Suplementación mineral
Ing. Agr. José Gayo
Instituto Plan Agropecuario  

En los meses de octubre y noviembre realizamos junto al Dr. Juan Carlos Sosa, una serie de jornadas para informar, de una experiencia de suplementación mineral, realizada en forma conjunta, en la zona de Retamosa (Lavalleja). En esas jornadas y en base a trabajos en grupos, se plantearon una serie de interrogantes sobre el tema.

El presente trabajo pretende compartir las dudas planteadas y un breve resumen de las contestaciones que allí se brindaron.

  • ¿Se debe prestar atención sólo al fósforo?
  • Los suelos en nuestro país, son casi sin excepción deficitarios en fósforo (P) y en consecuencia lo mismo ocurre con las pasturas naturales.
    El P es el componente más caro en una mezcla mineral, por las cantidades que hay que incluir en el suplemento.

    Sin embargo, hay que considerar; que hay otros elementos cuyo aporte por las pasturas pueden ser deficitarios y que existen antagonismos entre determinados minerales.

    Por ejemplo; hay suelos con deficiencias de sodio, selenio, cobre, zinc, etc. por lo que deben ser aportados. A su vez el exceso de calcio o magnesio aumentan las exigencias de P de los animales por lo que se debe observar la formulación de la mezcla.

    En suelos sobre Cristalino hay una deficiencia importante de sodio y en basalto de zinc, por lo que las fórmulas a usar en cada zona deben contener estos elementos.

  • ¿Que aporte podemos esperar de las pasturas?
  • El nivel de P de las pasturas varía; con la estación del año, con las lluvias, con el estado de las pasturas.
    Un animal al pastorear va consumiendo el P que la pastura aporta y eventualmente va haciendo reservas a nivel de huesos. Cuando los requerimientos aumentan mucho (caso de la lactación), la demora en manifestar síntomas de deficiencia, dependerá de las reservas que el animal tenga.

    Debemos tener presente que la dieta seleccionada por los animales es casi siempre más alta en P que el contenido promedio del forraje disponible.

  • ¿En que época del año es mejor suplementar?
  • La deficiencia de P es crítica en la primavera, donde la productividad de las plantas está en el máximo. Esto se debe a que, al no ser limitantes la proteína y la energía aportada por la pastura, es el aporte del P el que define en mayor medida el nivel productivo.

    Los animales responden a la suplementación con cualquier nutriente, si éste es el que está limitando primariamente.
    En una pastura de baja calidad, como puede ser una pastura madura diferida del verano al invierno, suplementar con P tendrá poco efecto inmediato. Si la disponibilidad de forraje es muy baja, habrán otros factores limitando el comportamiento animal; el aporte de minerales no corrige el hambre.

    La suplementación mineral cuando hay escasez de alimentos, puede ser importante para que se acumulen reservas, utilizándolas cuando sea necesario.

    Existe un trabajo que demuestra una pequeña ventaja al suplementar todo el año, comparado con hacerlo sólo en una estación; en términos de cantidad de suplemento consumida y ganancia de peso anual.

  • ¿Que utilidad tiene la determinación del P en sangre?
  • El calcio (Ca) y el P están permanentemente liberándose y reponiéndose de los huesos y el transporte de éste, se realiza por la sangre.
    El nivel de P en sangre no debe ser tomado como único indicador y debe ser acompañado por información tal como: consumo de P suplementario, excitación al muestrear, estado fisiológico del animal, procedimiento y zona de muestreo, etc.

    Bajos valores en sangre indican deficiencia, pero valores normales o altos no necesariamente indican un aporte suficiente de la alimentación, pues puede estar ocurriendo movilización ósea.

  • ¿Que síntomas pueden apreciarse por deficiencias de minerales?
  • Con una deficiencia de fósforo leve, disminuirán los niveles de producción. Al aumentar esa deficiencia comienza a haber disminución del apetito, menor preñez, menor velocidad de crecimiento de las recrías, menor producción láctea y pérdida de peso y condición corporal durante la lactancia, apetito depravado y manquera de paletas.

    La osteomalacia es una disminución en el contenido mineral de huesos en animales adultos.

    Animales magros, con pelo áspero, proclives a sufrir fracturas o con falta de tono muscular, indican carencia mineral.

    El défict de cobre o zinc trae alopecía (zonas peladas simétricas a los lados del cuello).

  • ¿Como afectan los diferentes estados fisiológicos a los requerimientos?
  • La lactación es un proceso fisiológico muy exigente en P. Cada litro de leche que la vaca produce contiene 0.95 grs de P. Si la absorción es del 80%, se necesitan 1.2 grs de P en la dieta por litro de leche producida.

    Es importante tener en cuenta, que la composición en P de la leche no varía con la cantidad de P consumida, por lo que al haber déficit, se producirán menos litros.

    Una vaca al final de la gestación aumenta sus requerimientos de P. Un ternero al nacer tiene 240 grs de P y la placenta 10 grs más. Se necesitarían alrededor de 1 gr de P diario al inicio de la preñez y cerca de 4 grs al final para el feto y placenta.

    A medida que el animal está logrando mejores ganancias, aumentan los requerimientos de P.

    Cuando un animal está sobre una pastura con baja proteína o energía, no tendrá una alta perfomance (bajas ganancias o preñez), los requerimientos de P disminuyen y pueden ser cubiertos a corto plazo, con el aporte de la pastura y la movilización ósea.

  • ¿El fósforo aportado por un mejoramiento que ha sido fertilizado es suficiente?
  • Al fertilizar una pastura se afecta la concentración de P de las plantas y el rendimiento de materia seca y por tanto la capacidad de carga.

    Es importante tener en cuenta que en nuestras condiciones, la variación en concentración de P de las plantas, no es tan importante como la variación en disponibilidad de materia seca. Es así que en invierno existe buena concentración de P, pero la disponibilidad de materia seca está limitando que los animales llenen sus requerimientos de P.
    De todas maneras los valores recomendados para las diversas categorías nunca son menores a 0.18% de la dieta.

    El aumento de los niveles de P de una cobertura, no sólo se dan por una mayor proporción de leguminosas, sino que el campo natural también sube su nivel.

  • ¿Qué características debe tener un buen suplemento?
  • Un buen suplemento debe ser en primer lugar palatable y se debe tener presente que el P no es consumido por sí mismo, sino que debe estar acompañado por sal común (cloruro de sodio) o por melaza, en caso de que el sodio no sea limitante.

    Cuando los animales están deficientes en P reconocen y buscan para comer: sal, forrajes o melaza o suplementos proteicos y huesos de campo.
    El suplemento debe tener un contenido de P mínimo de 5%.

    Debe tener una relación Ca:P menor a 2:1. Ésta relación es constante a nivel de huesos, no cambiando en situación de desnutrición, por lo que al haber movilización ósea se liberará Ca y P.
    Debe tener buena biodisponibilidad y en éste punto es importante la fuente de fósforo usada.

    Debe ser estéril, ya que no pueden ser causa de intoxicaciones, ni de antagonismos, ni de trastornos infecciosos. Una harina de huesos mal calcinada, puede traer problemas de carbunclo.
    Debe tener los otros minerales, ya que aportarlos no aumenta significativamente los precios y sí puede hacer que la suplementación tenga más impacto.

  • ¿Que diferencia hay entre suplementar con polvo, granulados o inyectables?
  • Los bloques son más prácticos, pero en general tienen menores niveles de P y son más caros, por lo que la unidad de P es bastante más costosa. Además duran más en el campo, porque estamos limitando el consumo a través de su dureza o sea que estamos suplementando menos la carencia de las pasturas.

    Los inyectables, son pobres en prevención, por tener acción corta. Elevan el nivel de P en sangre pero no eliminan el déficit nutricional. Pueden ser importantes en momentos estratégicos, como ser antes de la parición o previo al entore. Los animales que están sobre una pastura deficiente en P, en este caso no recuperan su nivel mineral como con la suplementación con bloques o granulada.

  • ¿De que manera influyen las diferentes fuentes de P?
  • En las fórmulas comerciales viene la cifra de P o de P2O5, en % del total del suplemento y generalmente no se tiene información de la fuente usada para lograr ese %.
    Una roca fosfórica (origen mineral) tiene menos P y éste es menos disponible que un fosfato cálcico y a su vez entre éstos hay diferencias importantes.

    El fosfato monocálcico es más concentrado, palatable y soluble en agua, que el bicálcico. A su vez es más caro y se apelmaza con la lluvia y es difícil de almacenar.

    Es importante tener en cuenta que un precio de suplemento alto, no necesariamente implica un suplemento de buena calidad, pero uno de muy bajo precio, sí indica la utilización de materia prima de menor biodisponibilidad.

  • ¿Qué consumo de suplemento por animal se puede esperar?
  • El consumo varía con la fórmula (compuesto palatable que acompaña el P, fuente de P, etc.).
    Algunos ensayos realizados en nuestro país muestran consumos diarios de 10 a 70 grs/día, siendo máximos éstos en primavera y verano.

    Tomando un consumo promedio anual de 40 grs de sal/día, tendríamos un consumo total anual de 14.6 kgs/vaca adulta.
    Si el suplemento tiene un 6% de P, la suplementación es de 2.4 grs por día promedio en el año. Es el doble de lo que puede levantar una vaca que consume 10 kgs de materia seca en una pastura con un contenido de 0.12% de P.

  • ¿Cuántos animales por batea?
  • Se debe buscar que todos los animales tengan acceso al suplemento. Una batea cada 50 animales sería adecuado.
    El tamaño y la distribución en el potrero son importantes, pero no deberían haber más de 50 hás por cada batea.

    La ubicación de la misma debe ser tal que no modifique la distribución del pastoreo. Colocar las bateas cerca del agua, hará que los animales sobrepastoreen esas zonas.