Revista del Plan Agropecuario N° 166 - page 60

Foto: Plan Agropecuario
que reservar un potrero o potreros, a los
cuales se los cierra con el fin de acumu-
lar forraje y que dichos potreros pasen a
constituir el seguro de producción que
cada productor genera para enfrentar el
déficit hídrico, si ocurriese.
Además de acumular pasto, ocurre en
esa época la semillazón de especies de
invierno. Lo que con el tiempo origina un
proceso de invernalización del potrero
seleccionado, es decir un aumento de es-
pecies de invierno, ya que si no se dejan
semillar es muy difícil que lo hagan.
Ese mismo potrero o potreros serán los
que también se podrán cerrar en otoño
para trasladar forraje al invierno, donde
todos los años es seguro que de no tomar
medidas se origina una crisis forrajera. De
esta forma el cierre de primavera genera
un aumento de frecuencia de especies
de invierno que determina dos cosas: la
primera que al aumentar las especies de
invierno aumenta el potencial productivo
en esa época y la segunda, que genera
condiciones viables para una posible y
estratégica fertilización otoñal con nitró-
geno y fósforo.
Existe una condición fundamental para
poder acumular pasto en primavera y es
que la carga esté ajustada de manera de
poder excluir un potrero o más del circui-
to de pastoreo. Dicho de otra manera, el
“plato de comida” tiene que ser suficiente
para cubrir los requerimientos de todas
las categorías y lograr buenos desempe-
ños. El pasto en primavera tiene que so-
brar y si lo hacemos en forma organizada
y planificada mejor.
Lo común es que el pasto sobre en pri-
mavera, más aún si el plato de comida se
encuentra correctamente dimensionado.
A título de ejemplo, la dotación a sopor-
tar por un basalto profundo en primavera
es de 1.1 UG/Ha en términos promedios,
y si la dotación está ajustada no debería,
aún con el incremento de terneros y cor-
deros en sistemas criadores sobre pasar
0.9 UG/ha, existiendo pues un sobrante
de dotación a soportar de al menos 20%
aproximadamente. Este sobrante es pues
sobrante de pasto (20 % más del pasto
que necesitamos).
Entonces si normalmente sobra, ¿por
qué preocuparnos? El tema es que no
puede sobrar en cualquier tipo de comu-
nidad vegetal. Tiene que sobrar en co-
munidades de pasto densas y con suelos
profundos que son aquellas capaces de
acumular mucho forraje en pie y trasla-
darlo a otra estación. Las comunidades
ralas de suelos superficiales, por un lado
no producen mucho forraje y debido a
lo explicado previamente se autolimpian
con facilidad.
Complementando lo anterior, es impor-
tante mencionar que el cierre de prima-
vera genera mejores condiciones para
instrumentar el cierre otoñal. La realidad
nos ha permitido observar que cuando la
disponibilidad es baja debido a no haber
“sobrado” pasto en pie de la primavera,
llegamos al otoño con poco pasto, la po-
sibilidad entonces de excluir (sacar) un
potrero del pastoreo en esa estación se
hace muy dificultoso. Esto ocurre en vera-
nos con déficit hídricos. Es decir un cierre
de primavera genera mejores condiciones
y habilita el clásico cierre otoñal.
Nuestra propuesta deberá ser instru-
mentada todos los años ya que desco-
nocemos o es muy difícil de prever con
exactitud la existencia de posibles défi-
cits hídricos locales o a escala predial. Sin
embargo el uso para desacoplar el déficit
hídrico de crisis forrajera será usado so-
lamente y en términos promedios una vez
cada 5 años.
Esto no trae para nada connotaciones
negativas, por el contrario hay una pla-
nificación que estabiliza y potencia todo
el sistema. Funciona como un seguro de
producción donde la prima está dada por
el hecho de cerrar un potrero y el cobro
del mismo se realiza una vez cada 5 años
o cuando se dé el fenómeno de déficit hí-
drico para el caso del verano y todos los
años para el caso del invierno.
Una forma de que no se acumule pasto
en primavera es que ocurra un déficit hí-
drico en dicha estación, lo cual impediría
acumular forraje lo cual también puede
ocurrir en otoño.
Esta propuesta significa la creación a
medida de un seguro de producción con-
tra crisis forrajeras, pero requiere de una
instrumentación que contemple la con-
testación de ciertas inquietudes como:
¿qué potrero cerrar?, ¿cuándo cerrarlo?,
¿durante cuánto tiempo?, ¿cuánta área
cerrar?, ¿cómo acondicionar el potrero?,
¿cuánto pasto puedo juntar?, ¿con qué
dotación lo pastoreo?, ¿cómo lo pasto-
reo?, las cuales discutiremos e intentare-
mos contestar en próximas revistas.
Figura 1.
Esquema conceptual que representa la idea central del módulo de prevención de crisis
forrajeras.
(Notas finales)
1 Las sequías más conocidas fueron en los años 1892 (443mm), 1893 (521 mm), 1906
(631 mm), 1907 (550 mm), 1910 (667 mm), 1916 (480 mm), 1917 (617 mm), 1920 (993 mm),
1924 (756 mm), 1933 (732 mm), 1942 (949 mm), 1943 (766 mm), 1962 (857 mm) 1979 (844
mm) y otras más cercanas y por lo tanto más recordadas como la del 88/89, 99/2000,
2008 y la reciente del 2017/18.
Recursos Naturales
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