Biotecnología en la agricultura:
Historia, actualidad y futuro

Ing. Julio E. Delucchi
Servicio Técnico Monsanto Argentina

 

Introducción

Así como la invención de la Agricultura, hace unos 12.000 años, marcó el comienzo de la civilización humana, del mismo modo los éxitos y los fracasos de esa Agricultura han estado siempre ligados al florecimiento y a la decadencia de las civilizaciones a las que sirvió de sustento.

Pese a lo cierta que resulta esta afirmación, también es evidente que la población del planeta continúa creciendo en forma sostenida, y no necesariamente relacionada con el florecimiento de la civilización.

Así como a principios de este siglo la población mundial rondaba los 1.600 millones, hoy se cuentan 5.800 millones de habitantes, con un crecimiento que ronda los 100 millones de nuevos habitantes cada año.

Aunque la producción mundial de alimentos ha crecido más de tres veces en las últimas décadas, no se han podido resolver los problemas por desnutrición crónica que afectan a unos 700 millones de seres humanos en todo el mundo.

177 millones de niños de los países en desarrollo padecen de algún impedimento físico o mental debido a la desnutrición, y más de 35.000 de esos niños mueren diariamente en el mundo por causas relacionadas con la desnutrición.

Con una población que crece en 1.000 millones de personas en sólo una década, cubrir las demandas de alimentación se está volviendo cada vez más problemático, y preocupante.

Perspectivas:

• No se considera probable una disminución de la tasa de crecimiento demográfico, sobre todo en aquellos países más afectados por los problemas de desnutrición.

• Si se buscara la forma de abastecer a la población mundial con alimentos producidos con la tecnología actual, deberían volcarse a la producción enormes superficies de la Tierra, con el consiguiente perjuicio irreversible sobre la necesaria biodiversidad.

• La situación actual revela que el 93% de la dieta humana está producida por unos 30 cultivos vegetales que proveen la mayor parte de las calorías y las proteínas. El 7% restante de la dieta está constituído por productos de orígen animal que también, aunque indirectamente, provienen de los vegetales. No se esperan cambios drásticos en la dieta futura de la población del mundo.

• Las proyecciones demográficas revelan una población mundial llegando a los 8.300 millones hacia el año 2025, y una estabilización en alrededor de 11.000 millones hacia fines del siglo 21.


El aporte vital de nuevas tecnologías:

Existen vastas regiones de África o de Sud-América que podrían ponerse en producción de los cultivos que se necesiten. No queda mucho más en otros continentes, especialmente en la sobrepoblada Asia.

Sin embargo, se considera que la mayor parte del alimento provendrá en el futuro de las mismas tierras que lo producen actualmente.

Es por eso que se estima que los rendimientos hacia el año 2025 deberán incrementarse en porcentajes tan altos como el 80% sobre los actuales, con una muy considerable participación de técnicas de producción conservacionistas del recurso suelo como la siembra directa, y con el uso de aquellos agroquímicos que impliquen un mínimo impacto ambiental.

Esto sólo podrá lograrse a través de las tecnologías avanzadas que ya están difundiéndose en el mundo.
 

Los cultivos transgénicos:

Se llaman cultivos transgénicos a aquellos que han sido mejorados en alguna característica, a través de la utilización de la ingeniería genética.

Es a través de la ingeniería genética que se está en capacidad, actualmente, de transferir genes desde una célula donante a otra receptora, sin que se requiera más compatibilidad que la de ser dos células vivas.

Como culminación de investigaciones que comenzaron a principios de este siglo, hoy se sabe que el ADN presente en las células de todo ser vivo tiene la misma estructura, composición y funcionamiento. Y que los genes, constituídos por ADN y codificadores de todas y cada una de las características de todos los seres vivos, pueden transferirse de una célula a otra, aunque éstas provengan de organismos vivos completamente diferentes.

Como ejemplo, ciertos microorganismos naturales del suelo han actuado como donantes de algunos genes que optimizaron la producción y simplificaron muchas prácticas tradicionales en cultivos agrícolas.

Así, algunos cultivos han sido modificados para que toleren herbicidas que controlan todas las malezas que pueden perjudicarlos, mientras a otros se los ha dotado con auto—defensa contra insectos y enfermedades, sin que se necesite apelar a la utilización de agroquímicos riesgosos para la salud y para el medio ambiente.

Sin embargo, es importante destacar que el notable incremento que la siembra de cultivos transgénicos ha registrado en el mundo en los últimos tres años (de 2 millones de has. en 1996, a 12 millones en 1997 y 26 millones en 1998), sólo está representando los alcances de la primera "onda" de la Biotecnología agrícola: la de los eventos agronómicos ("input traits").

Se trata de eventos genéticos orientados al logro de alguna mejoría en una característica del cultivo modificado. Es decir, incrementan la producción o reducen la dependencia de otros insumos como insecticidas, otros herbicidas, fertilizantes.

Ejemplo de esta primera "onda" serían los cultivos Roundup Ready, MaizGard, Biogodón, cultivos con tolerancia a enfermedades, o los trabajos actuales tendientes a la identificación de ciertos genes principales que permitirían elevar la producción cuantitativa de ciertos cultivos agrícolas hasta límites impensados para los métodos de mejoramiento convencionales.

La segunda "onda" de mejoras genéticas en cultivos está constituída por los eventos de calidad ("output traits") que mejoran el alimento o la fibra producida por el cultivo genéticamente modificado dotándolos, por ejemplo, de mejores características nutricionales. Entre estos cultivos está la canola o la soja que producen aceites mejorados, el maíz con mayor calidad nutricional para la alimentación de animales, u otros cultivos con ciertas características nutritivas particulares, para consumidores de dietas especiales.

Por su parte, la tercera "onda" estará constituída por todos aquellos eventos que transformarán a las plantas en verdaderas "fábricas" ("bio-factorías"), que podrán elaborar productos que actualmente se logran únicamente a expensas de recursos no-renovables, y con contaminación ambiental. Un ejemplo de esto será la canola con Beta-caroteno en su aceite, que servirá para tratar la "ceguera nocturna" que padecen unos 250 millones de personas en todo el mundo, afectadas por deficiencias de vitamina A.

De esta manera, la Ingeniería Genética está dando una contundente respuesta a las crecientes necesidades de la Humanidad, sin por ello comprometer la calidad del medio ambiente en el que ésta debe desarrollarse.
 

Situación actual:

Es importante destacar que de los 26 millones de has. sembradas en el mundo con cultivos genéticamente mejorados durante 1998, 20 millones fueron sembrados con cultivos mejorados con eventos genéticos logrados, desarrollados y registrados por Monsanto. Este hecho destaca a esta Compañía como una de las fuentes más activas en investigación y producción de cultivos mejorados por ingeniería genética.

Monsanto lanzó al mercado argentino en 1996 la primera opción transgénica para un cultivo agrícola, representada por las variedades de soja Roundup Ready que toleran aplicaciones post-emergentes del herbicida Roundup Max.

Estas variedades, presentes actualmente entre la oferta de las compañías de semilla de soja más importantes, cuentan con una amplísima aceptación por parte de los productores a los que han demostrado las ventajas de controlar todas las malezas de soja con un único herbicida de bajísima toxicidad, no residual, absolutamente biodegradable, y avalado por una reconocida trayectoria de más de 25 años en todo el mundo.

Las sojas Roundup Ready no exigen aplicaciones innecesarias de Roundup Max sino solamente lo que permita eliminar las malezas presentes y expresar todo el potencial de rendimiento de estas variedades.

Haber llegado a cubrir más del 50% de la superficie productiva de soja en la Argentina en solamente 3 años de vida comercial, habla a las claras de la efectividad y las ventajas operativas que los productores han comprobado en el manejo de este cultivo.

Las capacidades de la ingeniería genética como herramienta para el mejoramiento de los cultivos agrícolas, volvió a marcarse durante la última campaña con la llegada de los primeros híbridos "MaizGard" de maíz y de las primeras variedades de algodón "Biogodón", al mercado argentino.

Estas nuevas variantes de los cultivos de maíz y algodón se caracterizan por auto-defenderse del ataques de sus plagas principales, sin necesidad de recurrir a insecticidas ni sacrificar rendimiento.

La ingeniería genética en "MaizGard" y en "Biogodón" ha permitido lograr la expresión de la proteína Bt en esos cultivos. La misma proteína Bt de los insecticidas biológicos aceptados en la agricultura orgánica y apreciados durante años por ser inocuos para la vida silvestre y para el Hombre, y destinados al control específico de ciertas plagas sin afectar insectos benéficos, aves ni mamíferos.
 

Situación futura:

Si bien podría transcribirse la larga lista de eventos mejoradores de los cultivos agrícolas que Monsanto está investigando y desarrollando para el futuro en muchos lugares del mundo, una referencia concreta sobre los nuevos eventos que podrían llegar al mercado argentino en los próximos años incluye el maíz y algodón Roundup Ready, así como alternativas combinadas de esos mismos cultivos Roundup Ready protegidos, al mismo tiempo, del ataque de insectos, entre los cuales se incorporará también la soja.

La introducción de los primeros cultivos genéticamente mejorados, ha incentivado la investigación y el desarrollo de nuevas variantes de otros cultivos con nuevas características ventajosas. El objetivo es responder a una futura "descomoditización" de la agricultura mundial:

Mientras la agricultura de hoy apunta a producir grandes cantidades de grano con una calidad "standard", los cultivos genéticamente mejorados cambiarán el procesamiento y proveerán valor adicional a lo largo del sistema. Los agricultores podrán sembrar cultivos diferenciados y específicos para ciertos usos determinados, con lo que muy probablemente se llegará a una forma diferente de hacer agricultura, así como también a una forma diferente de operar para el procesamiento de esa producción diferenciada.

En toda esta evolución, es fundamental el papel que juega una legislación regulatoria moderna y responsablemente entendida, que permita una oportuna y adecuada llegada de estos avances a los países productores, permitiéndoles mantener la competitividad en la producción mundial de alimentos, en cantidad y con calidad.