del ovino existen dos objetivos básicos: obtener una señalada estabilizada del 70 % (Merino australiano) y llegar a una finura de 19 micras en un período de 6 años. Para el caso de los vacunos, el objetivo primordial es poder alcanzar destetes del orden del 80 %.
En ambos casos se está trabajando para poder realmente aprender, tanto a señalar como a marcar, de forma de mejorar los resultados de la empresa. La tecnología empleada es básicamente de manejo con muy pocas inversiones, donde el campo natural es la base de la alimentación.
Gestión
La gestión del emprendimiento se hace a través de una programación anual, con cambios de rumbo o ajustes en base a presupuestos estacionales, cuidando especialmente en no hacer gastos innecesarios.
Uno de los puntos importantes es que se trata de no invertir en activos fijos, que en definitiva no se sabe cuando se van a pagar. De este modo la empresa no es dueña de campo, tampoco tiene maquinaria, vehículo, ni galpones. Todo el capital, está invertido en semovientes a excepción de alambrados eléctricos y tres tajamares que se han hecho.
Parte de una buena gestión es la confianza y respeto entre los socios, donde decirse las cosas de frente resulta de fundamental importancia para contribuir a la salud del emprendimiento.
Los resultados
En el rubro ovino ya se ha alcanzado el objetivo de la señalada. En los dos últimos ejercicios se ha superado la meta planteada. En el caso de la finura se participa en el Proyecto Merino Fino, a través del cual se recibieron dos carneros y además se han comprado 5 carneros superfinos. Actualmente la finura promedio del lote es de 21,2 micras. En los vacunos se está trabajando en el ordenamiento del rodeo de cría con valores de preñez que todavía no cumplen con las metas fijadas (72 % de preñez).
Los resultados de los dos últimos ejercicios dan ingresos netos del orden de los U$S 10 por hectárea. Si bien el resultado no es muy alentador es de destacar que no hay endeudamiento, habiendo existido una capitalización de animales, sobre todo de ovinos. Todo lo anterior ha generado una imagen, que ha dado sus frutos en la concreción de dos contratos mediante los cuales se ha recibido a dos socios inversores que hoy han puesto capital en Dayqué, con un arreglo de largo plazo. Esto ha determinado que la empresa crezca en superficie arrendando 274 hectáreas que se suman a las del emprendimiento original, totalizando actualmente 1.248 hás. manejadas en conjunto. Esto equivale al 50 % de la superficie total explotada por los miembros del grupo.
Tal vez, cuando analizamos las empresas muchas veces nos olvidamos de la parte más importante, y en este caso son las familias integrantes, con sus sueños, expectativas, sinsabores y alegrías. En este aspecto se ha crecido mucho, aprendiendo a saber rescatar los aspectos buenos que todos tenemos y a pasar por alto las cosas malas que también todos tenemos. No es para nada sencillo el funcionamiento, pero con el tiempo se ha aprendido a marchar, con la convicción de que sin esfuerzo, paciencia y dedicación, nada es posible.
Muchas veces se pinta a los emprendimientos asociativos como la herramienta capaz de solucionar muchos de los problemas que se tienen en el agro. Pero la inmediatez que exige alguno de esos problemas impide que esta herramienta los pueda resolver.
El porqué estas familias siguen unidas a pesar de no ver resultados espectaculares, obedece a una visión de largo plazo que trasciende a la generación actual, siendo una apuesta a la generación venidera.
Sin ideas aglutinantes, de peso, es difícil que los emprendimientos asociativos perduren en el tiempo: pensar en ir construyendo el futuro de los hijos es una de ellas.