Los cultivos forrajeros de invierno
se caracterizan por su rápido aporte en volumen y calidad, con el
inconveniente de su alto costo por hectárea, lo que repercute en
el costo por kg. de materia seca producida. En condiciones de escasez forrajera
esta alternativa aparece como la de respuesta más rápida
y segura para solucionar aunque sea en parte los requerimientos de otoño
- invierno.
Es importante definir cual es el objetivo del verdeo: Antes que nada debe evaluarse la cantidad de forraje, el momento en que se necesita y el destino que se le va a dar al cultivo: si es solo para pastoreo o también se quiere cosechar, o si se asocia a pradera.
PRODUCCIÓN ESTACIONAL DE VERDEOS DE INVIERNO
Para ajustar de manera adecuada las demandas de los animales con la oferta esperada de la pastura es conveniente realizar una presupuestación para lo cual se aconseja asesoramiento técnico. Entre los materiales a considerar tenemos : CEBADA: es un cereal con mucha
precocidad, característica que lo diferencia de los demás;
se lo puede definir como la "moha de invierno", tanto por su rápida
implantación y entrega del forraje como por su escasa respuesta
al rebrote; esto último hace que apenas pueda esperarse solo un
buen pastoreo del material. Se complementa bien con avenas, resultando
una buena alternativa para siembras tempranas (febrero-inicios de marzo)
por el rápido aporte de forraje.
AVENA: Especie ampliamente
conocida por sus características de buena producción de forraje,
buena precocidad, capacidad de macollaje, con posibilidades de siembras
a partir de enero. Es susceptible a ataques de pulgón y roya de
hoja.
Si pensamos en siembras de febrero
– marzo hay que apuntar a los cultivares de uso más generalizado,
como son: 1095 A , RLE 115 y Tucana.
RAIGRAS ANUAL: Es una gramínea
muy rústica, de buena producción de forraje, excelente calidad,
muy buen rebrote, buen comportamiento sanitario y con gran resistencia
al pastoreo.
La mezcla AVENA + RAIGRAS es muy buena potenciadora de la producción y ofrece ventajas frente a cultivos puros al complementarse el ciclo de pastoreo de ambas especies. Se utilizan densidades de 60 - 70 kg. Avena + 15 kg. Raigrás por hectárea. Con siembras de fines de marzo se
obtienen pastoreos a mediados-fines de otoño. Si los requerimientos
de pastura son más marcados para invierno y comienzos de primavera,
la siembra podrá efectuarse a fines de marzo, abril.
TRIGO FORRAJERO: Se debe pensar
en un cultivar de ciclo largo, ejemplo, Buck Charrúa, Baqueano,
INIA Tijereta, etc. Estos trigos permiten el aprovechamiento doble propósito,
es decir que dependiendo de las situaciones se puede obtener forraje y
grano.
La fecha de siembra de trigo forrajero
debería ser desde marzo hasta los primeros días de abril,
no más tarde porque de lo contrario se pierde el potencial de aporte
forrajero de la especie.
Cuadro : Resumen De Caracteristicas De Verdeos Invernales
C. Epoca de siembra Define el momento de utilización de forraje. Siembras tempranas adelantan el momento del primer pastoreo y alargan el periodo de utilización, por lo consiguiente pueden asegurar mejores niveles de producción (carne, leche), no existiendo en general diferencias en la producción total de forraje. Este efecto puede ser más marcado en avenas , trigo y cebada que en el caso del raigrás, ya que éste generalmente no varía el largo del período siembra - primer pastoreo en función de la época de siembra. Por ejemplo, en trigo a medida que se atrasa la época de siembra desde mediados de abril a mediados de mayo, en tan sólo 30 días se duplica el período de tiempo necesario para el primer aprovechamiento, y por tanto la duración del pastoreo es 3 a 4 veces menor, aunque no disminuye en la misma proporción la producción del forraje. Las siembras escalonadas permiten
un uso más eficiente del forraje producido; alargamiento del período
de pastoreo; uniformizar la calidad del forraje producido, y la posibilidad
de dejar para sembrar por último las chacras más sucias.
D. Fertilización Para
obtener buena producción de forraje debemos pensar en altos niveles
de fertilización, fundamentalmente nitrógeno que es el principal
responsable del crecimiento de las gramíneas anuales.
La respuesta es casi lineal; por cada kg. de N producimos entre 10 –40 kg. de materia seca, esta diferencia depende de: * La especie, por ejemplo el raigrás es más eficiente que la avena en la utilización del nitrógeno ya que produce una mayor cantidad de kgs. de materia seca por kg. de N incorporado. * Niveles iniciales de fósforo y una adecuada fertilización fosfatada. * El número de plantas, un cultivo con baja densidad de plantas solo puede aumentar la producción de pasto a través del aumento del número de macollos, en esta situación es recomendable refertilizar antes del macollaje. * Las condiciones climáticas previas y posteriores a la aplicación, que definen la utilización del fertilizante. Períodos de seca y nula humedad producen una mayor mineralización, lo que significa una elevada disponibilidad de nitrógeno en el suelo, por lo que en algunas situaciones no sería necesario aplicaciones de urea a la siembra. En cambio en periodos de exceso de lluvias y días templados la mineralización es menor, acompañado de una mayor pérdida por lavado en el perfil del suelo, por lo que las plantas tienen menos nitrógeno disponible para su crecimiento (plantas amarillas) Lo que se recomienda es realizar un análisis de suelo para asegurar que existen buenos niveles de nitrógeno como para propiciar una rápida implantación del cultivo. En todo caso y considerando la movilidad del nitrógeno en el perfil del suelo es conveniente el fraccionamiento de la fertilización (ejemplo a la siembra y luego de cada pastoreo) En el Cuadro se destaca la respuesta
en producción de leche ante el agregado de N a los cultivos forrajeros.
(*) 100 kgs. Urea/Há.
Considerando los actuales niveles de precio del fertilizante nitrogenado parece rentable su uso frente a este potencial de respuesta, máxime considerando la previsible escasez de forraje en el próximo invierno. En este caso parece obvia la necesidad de potenciar la producción de todo cultivo que se logre implantar. E. Control de Plagas : Los
pulgones son una de las principales plagas de los cultivos de invierno,
el momento crítico son los primeros 40 días, y su efecto
es más acentuado en otoños calurosos y secos. Se pueden realizar
controles con insecticidas tanto con aplicaciones en semilla (curasemillas)
o foliares. En años problematicos pueden comprometer seriamente
la producción del cultivo; por lo tanto se debe estar muy atento
a la evolución del mismo y aplicar rápidamente las medidas
necesarias para evitar el daño económico.
F. Utilización del forraje : En la medida que logremos maximizar la utilización de forraje el costo por kg. de producto disminuirá. Manejando bien los verdeos, podemos lograr diferencias en producto superiores al 25% en base al costo del alimento producido. Para obtener una mayor utilización del cultivo debemos tener en cuenta algunos aspectos: *Primer pastoreo, evitar que
se arranquen las plantas al pastorear, en lo posible realizarlo con animales
livianos.
G. Efecto en los animales: en situaciones de déficit hídrico hay que tener en cuenta: 1. Nitratos, debido a la alta mineralización ocurrida en el suelo, y al lento crecimiento del cultivo se pueden producir altos niveles de nitratos en la planta, la cual al ser consumida por los animales puede ocasionar problemas de intoxicación. Una forma de prevenir esto es fraccionando el consumo de esa pastura e incorporando a la dieta de los animales otros alimentos, como por ejemplo grano o forrajes más fibrosos (fardos, silo). 2. Hipocalcemia, los cultivos
de invierno, principalmente avenas con bajo contenido de materia seca (estado
vegetativo temprano) poseen un escaso contenido de calcio. Esto provoca
en el animal un desbalance nutricional con disminución de Calcio
en los animales, fundamentalmente en vacas lecheras de alta producción.
Por lo tanto se deberán tomar las precauciones necesarias para no
llegar a esta situación (suplementación del ganado con diversas
fuentes de calcio).
Ing. Agr. Julio Perrachón
Plan Agropecuario
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