GRAN BRETAÑA Y FRANCIA Sr. Teófilo Pereira. Presidente Instituto Plan Agropecuario Ing. Agr. Hugo Durán Martínez. Técnico Instituto Plan Agropecuario Estas son algunas reflexiones que nos dejó nuestra participación en el Congreso de la carne en Irlanda y la gira posterior por Gran Bretaña y Francia, proponiendo en futuras entregas aportar mayor material sobre la visión del comercio mundial de productos agropecuarios y la complejidad de los distintos sistemas que lo integran. Como
dijo el Gerente General de Mc Donald´s Corporation: "La industria
de la alimentación es la más protegida del mundo".
Ese dato que no nos sorprende, es un elemento que nuestro país
desconoció al momento de estructurar sus políticas agropecuarias.
Aún así, a pesar del tiempo que se perdió, Uruguay
posee ventajas para su producción de carne vacuna y ovina.
Si a estas particularidades se le suma el sistema de producción llevado adelante en el Uruguay basado en pasturas en combinación con pastizales en forma extensiva, sin dar anabólicos ni hormonas; que debido a este tipo de alimentación sus carnes tienen bajo nivel de colesterol, que estamos libres de las principales enfermedades que hoy limitan el consumo de carne vacuna y que nuestra producción es sobre clima templado, podemos determinar entonces que tenemos un producto con todos los elementos para transformarlo en identificable, diferenciable y por lo tanto competitivo. Si a eso le podemos agregar que después
de este congreso se eliminaron todos los sustos que sobre la
salud humana trasmitían las carnes rojas, bien valdría
la pena el esfuerzo de obtener una Denominación de Origen
Controlada tal es, la política de los países que buscan
diferenciar sus productos. Instrumentar una política de desarrollo ganadero de largo plazo que, como se dijo permanentemente, empieza en la genética y termina en el plato elaborado en la mesa del consumidor buscando conquistar al cliente. El que sabe leer este mensaje podrá
darse cuenta de la importancia que tiene la integración de toda
la cadena para el éxito de este negocio. Naturalmente una integración
generada en la práctica y no en los dichos. En una forma simplificada, hoy podemos definir dos tipos de mercados:
El Uruguay, en líneas generales, ha colocado su producción en estos mercados de esa manera y como norma no ha tenido dificultades para su colocación. Se ha vendido lo que se ha producido pero siempre con un precio tendiendo a la baja. La consecuencia es una cadena de producción desarticulada y enfrentada. Si bien podemos admitir que ofrecemos
buenos productos no los hemos sabido identificar. Cuando lo hemos
hecho, no se les ha agregado ningún atributo que los diferencie
de la competencia y así no se logran mejores precios.
Qué nos falta en materia de producción A diferencia de los países desarrollados, donde debido a los subsidios, los sistemas de producción son absolutamente productivistas y por lo tanto son de una intensividad en extremo, lo que ha causado serias dificultades en el comercio internacional por los excedentes que han logrado, y además han sido responsables de los daños causados a la salud humana por el tipo de la alimentación recibida por los animales; nuestro país por el contrario necesita desarrollar una política tendiente a mejorar la productividad para lograr una mejor competitividad. En el caso de la producción de carne el aumento de la productividad coincide con una mayor producción del producto. No es posible lograr la competitividad con niveles de producciones de hace 50 años. Una política que estimule una mejora en los índices de procreo vacuno y lanar, así como implementar mejores tecnologías de terminación de los animales, se hace indispensable para producir un producto que se adecue a las exigencias de esos mercados previamente elegidos como objetivos. La aplicación de tecnología en forma de proceso y créditos ajustados a los ciclos de producción para producir en función de las exigencias del mercado son un principio básico de un programa de desarrollo. La competitividad va de la mano de la educación y la capacitación continua de todos los involucrados en el negocio. Tecnología y crédito son simples herramientas que se aplican para poder mejorar los ingresos, no son objetivos en si mismos. Una mala aplicación de ellas conducirá irremediablemente a situaciones peores que la original. Un empresario con una formación que le permita potencializar sus habilidades estará en condiciones de realizar una gestión empresarial adecuada. No hay competitividad posible sin educación.
Tenemos que formar un empresario que sepa no solo trabajar dentro de
su empresa sino que además tenga los conocimientos necesarios
para interpretar las reglas y los cambios que suceden en el mercado.
Naturalmente es fundamental para que la dinámica productiva de una empresa se ponga en movimiento, que las señales que vienen del mercado le lleguen al productor bajo la vía de un mejor precio. Qué nos falta de la portera para afuera Indudablemente son muchos los actores
que integran una cadena, de alguna manera se han agregado al negocio
un importante número de nuevos socios. Para que el producto llegue
en condiciones de ser aceptado por el consumidor nadie en ese largo
proceso debe fallar. Alcanza con que uno solo no haga las cosas bien,
para que el consumidor elija el producto de la competencia y se pierda
un cliente. De todas maneras el País debe
pensar muy seriamente en la posibilidad de empezar, aunque sea a una
escala menor y para ciertos rubros, en invertir en investigación
de nuevos productos y desarrollo de mercados a fin de lograr productos
diferenciados. CONCLUSIONES Esta nueva gira por Europa nos deja la misma sensación que las anteriores. La Unión Europea es un mercado muy importante donde hay que tratar de vender mejor lo que ya se vende a través de las cuotas asignadas, sabiendo que hay diferencias de ventas para un mismo corte y un mismo destino entre frigoríficos y con la Argentina. Percibimos que hay un camino por recorrer. Una vía puede ser a través de joint ventures con firmas europeas de marcas prestigiosas. Es muy difícil en mercados muy consolidados entrar con una marca propia, en especial cuando los recursos son escasos para llevar adelante una campaña para hacerla conocer. La entrada en el país de importantes supermercados de origen extranjero podría ser una oportunidad. No parecería ser Europa el mercado
para desarrollar una agresiva política de marketing para ingresar
con más productos, a los ya asignados, porque se está
imposibilitado por las cuotas. Con el agregado de ser un mercado sobre
abastecido, que no crece en población y con la "espada de Damócles"
que significan los nuevos socios provenientes de la Europa del Este
a la Comunidad. La ampliación de cuota se logrará por
otro tipo de negociación, más de carácter político;
o por el desarrollo de algún producto con alguna característica
particular que ellos no tengan, pero para eso hay que estar trabajando
en investigación y desarrollo, cosa que no hacemos. El ejemplo del Scotish Beef and Lamb
logrando la Denominación de Origen Controlada (D.O.C.) es para
instrumentarlo en nuestro país en forma similar a la Unión
Europea. El Uruguay es un país chico sin ninguna posibilidad de competir en el contexto mundial con volumen de producción. Su única salida es haciendo una apuesta a la educación de su gente para poder sobresalir por su inteligencia y su creatividad para tratar de ser los mejores en cada una de las disciplinas en que se actúe y poder competir con calidad, tratando además de ofrecer algo diferente, en cualquiera de sus rubros. No cabe otra posibilidad. Es momento además de empezar también a pensar que el sector agropecuario no es solo fabricante de alimentos, sino que puede ser, entre otras cosas, un lugar de esparcimiento para mucha gente, dentro y fuera del país. En otros lugares se ha transformado en una importante fuente de divisas no solo para el productor sino también para el país. Fomentando el turismo es la mejor forma
de lograr los más altos precios de "exportación" de nuestros
productos. Tener la habilidad de poder anexar a las explotaciones y
a la región otras actividades lucrativas además de las
productivas (agroturismo, etc), generará importantes fuentes
de ingresos a los establecimientos y a sus áreas de influencia.
En muchos casos será superior a la lograda por la producción.
También en esto último necesitamos una política
de Estado ya que es importante encarar bajo la óptica del desarrollo
rural. El sector agropecuario uruguayo sobrevivirá sólo si es capaz de poder integrarse en la cadena de producción para poder estar más cerca del consumidor y de esa manera lograr salir del mercado de los commodities, pero para eso tiene que haber un convencimiento de toda la sociedad de que eso es importante para el futuro del país, para poder instrumentar las inversiones y los cambios que hay que realizar.
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